Ecuador vota 'no' a albergar una base militar estadounidense

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En un referéndum nacional realizado el domingo, los ecuatorianos rechazaron categóricamente la ampliación de la presencia militar extranjera en su país.

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, lleva meses cortejando a Washington. Se reunió con el presidente Donald Trump en Mar-a-Lago; formó una alianza con el fundador de Blackwater, Erik Prince, partidario de Trump; y ha presionado para que se permita la instalación de bases militares estadounidenses en Ecuador.

Pero los votantes en su país le dieron a Noboa un fuerte revés.

El domingo rechazaron categóricamente un referéndum nacional que él había apoyado, destinado a autorizar una presencia militar extranjera en Ecuador. Con más del 98 por ciento de los votos escrutados, el 61 por ciento se opuso a la medida.

La votación se produjo en un momento en que la región se ha visto sacudida por la intensificación de la campaña militar estadounidense contra barcos que, según el gobierno de Trump, trafican con drogas.

El ejército estadounidense ha lanzado 21 ataques en los que han muerto al menos 83 personas, aunque las autoridades estadounidenses aún no han aportado pruebas de que las embarcaciones transportaran drogas. Muchos juristas afirman que los ataques violan el derecho internacional.

No obstante, los analistas dijeron que el rechazo del referéndum en Ecuador no necesariamente reflejaba el descontento con la campaña militar estadounidense, sino más bien la desconfianza y la insatisfacción generalizadas con el propio Noboa.

Considerado alguna vez como un oasis de paz en Sudamérica, en años recientes Ecuador ha experimentado una explosión de la violencia del narcotráfico, algo que Noboa prometió enfrentar en su campaña. Tras sus dos años en el cargo, los homicidios van en aumento, y muchas prisiones están prácticamente controladas por bandas. Algunos analistas predicen que este año podría convertirse en el más violento de la historia de Ecuador.

Diversas crisis han acentuado la sensación de que el gobierno es incapaz de contener la violencia y proporcionar servicios básicos. Los problemas incluyen enfrentamientos detonados por recortes de los subsidios gubernamentales a los combustibles, que dejaron tres civiles muertos; una serie de explosiones urbanas; tres masacres en prisiones; y una creciente escasez de medicamentos.

"No perdió por Trump, perdió por prometer transformación sin credibilidad administrativa", dijo Pamela León, analista afincada en Guayaquil. "El mensaje decisivo fue doméstico".

Noboa, quien no ha dicho nada públicamente sobre los ataques aéreos estadounidenses, había argumentado que la presencia militar estadounidense en el país ayudaría a su gobierno a luchar contra las organizaciones criminales.

Durante el mandato de Rafael Correa, quien fue presidente de 2007 a 2017, las relaciones de Ecuador con Estados Unidos se deterioraron, y este expulsó a las fuerzas militares estadounidenses. Los analistas afirman que la expulsión socavó la seguridad fronteriza y permitió que los narcotraficantes transnacionales expandieran sus operaciones.

La Constitución de Ecuador prohíbe las bases militares extranjeras; para cambiar esto, se requiere un referéndum.

En septiembre, Noboa recibió al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien se comprometió a proporcionar 20 millones de dólares en ayuda para la seguridad, incluidos drones. Este mes, Noboa y Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, recorrieron emplazamientos para instalar posibles bases militares estadounidenses.

Pocos días antes de la votación, firmó un acuerdo con Estados Unidos para reducir los aranceles sobre las importaciones estadounidenses a cambio de que Estados Unidos eliminara los gravámenes sobre algunas exportaciones ecuatorianas.

En general, los ecuatorianos valoran las buenas relaciones con Estados Unidos, pero muchos votantes parecían creer que el referéndum carecía de planes claros para mejorar la seguridad, explicó Caroline Ávila Nieto, analista política ecuatoriana.

Aunque Noboa aumentó los impuestos para ayudar a financiar sus planes de reducción de la violencia, el problema de la seguridad ha empeorado, comentó Ávila.

El presidente también ha dado mensajes confusos sobre la propuesta de una base militar estadounidense, como la propuesta de ubicarla en las islas Galápagos. Eso alarmó a muchos ecuatorianos que consideran las islas, un atractivo turístico con gran biodiversidad, una fuente de orgullo nacional.

Noboa también impulsó recientemente una ley de amnistía fiscal que básicamente eliminaba una deuda tributaria de décadas de antigüedad de la empresa exportadora de plátanos de su familia, una medida que los críticos dijeron que socavaba su credibilidad. Noboa pertenece a una de las familias más ricas de Ecuador, y su imperio se construyó sobre la base del cultivo del plátano.

El resultado fue un brusco revés para el presidente de 37 años, quien destacó inesperadamente en las encuestas para ganar un mandato presidencial reducido en 2023. El año pasado, obtuvo un amplio respaldo público en un referéndum para un paquete independiente de cambios en materia de seguridad.

En abril, ganó una reelección decisiva, apoyándose en una plataforma de ley y orden, un manejo hábil de las redes sociales para proyectar una imagen de juventud y vigor, y el argumento de que necesitaba más tiempo.

"Se perdió un poco de la luna de miel, se acabó darle este espacio, esa confianza para tomar las medidas que están impulsando", dijo Glaeldys González Calanche, quien investiga Ecuador para el International Crisis Group. "Ahora las personas quieren ver cambios, quieren ver resultados".

Genevieve Glatsky es una reportera del Times radicada en Bogotá.