Trump aumenta la presencia militar cerca de Venezuela y Catar busca mediar

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El Pentágono ha desplegado 10.000 soldados estadounidenses en la región, la mayoría de ellos en bases de Puerto Rico, dijo un alto cargo militar.

La nación árabe del golfo, Catar, intenta actuar como mediadora en el conflicto entre Estados Unidos y Venezuela, incluso mientras el presidente Donald Trump sigue aumentando las fuerzas militares en el Caribe y atacando embarcaciones civiles, según tres personas con conocimiento de la diplomacia catarí.

Los esfuerzos de Catar han sido alentados por el gobierno venezolano, dirigido por el presidente Nicolás Maduro, pero no han sido bien acogidos por el gobierno de Trump, que parece más enfocado en las opciones militares que en la diplomacia.

El Pentágono ha desplegado 10.000 soldados estadounidenses en la región, la mayoría de ellos en bases de Puerto Rico, dijo un alto cargo militar estadounidense. También hay soldados en ocho buques de guerra de superficie y un submarino en la región.

Marco Rubio, secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional, afirma que Maduro es un dirigente ilegítimo y un fugitivo acusado en 2020 por el Departamento de Justicia por cargos de narcotráfico. Rubio ha estado intentando elaborar una estrategia para derrocar a Maduro mediante la presión militar, una misión apoyada por John Ratcliffe, el director de la CIA, y Stephen Miller, el principal asesor de política interior de Trump.

"Sé que Catar pasa mensajes de un lado a otro", dijo Juan Gonzalez, quien fue director de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Joe Biden. "Intentan encontrar la manera de fomentar un diálogo más estructurado o un canal alternativo entre ambas partes, pero no han tenido mucho éxito en el gobierno de Trump".

Un funcionario actual describió los esfuerzos de Catar como un intento de mantener abiertos los canales de comunicación entre Estados Unidos y Venezuela, como parte del objetivo de la pequeña nación de desempeñar un papel importante en la diplomacia mundial.

Se trata de uno de los 12 conjuntos de diplomacia multinacional en los que participa Catar, dijo el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato para hablar de conversaciones delicadas.

Funcionarios cataríes hablaron sobre Venezuela con el presidente Biden y con Antony Blinken, su secretario de Estado, dijo Gonzalez. Catar también organizó reuniones entre Gonzalez y un alto funcionario venezolano, Jorge Rodríguez, en 2023.

Y entre las 12 series de negociaciones, Catar actúa como mediador en varias conversaciones de alto nivel en las que participan el gobierno de Trump y otras partes, incluida la guerra en Gaza.

Pero sobre Venezuela, Rubio y sus aliados están consiguiendo impulsar un enfoque militarista, por lo que el gobierno de Trump se ha abstenido de pedir a Catar que desempeñe un papel diplomático significativo.

Trump no ha dicho públicamente que pretenda derrocar a Maduro. Pero la semana pasada dijo a Richard Grenell, enviado presidencial especial y director ejecutivo interino del Centro Kennedy, que detuviera los esfuerzos diplomáticos con Maduro y su gobierno, según han dicho funcionarios estadounidenses.

Grenell ha sido el principal negociador del gobierno de Trump con Maduro en asuntos que incluían la liberación de algunos presos estadounidenses, la aceptación por parte de Venezuela de los vuelos de deportación que transportan a sus ciudadanos y posibles acuerdos sobre energía y minerales.

Maduro ha seguido aceptando los vuelos de deportación de Estados Unidos a pesar de la creciente hostilidad del gobierno de Trump, y ha expresado su interés en que ambos gobiernos encuentren un terreno en común, según afirman funcionarios venezolanos.

Maduro envió una carta a Trump el mes pasado en la que afirmaba que ni él ni su país eran responsables de la entrada de drogas en Estados Unidos.

"Sé que Maduro está deseoso de restablecer las líneas de comunicación", dijo Gonzalez. Añadió que, dado que Trump no parece estar dispuesto a aceptar la diplomacia, Maduro "recibe muchas presiones de personas en su gobierno para que corte la cooperación en materia de migración".

Gonzalez se reunió con funcionarios venezolanos en Catar, Italia y México en 2023 para discutir la celebración de elecciones competitivas por parte de Maduro a cambio del levantamiento de ciertas sanciones estadounidenses.

Por otro lado, Gonzalez también negoció que Venezuela liberara a prisioneros estadounidenses y aceptara vuelos de deportación de Estados Unidos a partir del otoño de 2023. Grenell consiguió una renovación de ese acuerdo después de que Maduro interrumpiera temporalmente los vuelos este año.

Catar "hizo de anfitrión, mantuvo minutas y nos ayudó a intercambiar documentos e información sobre asuntos delicados", dijo Gonzalez. "A veces, cuando estábamos atascados en algún asunto, entablaban conversaciones con nuestro gobierno y también enviaban a alguien a Venezuela para que presionara algunos temas".

"Nos fueron increíblemente útiles", dijo.

Catar es uno de los mayores productores y exportadores de gas natural del mundo y ha intentado llegar a acuerdos comerciales en el gran sector del petróleo y el gas de Venezuela.

El Ministerio de Asuntos Exteriores catarí declinó hacer comentarios sobre su papel actual en la diplomacia entre Venezuela y Estados Unidos. El Departamento de Estado y la Casa Blanca no respondieron a las peticiones de comentarios, como tampoco lo hizo Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y principal negociador del gobierno con Estados Unidos.

Rubio ha elogiado a los líderes de la oposición venezolana que tratan de deponer a Maduro y se reunió con cinco figuras de la oposición en mayo, después de que huyeran de Caracas, la capital. Un asesor de la principal líder opositora del país, María Corina Machado, declaró a The New York Times el mes pasado que estaban hablando con el gobierno de Trump sobre cómo contrarrestar a Maduro y a las organizaciones criminales.

Desde principios de septiembre, el ejército estadounidense ha llevado a cabo al menos cuatro ataques letales contra embarcaciones civiles en el Caribe, en los que han muerto al menos 21 personas. Trump ha dicho que se trataba de narcotraficantes, pero no ha aportado pruebas de ello ni ha dado una base jurídica clara a la opinión pública para los ataques. El miércoles, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo que su gobierno creía que el último barco que alcanzó Estados Unidos era colombiano y transportaba a ciudadanos de su país.

La concentración militar en el Caribe sugiere que el Pentágono pretende llevar a cabo operaciones mucho más expansivas, incluso quizá en la propia Venezuela.

Unos 4500 marineros e infantes de la Marina están a bordo de los ocho buques de guerra de superficie y el submarino. El principal aumento se ha producido en Puerto Rico, donde la fuerza cuenta ahora con unos 5500 soldados, dijo el militar estadounidense. Incluyen tripulaciones de aviones de combate F-35, aviones no tripulados MQ-9 Reaper y otros aviones de transporte y recolección de información. Entre los nuevos soldados también hay personal de mantenimiento, logístico y de apoyo.

El gobierno de Trump envió una notificación confidencial al Congreso a finales de septiembre en la que afirmaba que el gobierno estadounidense se encontraba ahora en un "conflicto armado" con los cárteles de la droga.

El martes, cinco líderes demócratas de la Cámara de Representantes exigieron más información sobre las acciones militares, y afirmaron en una carta a Trump que no había logrado definir la autoridad legal que le permitía ordenar los recientes ataques contra civiles. También dijeron que no había identificado a qué grupos denomina "organizaciones terroristas".

Al parecer, se trata de una nueva categoría sin base jurídica ni factual creada por Trump con el propósito de intensificar este conflicto, dijeron los funcionarios del Congreso. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, utilizó el término cuando publicó un video en internet el 3 de octubre en el que se jactaba del ataque letal más reciente contra un barco.

Edward Wong cubre los asuntos globales, las políticas internacionales estadounidenses y el Departamento de Estado para el Times.

Eric Schmitt es corresponsal de seguridad nacional para el Times. Lleva más de tres décadas informando sobre asuntos militares y antiterrorismo en Estados Unidos.

Julie Turkewitz es la jefa de la corresponsalía de los Andes del Times, y desde Bogotá cubre Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Perú.