
En un video hiperrealista de nueve segundos, estábamos haciendo paracaidismo (y sonriendo) con pizzas como paracaídas.
En otro, Eli bateaba un jonrón ganador en un estadio de béisbol lleno de robots.
En otro más, Mike se vio atrapado en un duelo al estilo Matrix contra Ronald McDonald, utilizando hamburguesas con queso como armas.
"Sinceramente estoy sorprendido", decía el mensaje que Eli le envió a Mike sobre el video de la hamburguesa con queso, antes de darle un me gusta al contenido. Mike siguió enviando videos --en los que aparecía danzando bailes de salón con su perro y sentado en un trono de ratas-- a otros colegas de The New York Times (a todos ellos les parecieron ligeramente inquietantes).
La aplicación que utilizamos no era TikTok, Instagram Reels ni YouTube Shorts, los líderes actuales del video de formato corto. Se trataba de Sora, una aplicación para celulares creada por OpenAI que permite crear este tipo de videos totalmente a partir de la inteligencia artificial. La tecnología subyacente de Sora debutó el año pasado, pero su más reciente versión --más rápida y potente, y que puede incorporar tu imagen si subes imágenes de tu cara-- se lanzó la semana pasada solo por invitación.
Después de pasar menos de un día con la aplicación, lo que nos quedó claro es que Sora ha ido más allá de ser una aplicación de generación de video por IA. En realidad, es una red social disfrazada; un clon de TikTok hasta en su interfaz de usuario, sugerencias algorítmicas de video y capacidad para seguir e interactuar con amigos. El potente modelo de IA en el que se basa Sora simplifica la producción de clips, dando a los usuarios una capacidad casi ilimitada para generar tantos videos de IA como quieran.
También fue desconcertante.
Casi al instante, los primeros usuarios de Sora empezaron a crear videos con material protegido por derechos de autor extraído de la cultura pop. (Vimos más videos de Rick y Morty y de Pikachu de lo que nos habría gustado). Y cuando Mike publicó un video de Sora en su página personal de Instagram, media decena de amigos le preguntaron si era él quien aparecía en el video, lo que nos hizo preguntarnos si podríamos perder el contacto con la realidad.
Peor aún, la posibilidad de generar rápida y fácilmente videos de la imagen de las personas podría echar gasolina a la desinformación, creando clips de acontecimientos falsos que parecen tan reales que podrían incitar a la gente a actuar en el mundo real. Aunque algo de esto ya era posible con otros generadores de video de IA, Sora podría acelerarlo.
Apenas son los primeros días y no hay garantías de que Sora tenga éxito. Pero OpenAI parece haber creado el tipo de producto que empresas como Meta y X han intentado construir: una forma de llevar la IA a las masas que la gente pueda compartir, incitándose unos a otros a crear publicaciones y a utilizar regularmente sus aplicaciones y servicios.
La carrera por crear aplicaciones similares se está intensificando. En septiembre, Meta lanzó un feed de redes sociales en su aplicación dedicada a la IA llamada Vibes, que utiliza un generador de videos de IA de la empresa Midjourney. Google alberga Veo, su versión de un producto similar.
En un momento en que la internet de la era de las redes sociales ha hecho que la gente pase de compartir mensajes de texto a publicar fotos y ahora a ver miles de millones de horas de video, los ejecutivos tecnológicos afirman que las herramientas de video con IA serán fundamentales para la siguiente generación de redes sociales.
"Pensamos que la mejor manera de llevar esta tecnología a las masas era a través de algo que fuera social", dijo en una entrevista Rohan Sahai, jefe de producto de OpenAI para Sora. "Cuando tienes una tecnología que cambia tan drásticamente --incluso un nuevo factor de forma--, nuestro objetivo y filosofía como empresa es darla a conocer".
(The New York Times ha demandado a OpenAI y Microsoft, alegando infracción de los derechos de autor de contenidos informativos relacionados con los sistemas de IA. Las dos empresas han negado esas reclamaciones).
El nuevo Sora tiene el mismo aspecto que TikTok y el mismo título en su feed social, "Para ti". Los usuarios pueden escanear sus rostros para poder aparecer como avatares en los videos o utilizar imágenes de otras personas, como el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman. OpenAI llama a esta función "Cameos", el mismo nombre que la popular aplicación en la que la gente compra videos personalizados de sus famosos favoritos.
Algunos expertos en seguridad dijeron que Sora y la función Cameos en concreto podrían dar lugar a nuevos tipos de desinformación y estafas. Un video de Sora que se hizo viral muestra a un Altman artificial robando una unidad de procesamiento gráfico de unos grandes almacenes, como si lo hubiera grabado una cámara de seguridad.
"Hace que sea realmente fácil crear una deepfake creíble de una forma que aún no hemos visto", dijo Rachel Tobac, directora ejecutiva de SocialProof Security, una empresa de ciberseguridad.
Sora tiene restricciones sobre algunos contenidos sexuales y protegidos por derechos de autor. Puedes hacer un video con los personajes del programa de televisión South Park, por ejemplo, pero no con figuras de Batman o Superman. Los titulares de derechos deben optar por que su obra no se utilice en Sora a través de un formulario de disputas sobre derechos de autor, caso por caso. Las figuras públicas pueden optar por conceder permiso para que Sora utilice sus imágenes.
"Trabajaremos con los titulares de derechos para bloquear de Sora a las personalidades a petición expresa y responder a las solicitudes de retirada", dijo en un comunicado Varun Shetty, jefe de asociaciones con los medios de comunicación de OpenAI.
Cuando los clips de Sora empezaron a circular por X, TikTok y otras plataformas sociales la semana pasada, fueron recibidos con sorpresa, deleite y disgusto. Uno de los temores es que Sora se sume a lo que se ha dado en llamar "bazofia", o slop en inglés, un término despectivo para referirse al creciente número de videos sin sentido generados por IA que inundan las redes sociales.
En julio, un clip de IA de un bebé pilotando un 747 fue uno de los videos más vistos de YouTube. En las últimas semanas, un video generado por IA de una anciana sujetando una roca y estrellándose contra un puente de cristal sobre un cañón se hizo viral en Facebook y X, dando lugar a decenas de clips parecidos.
Sahai, jefe de producto de OpenAI, dijo que, al igual que otras redes sociales habían democratizado las herramientas para los creadores, con Sora se produciría una cantidad significativa de contenido, de todo el espectro de calidad, pero que el trabajo de mayor calidad sería de lo más elevado. Señaló que algunas bromas compartidas entre amigos pueden parecer tonterías a los de fuera, pero resultan divertidas y relevantes para grupos pequeños.
"La bazofia de un hombre es el oro de otro", dijo Sahai.
En Hollywood hay preocupación por la forma en que Sora podría facilitar a los usuarios la usurpación de imágenes y semejanzas sin ninguna compensación. Un día después del lanzamiento de la aplicación, los ejecutivos de la agencia de talentos WME enviaron un memorándum a los agentes en el que decían que lucharían para defender el trabajo de sus clientes, según una copia vista por The New York Times.
"Existe una gran necesidad de protección real para los artistas y creativos que se enfrentan a modelos de IA que utilizan su propiedad intelectual, así como su nombre, imagen y semejanza", decía la nota. WME dijo que había comunicado a OpenAI que todos sus clientes optaban por no incluir su imagen o propiedad intelectual en los videos de Sora.
Aun así, el amplio atractivo de Sora quedó claro de inmediato. Ninguno de nosotros sabe nada de creación de videos, pero bastó una idea, dos o tres minutos de tiempo de procesamiento y un montón de potencia de cálculo para crear un video de Mike luchando con Eli por el título de "mejor periodista de tecnología". (Ganó Eli).
No todo el mundo estaba encantado. Después de que Mike mostró a su pareja un video de Sora inquietantemente realista en el que aparecía interpretando al psicópata Anton Chigurh en la adaptación cinematográfica de 2007 del libro Sin lugar para los débiles, ella le hizo una simple petición.
"Por favor, no vuelvas a enseñarme este tipo de videos", dijo.
Nicole Sperling colaboró con reportería desde Los Ángeles.
Mike Isaac es corresponsal de tecnología para el Times, radicado en San Francisco. Cubre regularmente Facebook y Silicon Valley.
Eli Tan cubre la industria tecnológica para el Times desde San Francisco.
Nicole Sperling colaboró con reportería desde Los Ángeles.
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