No quiso darle a Trump una espada para Carlos III y fue destituido del museo que dirigía

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La salida de Todd Arrington, quien dirigía la Biblioteca y Museo Presidencial Dwight D. Eisenhower, se produjo después de que el gobierno solicitó un objeto de su colección para obsequiar al rey.

El presidente Donald Trump quería un regalo para el rey Carlos.

Antes de su visita de Estado al Reino Unido el mes pasado, el gobierno empezó a buscar un artefacto relacionado con el presidente Dwight D. Eisenhower que el presidente pudiera regalar al monarca británico: una espada quizá, o algo más que representara el papel de Eisenhower como comandante supremo de las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial.

A través de una dirección de correo electrónico personal, un funcionario del gobierno se puso en contacto con la Biblioteca Presidencial, Museo y Casa de la Infancia Dwight D. Eisenhower de Abilene, Kansas, que cuenta con al menos una espada de Eisenhower en su colección, un obsequio recibido en 1947 de la reina Guillermina de los Países Bajos. Pero la biblioteca se negó a entregarla, al igual que cualquier otro artefacto original de su colección, alegando que son propiedad del gobierno de EE. UU. y que la biblioteca está obligada por ley a preservar para el público estadounidense.

En su lugar, Trump acabó regalando al rey Carlos una réplica de la espada. Y esta semana, el director de la biblioteca Eisenhower, Todd Arrington, fue obligado a dejar su puesto.

No quedó claro de inmediato qué provocó su destitución, ni qué papel pudo haber desempeñado su negativa a entregar la espada.

Arrington, contactado telefónicamente el jueves, confirmó que había sido presionado para presentar su renuncia. Dijo que le habían dicho que "ya no se le podía confiar con información confidencial". No se le dio ninguna otra explicación, dijo, y añadió que no había recibido ninguna reacción negativa notable tras su negativa a proporcionar una espada.

En una entrevista, Arrington expresó su consternación a que su negativa a facilitar una espada de Eisenhower pudiera haber sido un factor que condujera a su dimisión forzada.

"Nunca imaginé que me despedirían después de casi 30 años de servicio en el gobierno por esto", dijo. "Volvería sin dudarlo".

Otras tres personas con conocimiento de la situación describieron el conflicto sobre la espada. Dos de ellas dijeron que Arrington también había enfadado a los funcionarios de la Administración Nacional de Archivos y Registros, que supervisa el sistema de bibliotecas presidenciales, al compartir información con su personal sobre cambios en los planes para un nuevo centro educativo, lo que puede haber contribuido a su destitución.

Los Archivos Nacionales no respondieron a las solicitudes de comentarios; sus instalaciones están cerradas debido al cierre del gobierno federal. La Casa Blanca declinó hacer comentarios.

La destitución de Arrington fue dada a conocer anteriormente por The Last Campaign, un boletín de Substack, y por CBS News.

El asunto de la espada es la más reciente disputa entre Trump y quienes dirigen las instituciones culturales e históricas no partidistas del país, a varios de los cuales ha despedido o ha intentado poner a raya, empezando por los Archivos Nacionales. A principios de febrero, Trump, que se había enzarzado con los Archivos por su reticencia a devolver documentos clasificados tras dejar el cargo en 2021, despidió abruptamente a la encargada del archivo de Estados Unidos, Colleen Shogan.

El secretario de Estado Marco Rubio fue nombrado archivero en funciones. Jim Byron, director ejecutivo de la Fundación Richard Nixon, un grupo privado relacionado con la biblioteca presidencial de Nixon en California, fue nombrado asesor principal, encargado de gestionar los archivo en el "día a día" hasta que se pudiera nombrar a un encargado permanente.

La solicitud de un regalo para el rey Carlos procedía de una persona encargada de enlace en el Departamento de Estado que utilizaba la dirección de correo electrónico "giftgirl2025" (chicaregalo2025) y que inicialmente dijo al museo que buscaba "como una espada o algo así", según una persona familiarizada con las conversaciones.

Casualmente, poco antes de que fracasaran los esfuerzos del gobierno de Trump por conseguir una espada de la biblioteca de Eisenhower, otras dos espadas de Eisenhower se expusieron temporalmente en la biblioteca de Nixon. Según un comunicado de prensa, son un préstamo de Julie Nixon Eisenhower, hija del presidente Nixon, quien se casó con el nieto del presidente Eisenhower.

Entre ellas, una "Espada de Honor" que le entregó en 1947 la ciudad de Londres en honor a su papel como comandante supremo de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial, y descrita por la biblioteca Nixon como "atesorada en tanto una reliquia familiar".

La salida de Arrington se produce en medio de un esfuerzo más amplio por remodelar la relación entre los Archivos Nacionales, que gestionan las 13 bibliotecas presidenciales federales, y las fundaciones presidenciales privadas que recaudan fondos para ayudar a mantenerlas.

En 2017, la Fundación Obama anunció que el centro presidencial de Barack Obama en Chicago sería totalmente privado, gestionado sin la participación de los Archivos Nacionales. En 2022, los Archivos Nacionales acordaron transferir las operaciones de la Biblioteca y Museo Presidencial George W. Bush a la Fundación George W. Bush, una medida que algunos académicos han criticado como otro golpe a la idea de una historia presidencial no partidista.

En ambos casos, los archivos de los expresidentes siguen siendo propiedad del gobierno, y su conservación y acceso están supervisados por los Archivos Nacionales, de acuerdo con la Ley de Archivos Presidenciales de 1978.

El campus de 8,9 hectáreas de la biblioteca Eisenhower incluye un museo, archivos de investigación, la casa restaurada de la infancia del expresidente y su tumba. Arrington, estudioso de la Guerra Civil y de los primeros tiempos del Partido Republicano, asumió el cargo en agosto de 2024, tras 25 años en el Servicio de Parques Nacionales, donde recientemente había supervisado el Sitio Histórico Nacional James A. Garfield, en Ohio. En el sitio de Garfield, se le atribuyó la creación de una de las mejores redes sociales del sistema de parques, que despertó el interés por el presidente, un tanto desconocido, con una mezcla traviesa pero respetuosa de publicaciones.

En el momento del nombramiento de Arrington, Stephen Hauge, entonces presidente de la Fundación Eisenhower, elogió su "impresionante mezcla de credenciales académicas, experiencia profesional y compromiso con la historia pública".

Meredith Sleichter, directora ejecutiva de la Fundación Eisenhower, que está construyendo y sufragando el nuevo centro educativo, no respondió a una solicitud de comentarios.

Kitty Bennett colaboró con investigación.

Jennifer Schuessler es reportera de la sección Cultura del Times y cubre la vida intelectual y el mundo de las ideas.

Minho Kim cubre noticias de última hora y el cambio climático para el Times. Radica en Washington.

Kitty Bennett colaboró con investigación.