Canadá está a punto de perder su estatus de país libre de sarampión

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Canadá va camino de perder su lugar entre las naciones que han eliminado el sarampión, ya que los funcionarios internacionales de salud se reúnen esta semana para revisar esa designación, que los expertos llaman una medición de la preparación general de un país ante una pandemia.

En octubre de 2024 aparecieron casos de sarampión, como ocurre en muchos países. Desde entonces, sin embargo, el virus se ha extendido por todo el país durante un año. El descenso de las tasas de vacunación y el mayor escepticismo ante los mensajes de salud pública desde la pandemia ocasionada por la COVID-19 han sido factores, dicen los expertos.

Pero The New York Times descubrió que en momentos críticos, cuando el sarampión estaba ganando terreno en Canadá, los políticos provinciales impidieron que los funcionarios de salud pública hablaran sobre la importancia de vacunarse. Esa tensión entre lo político y las políticas de salud se está reproduciendo en todo el mundo.

Aunque Ontario es la provincia con más casos, la provincia occidental de Alberta ha notificado un número desmesurado para su población y representa la mayor concentración del país.

Al principal médico del gobierno de Alberta se le impidió hablar públicamente sobre el problema, según las entrevistas. Los correos electrónicos obtenidos a través de una solicitud de registros públicos muestran que el médico instó al gobierno a intensificar sus mensajes semanas antes de la llegada del virus.

Unas pocas decenas de casos pronto se convirtieron en más de 1000. En lo que va del año, Alberta ha registrado casi 2000 casos, Canadá ha notificado más de 5000 y Estados Unidos casi 1700.

La Organización Mundial de la Salud considera eliminado el sarampión hasta que se haya propagado sin control durante un año. Canadá será el primer país occidental desde la pandemia de coronavirus en perder su estatus de eliminación, según los datos de la OMS.

El recuerdo de la covid pende sobre este brote.

Uno de los legados paradójicos de la pandemia es su efecto sobre la indecisión a la hora de vacunarse. La vacuna contra la COVID-19 redujo la gravedad de la enfermedad y salvó millones de vidas. Pero no detuvo, como muchos esperaban, la propagación del virus. La desinformación floreció y se aprovechó del enfado por el confinamiento y los cierres de las escuelas.

Esto ha hecho que algunos funcionarios del gobierno se muestren cautelosos a la hora de transmitir mensajes de salud, sobre todo en comunidades escépticas respecto a las vacunas. La primera ministra conservadora de Alberta, Danielle Smith, ha defendido la elección personal y ha calificado a las personas que no se vacunan como el "grupo más discriminado" de Alberta.

Las tasas de vacunación infantil contra el sarampión han descendido en Alberta desde la pandemia. Ya estaban por debajo del umbral del 95 por ciento que, según los expertos, impide que el virus se propague.

"El sarampión tiene un impacto desproporcionado en los lugares donde existe una profunda desconfianza hacia la salud pública o las instituciones públicas", dijo en una entrevista Deena Hinshaw, exjefa médica de Alberta. "Hay una tendencia global de información errónea y desinformación que se ha arraigado".

Hinshaw habló públicamente por primera vez desde que fue destituida en 2022 por Smith, quien criticó las restricciones de la era de la covid e hizo campaña para que se revisara el sistema de salud pública. El gobierno de Smith ha puesto controles a los funcionarios de salud y ha modificado una Carta de Derechos para explicitar que no se puede obligar a una persona a vacunarse.

El sucesor de Hinshaw, Mark Joffe, dimitió el pasado mes de abril después de enfrentarse con funcionarios del gobierno sobre cómo dirigirse al público en relación con el sarampión, según dos personas con conocimiento de la respuesta del gobierno que hablaron bajo condición de anonimato por no estar autorizadas a hacerlo.

Aunque los registros obtenidos por el Times no muestran que nadie restringiera las declaraciones públicas, indican que, antes de que el sarampión se extendiera a Alberta, Joffe instó a una mayor comunicación. "No puedo insistir en lo importante que es difundir este mensaje", escribió el 28 de febrero y citó brotes en otros lugares de Canadá y los bajos índices de vacunación de Alberta.

Los funcionarios aprobaron comunicaciones escritas, pero no una conferencia de prensa, según las dos personas. El silencio del jefe médico despertó la curiosidad local. El ministro de Salud de Alberta dijo a los periodistas que Joffe no creía que fuera necesario dirigirse al público. Días después, Joffe dimitió.

"Necesitábamos más comunicación y necesitábamos comunicarnos con la gente de una forma que entendieran", dijo en una entrevista, y se negó a detallar las deliberaciones del gobierno.

Después de dejar el gobierno, instó públicamente a la gente a vacunarse.

Maddison McKee, portavoz del ministro de Sanidad de Alberta, no se refirió a la recomendación de Joffe. Destacó el "fuerte descenso" del sarampión y señaló que los nuevos casos se habían reducido a un solo dígito.

"Los funcionarios de salud pública pusieron en marcha campañas de vacunación selectivas, ampliaron el horario de las clínicas y lanzaron actividades de divulgación en toda la provincia", escribió McKee en un correo electrónico. "Desde marzo, se han administrado más de 130.000 vacunas contra el sarampión en toda Alberta, un aumento del 50 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado".

Estados Unidos ha luchado contra brotes de sarampión, pero conserva su estatus de eliminación porque los brotes no han durado un año.

"Hace 60 años que tenemos una vacuna segura contra el sarampión", dijo Adam Ratner, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de Nueva York, quien escribió un libro sobre el sarampión. "No es como cuando estábamos al principio de la covid y no teníamos vacuna, no teníamos buenas pruebas y aún estábamos aprendiendo lo básico".

Canadá ha notificado dos muertes por sarampión este año. Esta enfermedad puede debilitar el sistema inmunitario durante años y puede presagiar el resurgimiento de otras enfermedades prevenibles mediante vacunación.

"El sarampión, la poliomielitis, la tos ferina: la gente se olvida de estas enfermedades porque ya no las tenemos", dijo Joffe. "Pero cuando se deja de vacunar, vuelven a aparecer".

Rebecca R. Ruiz es reportera de investigación para el Times radicada en Londres.

Vjosa Isai es reportera e investigadora del Times radicada en Toronto, donde cubre noticias de todo Canadá.