El ejército de EE. UU. ataca otro barco cerca de Venezuela, según Hegseth

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Se trata del cuarto ataque de la campaña del gobierno de Donald Trump contra presuntos narcotraficantes en el mar Caribe.

El ejército estadounidense mató a cuatro hombres que estaban a bordo de una embarcación en aguas internacionales cerca de Venezuela, dijo el viernes el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Este fue el primer ataque de este tipo desde que el gobierno de Donald Trump indicó al Congreso que Estados Unidos estaba inmerso en un "conflicto armado" formal con los cárteles latinoamericanos.

En una publicación de redes sociales, Hegseth acusó a los fallecidos de haber estado traficando narcóticos, sin ofrecer pruebas. También afirmó que estaban "afiliados" a uno de los cárteles y bandas que el gobierno de Trump ha designado como organizaciones terroristas extranjeras, pero no especificó a cuál.

Este fue el cuarto ataque del que se tiene conocimiento que el ejército estadounidense lleva a cabo contra embarcaciones en el mar Caribe desde el 2 de septiembre. En total, el ejército ha quitado la vida a 21 personas que, según afirma, traficaban drogas, como si se tratara de soldados enemigos en una zona de guerra y no sospechosos de un delito.

"Nuestra inteligencia, sin lugar a dudas, confirmó que esta embarcación traficaba con narcóticos, que las personas que iban a bordo eran narcoterroristas y que operaban en una ruta de tránsito conocida del narcotráfico", escribió Hegseth. "¡¡¡¡Estos ataques continuarán hasta que se terminen los ataques contra el pueblo estadounidense!!!!".

Hegseth, igual que en los anuncios anteriores del gobierno de Trump sobre este tipo de ataques el mes pasado, publicó un video de vigilancia aérea breve en el que se veía una lancha rápida en el mar, que luego explota. Dijo que había dirigido el ataque por orden del presidente Trump.

No hubo muchos detalles más. Hegseth dijo que el ataque se realizó "justo frente a la costa de Venezuela", pero en aguas internacionales, y no identificó las nacionalidades de las personas fallecidas.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha denunciado los ataques. Maduro dijo que un ataque anterior había sido un "crimen alevoso" y un "ataque militar contra civiles que no estaban en guerra ni amenazaban militarmente a ningún país". Dijo que si Estados Unidos creía que los pasajeros del barco eran narcotraficantes, debían haber sido detenidos.

Es ilegal que el ejército mate de manera deliberada a civiles --incluso a presuntos delincuentes-- que no participen directamente en las hostilidades. El gobierno de Trump comunicó esta semana al Congreso que había "determinado" que Estados Unidos estaba implicado en un conflicto armado con los cárteles que su gobierno había designado como grupos terroristas, y que las personas que tripulaban embarcaciones sospechosas de traficar drogas para dichos grupos no eran civiles, sino "combatientes ilegales".

La legitimidad de la idea de que Trump puede considerar el tráfico de un producto peligroso como el tipo de hostilidad o ataque armado que puede desencadenar un estado de conflicto armado --y con él, el derecho a utilizar la fuerza militar letal sin infringir las leyes sobre el asesinato-- ha sido refutada por una serie de especialistas jurídicos en las leyes que rigen el uso de la fuerza.

Entre esos detractores se encuentran oficiales retirados que anteriormente asesoraban al ejército sobre cuándo podía utilizar la fuerza. En particular, Hegseth ha expresado su aversión por los llamados abogados JAG, en referencia al Cuerpo del Juez Abogado General, y despidió a los abogados de más alto rango en febrero, tras ser confirmado.

Trump ha estado utilizando al ejército de formas que no siguen las normas, incluido el despliegue de soldados bajo control federal a las calles de ciudades como Los Ángeles y Washington, y ha dicho que lo ampliará a Chicago, Portland y Memphis. Esta semana, Hegseth obligó a altos mandos militares estadounidenses de todo el mundo a viajar para asistir a los discursos que dieron él y Trump, y el presidente sugirió utilizar soldados en ciudades estadounidenses como "campos de entrenamiento" para futuras guerras.

El uso que Trump y Hegseth hicieron del ejército para matar sumariamente a presuntos narcotraficantes en el mar Caribe es otro ejemplo. La Guardia Costera estadounidense, asistida por la Armada, se ha enfrentado durante mucho tiempo al narcotráfico interceptando embarcaciones y, si las sospechas de contrabando resultaban fundadas, confiscando su carga y deteniendo a sus tripulaciones para procesarlas.

Pero a finales de julio, Trump firmó una orden aún secreta con la que ordenaba al Pentágono empezar a utilizar la fuerza militar contra los grupos delictivos latinoamericanos que su gobierno ha calificado de terroristas. Desde agosto, el ejército estadounidense ha incrementado sus fuerzas navales en el sur del mar Caribe.

El 2 de septiembre, en el primer uso de esa autoridad, fuerzas de Operaciones Especiales atacaron una embarcación que, según dijo Trump, traficaba drogas y transportaba a 11 miembros del Tren de Aragua, una banda venezolana que su gobierno ha designado como grupo terrorista. En un informe al Congreso, Trump justificó el ataque como una cuestión de defensa propia contra los narcotraficantes.

Las dudas sobre lo que ocurrió con ese ataque persisten. No está claro por qué había tantas personas a bordo de la embarcación, lo que hace sospechar que algunas de ellas podrían haber sido migrantes en lugar de miembros de la tripulación. Personas que tuvieron acceso a un video más largo de la operación que el publicado por el gobierno dicen que la embarcación había dado la vuelta antes del ataque militar estadounidense, aparentemente asustada por un avión, y que fue atacada reiteradamente antes de hundirse.

En un segundo ataque a una embarcación, el 15 de septiembre, murieron tres venezolanos, dijo Trump, sin especificar el grupo al que podrían pertenecer. En su notificación al Congreso en la que declaraba que Estados Unidos está ahora en un "conflicto armado no internacional" con cárteles de la droga designados como organizaciones terroristas, también calificó a las tres personas que fallecieron en ese ataque de "combatientes ilegales".

En un tercer ataque, el 19 de septiembre, también murieron tres personas, dijo Trump, esta vez sin especificar nacionalidad ni grupo.

El ejército ha elaborado una propuesta para ampliar potencialmente la campaña a ataques dentro del territorio venezolano, según funcionarios actuales y anteriores, pero no está claro si Trump ha tomado una decisión al respecto. Además, varios de sus principales ayudantes han estado presionando para que se utilice la fuerza militar para destituir al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Maduro fue imputado por el Departamento de Justicia estadounidense por cargos de narcotráfico y corrupción en el primer mandato de Trump, y Estados Unidos, durante periodos presidenciales de ambos partidos, lo ha acusado de robar las elecciones para la presidencia de 2024 en Venezuela. El gobierno de Trump lo ha calificado de ilegítimo y ha duplicado la recompensa por su captura.

Charlie Savage escribe sobre seguridad nacional y política jurídica para el Times.