Macron nombrará un nuevo primer ministro en lugar de convocar elecciones

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El anuncio, que descartó la posibilidad de elecciones parlamentarias anticipadas, se produjo tras las conversaciones que Sébastien Lecornu, el primer ministro saliente, mantuvo con los partidos políticos a petición de Macron.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, nombrará a un nuevo primer ministro en las próximas 48 horas, según informó su oficina el miércoles, en un intento de sacar al país de una aguda crisis política.

El anuncio, que canceló la posibilidad de elecciones parlamentarias anticipadas, se produjo tras las conversaciones de última hora que Sébastien Lecornu, el primer ministro saliente, mantuvo con los partidos políticos a petición de Macron.

Lecornu, aliado centrista de Macron, salió de las conversaciones con un optimismo cauteloso. En una entrevista en la cadena de televisión France 2, dijo que la mayoría de los partidos de la Cámara Baja del Parlamento no deseaban nuevas elecciones y querían que se aprobara un presupuesto antes de fin de año.

Pero el vertiginoso ritmo de la política francesa durante la semana pasada y los grandes desacuerdos entre los partidos franceses --especialmente sobre el destino de la reforma de las pensiones del país en 2023-- dejaron claro que aún quedaban retos por delante.

"Creo que todavía podemos encontrar un camino", dijo Lecornu. Sin embargo, "es difícil" hacerlo, añadió, en medio de la creciente preocupación por la capacidad de Francia para reducir su deuda y su déficit.

Lecornu dimitió el lunes, tras menos de un mes en el cargo, debido a la agitación en el seno de su gabinete de centristas y conservadores, y a las amenazas de ser derrocado por los legisladores de la oposición en la Cámara Baja, donde ningún partido tiene mayoría.

Su salida aumentó la presión de los partidos de izquierda y extrema derecha, quienes desean que Macron convoque elecciones parlamentarias anticipadas.

Esa alternativa es la que defiende con más vehemencia el partido nacionalista y antinmigración Agrupación Nacional.

"Lo censuro todo", declaró el miércoles a la prensa Marine Le Pen, líder del partido durante muchos años, con lo que daba a entender que destituiría a cualquier nuevo primer ministro. "La broma ya ha durado demasiado".

Francia Insumisa, un partido de extrema izquierda que quiere la dimisión de Macron, también ha amenazado con votar contra quien no se alinee con sus intereses.

Pero Francia Insumisa y Agrupación Nacional no controlan los escaños necesarios en la Cámara Baja para derrocar a un primer ministro, y Lecornu dijo el miércoles que la mayoría de los partidos preferían estabilizar la situación.

Aún así, lamentó que los altos cargos de los partidos estuvieran menos abiertos a transigir en las declaraciones públicas que en las conversaciones privadas.

"El elefante en la habitación son las elecciones presidenciales" de 2027, dijo Lecornu, con lo que sugería que Macron debería nombrar un gabinete "completamente desconectado" de cualquier ambición presidencial y enfocado únicamente en el presupuesto.

No quedó claro cómo hacerlo, en un país donde la presidencia es el cargo más poderoso y codiciado, a menos que Macron, que no puede volver a postularse, nombre un gobierno de tecnócratas.

Lecornu tampoco aclaró cómo podría el próximo primer ministro aplacar simultáneamente a centristas, conservadores y a la izquierda moderada para lograr el apoyo necesario --o, como mínimo, la no agresión-- para un acuerdo presupuestario.

Olivier Faure, jefe del Partido Socialista, les dijo a los periodistas tras reunirse con Lecornu el miércoles que gobernar en coalición con el partido de Macron era "inimaginable".

Uno de los principales puntos de desacuerdo es la reforma de las pensiones de Macron de 2023, piedra angular de su segundo mandato, que modificó la edad a la que los trabajadores pueden empezar a cobrar las pensiones, elevándola de 62 años, en varias etapas hasta 2030, a 64 años. La reforma sigue siendo impopular.

Lecornu había descartado suspenderla, lo que era una de las principales exigencias de la izquierda moderada.

Pero el martes, Élisabeth Borne, ex primera ministra de Macron que contribuyó decisivamente a la aprobación de la medida, dijo en una entrevista a Le Parisien que podría mejorarse o incluso suspenderse, "si esa es la condición para la estabilidad del país".

"Creo que no debemos convertir a esta reforma de las pensiones en una vaca sagrada", dijo.

Fue una confesión sorprendente por parte de Borne, quien había defendido los cambios en las pensiones, con un gran costo político, como la clave para reducir el déficit de Francia. También fue una medida de lo tóxico que se ha vuelto Macron, incluso para sus aliados más cercanos.

Otros dos ex primeros ministros de Macron, Édouard Philippe y Gabriel Attal, se distanciaron esta semana del presidente, a quien muchos culpan del actual estancamiento porque las elecciones anticipadas que convocó en 2024 desembocaron en un Parlamento sin mayoría.

Philippe, que dirige un partido centrista aliado con el de Macron, dijo que el presidente debería organizar elecciones presidenciales anticipadas. Attal, quien dirige Renacimiento, el partido de Macron, dijo que "como muchos franceses, ya no entiendo" al presidente.

Un estudio publicado el miércoles por el instituto demoscópico Elabe reveló que el índice de aprobación de Macron había caído a solo el 14 por ciento.

"El presidente se ha convertido en un repelente, incluso dentro de su propia coalición", dijo Benjamin Morel, profesor de Derecho Público en la Universidad Panthéon-Assas de París.

Lecornu declaró a France 2 que cualquier decisión sobre las pensiones correspondía al próximo gobierno. Pero reconoció que la reforma, que se hizo pasar por el Parlamento sin una votación completa, a pesar de las grandes protestas, había dejado una "herida democrática".

"Es una fuente de bloqueo", dijo, y añadió que le había dicho a Macron que "hay que encontrar la manera de que haya un debate".

Ségolène Le Stradic colaboró con la reportería.

​​Aurelien Breeden es reportero del Times en París, desde donde cubre noticias de Francia.

Ségolène Le Stradic colaboró con la reportería.