
La primera dama de Francia presentó una denuncia penal después de que se viralizaron afirmaciones falsas sobre su género y su relación con el presidente Emmanuel Macron. Los acusados niegan haber cometido delito alguno.
La relación entre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte, ha estado bajo un intenso escrutinio durante años. Ahora, 10 personas acusadas de acosar en línea a la primera dama enfrentan un juicio en París por cargos de difundir afirmaciones falsas sobre su matrimonio y su género.
Brigitte Macron, de 72 años, presentó una denuncia penal el año pasado después de que circularan en redes sociales mensajes y fotografías que sugerían que ella era una mujer transgénero nacida con el nombre de Jean-Michel Trogneux, el de su hermano mayor.
Los rumores cobraron fuerza en Estados Unidos el año pasado, después de que la comentarista conservadora Candace Owens, una influyente podcastera con millones de seguidores, los repitiera. En julio, los Macron presentaron una demanda por difamación contra Owens en el estado de Delaware.
El juicio a los ocho hombres y dos mujeres acusados de difundir "comentarios maliciosos" sobre la primera dama comenzó esta semana. La fiscalía de París dijo que algunos de esos mensajes llegaron a describir la diferencia de edad de 24 años entre ella y el presidente como "pedofilia".
Los acusados minimizaron su papel, argumentando que tenían pocos seguidores en redes y que participaban en un debate público legítimo o que eran expresiones satíricas.
Brigitte Macron no ha asistido al juicio, pero declaró ante la policía que los comentarios en línea eran "odiosos" y que habían tenido un efecto devastador en sus nietos, según un testimonio leído en el tribunal el lunes.
El martes, su hija menor, Tiphaine Auzière, declaró que había notado un cambio en su madre desde que comenzaron los ataques. Dijo que la primera dama ahora debe cuidar cada detalle de cómo se viste o posa en público, dijo Auzière, porque "sabe que su imagen puede ser distorsionada para promover mentiras y teorías falaces".
"No pasa una semana sin que alguien le hable de eso", dijo. "Como hija, mujer y madre, no le desearía a nadie lo que ella está viviendo".
Esto es lo que hay que saber sobre el caso.
¿Qué hay detrás del proceso judicial?
Emmanuel Macron y Brigitte se conocieron cuando él tenía 15 años y era alumno de secundaria en Amiens, en el norte de Francia, y ella era su profesora, en ese entonces estaba casada y era madre de tres hijos.
En 2021, Delphine Jegousse, una mujer que se autodefine como médium, publicó un video en el que aparecieron por primera vez las afirmaciones falsas sobre la primera dama. Un año después, Brigitte Macron y su hermano demandaron a Jegousse y a Nathalie Rey, otra mujer que participaba en el video.
En 2024, las mujeres fueron declaradas culpables de difamación. Pero en julio de 2025, un tribunal de apelaciones revocó la sentencia al considerar que habían actuado de "buena fe". Macron y su hermano apelaron la decisión ante el Consejo de Estado, la máxima instancia judicial francesa.
Aunque los Macron han optado por actuar en los tribunales tanto en Francia como en Estados Unidos, rara vez han comentado el caso en público.
En enero de 2022, en una entrevista radial, Brigitte Macron dijo: "En un momento me di cuenta de que estaban cambiando mi genealogía". Explicó que, si no respondía en los tribunales, su trabajo contra el acoso infantil "quedaría empañado".
El año pasado, durante una ceremonia para celebrar la decisión de consagrar el acceso al aborto en la Constitución francesa, el presidente dijo a los periodistas que quienes propagaban afirmaciones sobre la identidad de su esposa eran unos "chiflados".
"Lo peor son las informaciones falsas y los escenarios fabricados, con personas que terminan creyéndolos y perturbando tu vida, incluso tu intimidad", dijo.
En su testimonio ante la policía en diciembre de 2024, Brigitte Macron afirmó: "Creo que me usan para llegar a él, así lo siento. No he viajado al extranjero sin que alguien me lo mencione. No hay un solo cónyuge de jefe de Estado que no esté al tanto".
"Todas estas acusaciones han tenido un impacto profundo en quienes me rodean" agregó, en una declaración leída en el tribunal el lunes.
¿Cómo se defienden los acusados?
El primer día del juicio, los acusados insistieron que su participación fue mínima, dado que no tienen una gran audiencia en redes sociales, y que no hubo intención de causar daño.
También sostuvieron que debatir sobre la identidad de la primera dama o la naturaleza de su relación con el presidente era legítimo, por tratarse de figuras públicas. La mayoría de sus publicaciones, dijeron, eran simples republicaciones de contenidos de otros, como los de Candace Owens, y tenían un tono sarcástico.
"Es una broma, es gracioso", dijo Jérôme Claverie, de 53 años, empleado del sector financiero en el sur de Francia. "¿Hace falta un diploma para hacer chistes en Francia?".
"Hay algo raro en esta historia, tengo derecho a hacer preguntas", añadió.
Otro acusado, Jérôme Amiot, de 49 años, trabajador del sector tecnológico, dijo que no entendía por qué estaba en el banquillo. "Hoy puedes ser llevado ante un tribunal por unos cuantos tuits", dijo. "Da miedo".
Amiot sostuvo que los Macron podrían haber desmentido el rumor presentando pruebas. El mes pasado, el abogado del matrimonio en Estados Unidos, Tom Clare, dijo a la BBC que sus clientes estaban dispuestos a presentar evidencia científica para demostrar que Brigitte Macron es una mujer en el caso contra Owens.
Otro de los acusados, Jean-Christophe Denoual, profesor de educación física de 54 años, dijo estar "sorprendido al leer que la señora Macron pudiera haber sufrido por mis tuits", aunque reconoció que el proceso le parecía "desproporcionado".
"Por supuesto que pido disculpas si le he causado algún daño, lo lamento", dijo.
En su alegato final, la fiscalía señaló a tres acusados que tenían un gran número de seguidores en las redes sociales, diciendo que debían ser sometidos a penas más severas: Jegousse, de 51 años; Aurélien Poirson-Atlan, de 41, expublicista y novelista con decenas de miles de seguidores antes de que se cerrara su cuenta; y Bertrand Scholler, de 56, propietario de una galería de arte en París. Todos niegan haber cometido un delito.
Poirson-Atlan y Scholler advirtieron que el caso podría sentar un precedente peligroso. "Vivimos en un país donde hasta hace poco podíamos manifestarnos libremente", dijo Scholler. "¿Hasta dónde va a llegar esto?".
¿Qué sigue?
El tribunal de París deberá determinar si los mensajes publicados por los acusados deterioran las "condiciones de vida" de Brigitte Macron al punto de afectar su salud física o mental.
No se ha precisado cuándo se dictará sentencia, pero los abogados estiman que el fallo podría demorar hasta ocho semanas. Si son hallados culpables, los acusados podrían enfrentar penas de hasta dos años de prisión y multas de 30.000 euros, unos 35.000 dólares.
Ségolène Le Stradic es una periodista e investigadora que cubre Francia.
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