Waymo estaba teniendo éxito en San Francisco, pero luego uno de sus vehículos autónomos mató a un gato

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SAN FRANCISCO -- En Delirium, un bar local del distrito de la Misión de San Francisco, la decoración es oscura, las bebidas fuertes y las emociones a flor de piel. Los roqueros punk y los nativos de la vieja escuela parecen rudos, pero están de luto.

Kit Kat solía ir de bar en bar por la manzana y se escabullía en el Delirium en busca de compañía y masajes en la barbilla. Todos conocían al gato de la bodega y lo llamaban cariñosamente el alcalde de la calle 16. Kit Kat era su "cuate", aseguraron aquellos que pasan el rato en esa esquina.

Pero poco antes de la medianoche del 27 de octubre, atropellaron al gato atigrado a la salida del bar y falleció. ¿El culpable?

Un taxi robot.

Cientos de animales mueren atropellados por conductores humanos en San Francisco cada año. Pero la muerte de un solo gato, aplastado por la rueda trasera de un taxi autónomo de Waymo, ha enfurecido a algunos residentes de la Misión que amaban a Kit Kat, y ha provocado consternación entre aquellos que resienten cómo la automatización ha invadido tantas partes de la sociedad.

"¿Waymo? Por supuesto que no. Me aterrorizan esas cosas", comentó Margarita Lara, una mesera que amaba a Kit Kat. "Hay tantos de ellos ahora. Acaban de soltarlos en nuestra ciudad, y es innecesario".

La muerte de Kit Kat ha provocado indignación y debate durante las últimas tres semanas en San Francisco. Con rapidez surgió un santuario felino. Los ánimos se encendieron en las redes sociales: algunos se lamentaban de la forma en que los taxis robot se habían apoderado de la ciudad, mientras que otros se preguntaban por qué no se había mostrado el mismo grado de preocupación por los peatones y mascotas de San Francisco que habían muerto a manos de conductores humanos a lo largo de los años.

Un supervisor de la ciudad pidió a los dirigentes estatales que dieran a los residentes el control local sobre los taxis de conducción autónoma. Y, tratándose de San Francisco, ya hay criptomonedas meme rivales de Kit Kat inspiradas en la muerte del gato.

Pero todo eso es ruido en Delirium. Allí querían a Kit Kat. Ahora ya no está.

"Kit Kat tenía madera de estrella", aseguró Lee Ellsworth, con una gorra de los San Francisco 49ers mientras bebía una lata de cerveza Pabst Blue Ribbon.

Antes de que la muerte de Kit Kat llegara a los titulares, Waymo estaba teniendo éxito. La empresa de vehículos autónomos propiedad de Alphabet, la matriz de Google, desplegó por completo su servicio de taxis en San Francisco en el 2024 y ahora cuenta con una flota de 1000 vehículos en la zona de la bahía. Este mes ha anunciado una expansión con servicio en la autopista de la península de San Francisco y recolección en el aeropuerto de San José. Waymo espera dar servicio también pronto al Aeropuerto Internacional de San Francisco.

Hace apenas un par de años, los Jaguars blancos con cámaras que emitían un zumbido en la parte superior se consideraban rarezas. Los transeúntes se quedaban pasmados cuando veían girar el volante sin nadie en el asiento del conductor.

Sin embargo, los Waymos son ahora una atracción turística de primer orden. Muchas mujeres los consideran una opción más segura que confiar en un conductor hombre de Uber o Lyft. Hay tantos padres que los han pedido para sus hijos que algunos colegios parecen estacionamientos de Waymo.

Grow SF, un grupo político moderado vinculado a la industria tecnológica, descubrió que el apoyo de los votantes de San Francisco a Waymo había pasado del 44 por ciento en septiembre de 2023 al 67 por ciento este mes de julio.

Aun así, la muerte de Kit Kat ha dado nuevo combustible a los detractores. Argumentan que los taxis robot roban pasajeros al transporte público, eliminan puestos de trabajo para las personas, enriquecen a los ejecutivos de Silicon Valley y son simplemente espeluznantes.

Jackie Fielder, supervisora progresista de San Francisco que representa al distrito de la Misión, ha sido una de las voces más críticas. Tras la muerte de Kit Kat, Fielder presentó una resolución en la que pide a la legislatura estatal que permita a los votantes decidir si los vehículos autónomos pueden circular por donde viven. (En la actualidad, el Estado regula los vehículos autónomos en California).

"Un conductor humano puede rendir cuentas, puede bajar del vehículo, pedir perdón, puede ser localizado por la policía si se trata de un atropello con fuga", señaló Fielder en una entrevista. "Aquí no hay nadie a quien pedir cuentas".

Fielder tiene fuertes vínculos con los sindicatos, incluido el Teamsters, que ha luchado por una mayor regulación de los vehículos autónomos, en gran parte por la preocupación de los miembros que podrían terminar por perder sus empleos de conducción en otros sectores.

Fielder ha publicado videos en redes sociales en los que va caminando por las calles de la Misión mientras habla de Kit Kat.

"Nunca olvidaremos a nuestro dulce Kit Kat", dice en uno de ellos. "Pobrecito, sufrió una muerte horrible".

(Utilizó la palabra en inglés "unaliving" que usan algunos usuarios de las redes sociales para evitar los algoritmos que eliminan los videos por utilizar palabras como "muerte").

Han surgido monumentos conmemorativos en Randa's Market, donde el propietario, Mike Zeidan, acogió a Kit Kat hace seis años para cazar ratones. El gato pasaba el rato en el mostrador de la tienda cuando no estaba deambulando por la calle 16. Un vecino solía traerle lonjas de salmón todos los días; otro enviaba una foto de Kit Kat a su madre cada mañana.

En un árbol del exterior cuelgan fotos del gato y un boceto suyo con un halo sobre la cabeza.

"Salva a un gato", se lee en el dibujo. "¡No uses Waymo!".

Ramos de flores, un ratón de peluche y un envoltorio de caramelo Kit Kat completan el monumento.

Un árbol más allá hay una exhibición de otro tipo.

"Waymo mató al gato favorito de mi hijo pequeño", dice un cartel. "Los conductores humanos mataron a 42 personas el año pasado". (En realidad, según datos de la ciudad, los conductores humanos mataron a 43 personas en San Francisco el año pasado, incluidos 24 peatones, 16 personas en automóviles y tres ciclistas. Ninguno murió a manos de vehículos de Waymo).

El letrero fue un intento de poner la muerte del gato en contexto, en una ciudad transitable donde los peatones todavía se enfrentan a peligros. En 2014, la ciudad se comprometió a poner fin a las muertes de tráfico en 10 años, pero el total del año pasado fue uno de los más altos jamás registrados.

La ciudad no hace un seguimiento de cuántos animales mueren atropellados cada año, pero el número es de cientos, según Deb Campbell, portavoz de Cuidado y Control de Animales en San Francisco.

Dijo que la cámara fría de la agencia contenía la semana pasada los cuerpos de 12 gatos que se cree que han sido atropellados por autos en las últimas semanas. Ninguno de ellos parecía haber suscitado cobertura mediática, santuarios o memes.

Waymo no discute que uno de sus vehículos mató a Kit Kat. La compañía señaló mediante un comunicado que, cuando uno de sus vehículos estaba recogiendo pasajeros, un gato "se lanzó debajo mientras el auto se alejaba".

"Enviamos nuestras más profundas condolencias al dueño del gato y a la comunidad que lo conocía y amaba", agregó Waymo en el comunicado.

Waymo se mantiene firme en que sus autos son mucho más seguros que los conducidos por humanos, y reporta un 91 por ciento menos de accidentes graves en comparación con los conductores humanos que cubren el mismo número de kilómetros en las mismas ciudades. Los datos figuraban en un trabajo de investigación de la compañía que fue revisado por pares y publicado en una revista. Waymo también opera servicios completos de taxi en Los Ángeles y Phoenix y ofrece viajes a través de una asociación con Uber en Atlanta y Austin, Texas.

El alcalde de San Francisco, Daniel Lurie, es un gran admirador de Waymo. A principios de este año dijo que permitiría a Waymo utilizar Market Street, la vía central de la ciudad, que durante cinco años había sido accesible sobre todo para peatones y vehículos de transporte público. También defendió los taxis autónomos en una entrevista el jueves con la periodista tecnológica Kara Swisher después de que ella sacara a relucir Kit Kat.

"Waymo es increíblemente seguro", afirmó. "Es más seguro que si tú o yo conducimos".

Rick Norris, que trabaja en el Teatro Roxie de la Misión, dijo que le gustaban los Waymo y que se había dado cuenta de que cada vez navegaban mejor por las complicadas calles de la ciudad. Pero se mostró preocupado después de hablar con varias personas que habían presenciado los últimos momentos de Kit Kat y relataron cómo habían intentado detener el Waymo cuando vieron al gato debajo de él.

El auto simplemente se fue.

Fue en ese momento cuando Sheau-Wha Mou, mesera del Delirium y presentadora de karaoke, se tomó un descanso para fumar. Vio a la gente asustada en la acera. Se acercó corriendo y vio a Kit Kat sufriendo, con la boca llena de sangre.

"Me arrodillé y le hablé", recordó. "¿Qué pasó? ¿Estás bien?".

Dijo que había utilizado el letrero del bar como camilla. Un desconocido la llevó a ella y a Kit Kat a una clínica veterinaria cercana. Zeidan, el dueño de la bodega, llegó poco después.

Una hora después, el veterinario le dijo que Kit Kat había muerto.

Todavía hay fotos de Kit Kat junto a la caja registradora de Randa's Market, al lado de los dados y los encendedores a la venta. Zeidan dice que aún extraña al cazador de ratones que se convirtió en el alcalde de la manzana.

Darrell Smith pasó por el mercado el lunes, como parte de un ritual semanal que también incluye pedir un plato combinado en el local cercano de barbacoa hawaiana. Extrañaba a Kit Kat, dijo, pero le parecía que seguir pensando en el auto robot era una pérdida de tiempo.

"Yo mismo soy escéptico sobre esos coches de Waymo", dijo. "Pero la inteligencia artificial es el futuro. No podemos pararla, nos guste o no".

El 11 de noviembre de 2025, un taxi autónomo de Waymo atropelló a un gato llamado Kit Kat en San Francisco. (Mike Kai Chen/The New York Times)

La gata Kit Kat, conocida por muchos como "la alcaldesa de la calle 16" en el distrito de la Misión de San Francisco. (Daniel Zeidan vía The New York Times)