Después del distanciamiento de Trump, Epstein dijo que podría 'acabar con él'

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Por años, Jeffrey Epstein siguió los pasos del presidente en busca de información potencialmente perjudicial sobre él y sus negocios, según revela la correspondencia con sus asociados.

La larga amistad del presidente Donald Trump con Jeffrey Epstein aparentemente llegó a su fin a mediados de la década de 2000. Sin embargo, Epstein siguió poniendo atención a Trump durante años, y trató de explotar los restos de su relación hasta su detención por cargos federales de tráfico sexual en 2019.

En más de 20.000 páginas de correos electrónicos llenos de erratas de Epstein y otros mensajes publicados el miércoles por una comisión del Congreso, Epstein insultó a Trump e insinuó que tenía información perjudicial sobre él.

Los mensajes, que oscilan entre el chisme, la mordacidad y la intriga, muestran a personas influyentes que presionaban a Epstein para obtener información sobre Trump, y a Epstein que se presentaba a sí mismo como el traductor definitivo de Trump, alguien que lo conocía íntimamente y que era "el único capaz de acabar con él".

La divulgación de los mensajes volvió a poner instantáneamente en el punto de mira la muy examinada relación entre ambos hombres, y reavivó los ataques demócratas contra Trump y su Departamento de Justicia por no revelar públicamente más información de la investigación sobre Epstein.

Los correos electrónicos se remontan al menos a 2011, cuando Trump era una estrella de la telerrealidad que barajeaba una candidatura presidencial con pocas probabilidades de éxito y Epstein intentaba rehabilitar su imagen tras su condena y encarcelamiento por solicitar servicios de prostitución de una menor. Los mensajes continúan hasta la primavera de 2019, cuando Trump era presidente y su Departamento de Justicia preparaba un caso penal contra Epstein.

Los mensajes insinúan que Epstein o sus asesores creían tener información privilegiada --y potencialmente perjudicial-- sobre las extensas propiedades y negocios de Trump. Algunos sugieren que Epstein pensaba que Trump sabía más sobre su conducta personal de lo que el presidente ha reconocido públicamente.

El alijo no parece incluir mensajes de Trump ni de nadie que pretendiera hablar en su nombre. El presidente respondió en las redes sociales el miércoles, y escribió que "los demócratas están utilizando el engaño de Jeffrey Epstein para intentar desviar la atención de sus enormes fracasos, en particular, el más reciente: ¡EL CIERRE!".

Los correos electrónicos, el último lote de documentos relacionados con Epstein, se obtuvieron del patrimonio de Epstein en respuesta a una citación de una comisión del Congreso. Ofrecen un panorama claro de sus comunicaciones cotidianas con amigos y socios.

Pero es poco probable que calmen el furor en torno a la relación entre Trump y Epstein. Una parte fundamental de la base de Trump cree que la veta madre de los documentos, archivos de audio y videos relacionados con Epstein están en posesión del Buró Federal de Investigación y del Departamento de Justicia. Una parte de esos documentos se ha hecho pública solo en pequeños lotes seleccionados.

La silueta básica de su relación se conoce desde hace tiempo. Trump y Epstein eran amigos en las décadas de 1980 y 1990, y acudían juntos a eventos sociales en Nueva York o Florida. Una exnovia de Epstein ha acusado a Trump de haberla manoseado, acusación que Trump negó. Trump ha dicho que cortó los lazos con Epstein después de que sus socios reclutaran a chicas adolescentes en la finca Mar-a-Lago de Trump.

Pero los nuevos correos electrónicos muestran que Epstein seguía de cerca las decisiones empresariales y el destino político de Trump.

En abril de 2011, Epstein escribió a su antigua socia Ghislaine Maxwell, quien posteriormente fue condenada por ayudar a orquestar la operación de tráfico sexual de Epstein, que Trump era el "perro que no ha ladrado". Una de las víctimas de Epstein, Virginia Roberts Giuffre, había hecho públicas recientemente sus experiencias con Epstein,al declarar a un tabloide británico que este había abusado de ella y la había traficado con otros hombres. Giuffre proporcionó al medio una foto ya famosa de ella, el príncipe Andrés y Maxwell.

El correo electrónico de Epstein decía que Giuffre "pasó horas en mi casa con él" --Trump-- y, sin embargo, Trump "nunca ha sido mencionado". Giuffre dijo en una declaración de 2016 que Trump nunca tuvo relaciones sexuales ni coqueteó con ella.

En 2012, Epstein envió un correo electrónico a uno de sus abogados, Reid Weingarten, y le sugirió que consiguiera a alguien que investigara las finanzas de Trump, incluida la hipoteca de Mar-a-Lago y un préstamo de 30 millones de dólares que Epstein afirmó que Trump había recibido. Al contactarlo el miércoles, Weingarten declinó hacer comentarios, y alegó que estaba sujeto al secreto profesional entre abogado y cliente.

Cuando la campaña presidencial de Trump cobró fuerza en diciembre de 2015, Epstein preguntó a Landon Thomas Jr., entonces reportero de The New York Times, "¿te gustaría tener fotso [sic] de donald y chicas en bikini en mi cocina?".

No está claro si Epstein poseía realmente tales fotos. Thomas, quien no trabaja en el Times desde 2019, dijo que Epstein nunca se las proporcionó. Epstein también le habló de una ocasión en la que, según dijo, Trump estaba "tan concentrado" en observar a unas jóvenes en una piscina que chocó contra una puerta, "con lo que dejó la marca de su nariz en el cristal".

Unos meses después, en marzo de 2016, Epstein se preparaba para la publicación de un libro, Filthy Rich, que detallaba las acusaciones contra él. El periodista Michael Wolff, quien mantuvo una larga relación con Epstein, le dijo que tenía que presentar una "narrativa alterna" al libro que se iba a publicar.

"Creo que Trump ofrece una oportunidad ideal", escribió Wolff. "Es una oportunidad de hacer que la historia trate de algo distinto a ti". No está claro si Epstein respondió al mensaje y siguió el consejo de Wolff.

Un par de meses después, Wolff comunicó a Epstein que entrevistaría a Trump. "¿Hay algo que creas que debería preguntar?", escribió.

Epstein respondió con una lista de preguntas "provocadoras", entre ellas sobre la aerolínea Trump Shuttle, la quiebra de un casino y sus deudas. "Si no, puedes lanzar preguntas fáciles", escribió Epstein.

Wolff no respondió a una solicitud de comentarios.

Epstein insultó repetidamente a Trump. En un correo electrónico de enero de 2018 a Wolff, Epstein se refirió al presidente como "donald el tonto" y "donald el demente", y dijo que sus finanzas eran "solo una farsa".

Más tarde ese mismo año, Epstein envió un correo electrónico sobre Trump a Lawrence H. Summers, quien fuera secretario del Tesoro y presidente de la Universidad de Harvard. Epstein escribió que Trump estaba "al borde de la locura".

Cuando Summers le preguntó si Trump "caerá en la locura", Epstein respondió que la "fortaleza del presidente es notable. lo machacan 24 horas al día, 7 días a la semana. Espero que alguien cercano a él sea imputado, pero no estoy seguro; de lo contrario, la presión de lo desconocido lo obligará a hacer locuras".

Summers declinó hacer comentarios y se remitió a declaraciones anteriores en las que reconocía "lamentar mis asociaciones pasadas con Epstein".

Muchos de los mensajes que hablan de Trump son banales. El personal de Epstein discutió si la llegada de Trump al aeropuerto de Palm Beach, Florida, impediría los movimientos del avión de Epstein. Amigos y asesores enviaban con frecuencia a Epstein enlaces a artículos de prensa sobre el ascenso político de Trump, sus políticas y las investigaciones sobre su gobierno y sus aliados. Y los socios de Epstein lo acribillaban con preguntas sobre lo que la presidencia de Trump podría significar para la geopolítica y los mercados financieros.

"trump ., está asustando a los mercados, no a china", escribió Epstein en agosto de 2015 a un conocido no identificado que le había preguntado por las turbulencias económicas.

A finales de 2018, las autoridades estaban cercando a Epstein. Una serie de artículos de The Miami Herald mostró que el secretario de Trabajo de Trump había firmado el acuerdo de culpabilidad de Epstein en 2008. La serie del Herald hizo que el Departamento de Justicia abriera una amplia investigación criminal sobre Epstein.

Aquel diciembre, Epstein se enviaba mensajes de texto con un conocido no identificado, quien escribió: "¡Realmente están intentando acabar con Trump y hacen todo lo que pueden para conseguirlo…!".

"es increíble", respondió Epstein. "porque yo soy el único capaz de acabar con él".

Al mes siguiente, Epstein escribió a Wolff sobre Trump y Mar-a-Lago. "Trump dijo que me pidió que renunciara, nunca fui miembro", escribió Epstein. "Por supuesto que sabía sobre las chicas, ya que le pidió a ghislaine que parara". Trump ha dicho que cortó lazos con Epstein después de que este "robara" a Giuffre de Mar-a-Lago, donde ella había trabajado como empleada del spa.

El 13 de junio de 2019 --unas tres semanas antes de que los agentes del FBI detuvieran a Epstein al bajar de un avión privado en Nueva Jersey--, su contador de toda la vida, Richard Kahn, dijo a Epstein en un correo electrónico que acababa de terminar de revisar el formulario federal de divulgación financiera de Trump. Kahn calificó el formulario de "100 páginas de sinsentido". Identificó nueve "hallazgos interesantes" sobre las deudas, los ingresos y la fundación benéfica de Trump.

No está claro por qué Kahn indagaba en las finanzas de Trump ni si Epstein respondió al mensaje.

Durante los meses anteriores, Kahn había enviado a Epstein numerosos correos electrónicos con enlaces a artículos sobre temas como las investigaciones a las que se enfrentaba Trump por la injerencia rusa en las elecciones de 2016. Un abogado de Kahn no respondió a una solicitud de comentarios.

En otras ocasiones, Epstein preguntó a conocidos si tenían información sobre los abogados que representaban a Trump. No está claro por qué preguntaba Epstein.

Colaboraron con reportería Devlin Barrett, Luke Broadwater, Andrew Chavez, Kirsten Danis, Dylan Freedman, Michael Gold, Matthew Goldstein, Will Houp, Teresa Mondría Terol y Glenn Thrush.

David Enrich es editor adjunto de investigaciones para el Times. Escribe sobre la ley y los negocios.

Nicholas Confessore es un periodista de política e investigador con sede en Nueva York y colaborador de la Times Magazine. Escribe sobre la intersección de riqueza, poder e influencia en Washington y más allá. Puede contactarlo en nicholas.confessore@nytimes.com

Jessica Silver-Greenberg es reportera de investigación del Times que escribe sobre los grandes negocios con un enfoque en el sistema de salud. Ha sido reportera por más de una década.

Steve Eder es periodista de investigación del Times desde hace más de una década.

Colaboraron con reportería Devlin Barrett, Luke Broadwater, Andrew Chavez, Kirsten Danis, Dylan Freedman, Michael Gold, Matthew Goldstein, Will Houp, Teresa Mondría Terol y Glenn Thrush.