
Varios ven tanto oportunidades como problemas en el nuevo arancel estadounidense sobre las exportaciones suizas.
Cuando las marcas de relojes van a México, suelen desplegar los colores nacionales.
El año pasado, en el Salón Internacional Alta Relojería de Ciudad de México, al menos tres marcas --Manufacture Royale, HYT y Maurice Lacroix-- presentaron series especiales o piezas únicas con los colores verde, blanco y rojo de la bandera mexicana.
Las alusiones a México también fueron más allá de los colores. Minase, una marca japonesa independiente, presentó un reloj que combinaba el tradicional motivo de olas Seigaiha con el emblema mexicano de un águila con una serpiente en el pico; Hublot tenía una edición de su colección Spirit of Big Bang con una correa hecha de fibra de nopal; Bovet ofreció un reloj con un retrato en miniatura de Benito Juárez, el primer presidente indígena de México; y Louis Moinet mostró su modelo Fuego Nuevo, con la Piedra del Sol azteca grabada en una carátula de meteorito.
Aquí, los coleccionistas suelen apreciar los relojes que rinden homenaje a su país: "piezas dedicadas que tienen que ver con algo nacional, patriótico, cultural y único", dijo Carlos Alonso, fundador y director general del salón de relojería, más conocido como SIAR. Por supuesto, los aficionados mexicanos también compran muchos otros relojes.
De hecho, el país figuró entre los mercados de más rápido crecimiento del mundo en 2023 y 2024, según cifras de la Federación de la Industria Relojera Suiza, una organización comercial sin fines de lucro.
"En relojería, México no es un país emergente", dijo Alonso, y añadió que el mercado nacional es "bastante más sólido, maduro y estable de lo que a veces creen los demás que somos".
Un mercado sólido
Alonso explicó que Audemars Piguet inició lo que llamó el "boom" de los homenajes relojeros en 2010 con una edición de 300 piezas de Orgullo de México para conmemorar el bicentenario de la independencia de México. Desde entonces, dijo durante una entrevista en Ciudad de México este año, muchas marcas han llegado al SIAR con piezas personalizadas cuyo precio oscila entre los miles y los cientos de miles de dólares.
"Ha habido decenas y decenas de ediciones limitadas", dijo Alonso, un expatriado español que también publica la revista Tiempo de Relojes desde 1996.
Recientemente, varios factores han hecho de México un mercado fuerte para los relojes de lujo, dijo, entre ellos su estabilidad política y económica y un segmento superior de la población con bolsillos profundos y apetito por coleccionar cosas finas. Además, señaló, gracias al acuerdo de libre comercio entre Suiza y México que entró en vigor en 2001, los consumidores mexicanos ya no tienen que comprar relojes en el extranjero para evitar los aranceles.
México representa solo una porción diminuta del mercado mundial de relojes de gama alta: menos del 2 por ciento de todas las exportaciones de relojes suizos en 2024, tanto en valor como en número de unidades, según cifras de la federación de la industria relojera. Sin embargo, las exportaciones a México aumentaron casi un 35 por ciento de 2022 a 2024.
Y México es el único país latinoamericano que figura entre los 30 principales destinos de las exportaciones de relojes suizos de gama alta; ocupaba el puesto 15 en 2024, aunque descendió al puesto 18 en los ocho primeros meses de 2025.
Alonso dijo que creía que el descenso podría deberse principalmente a los altibajos naturales del mercado, más que a preocupaciones más serias.
Sin embargo, la industria relojera en todo el mundo ha enfrentado recientemente vientos en contra, como los elevados precios del oro, la debilidad del dólar, el debilitamiento de la confianza de los consumidores y, actualmente, los aranceles del 39 por ciento sobre los productos suizos destinados a Estados Unidos, su principal mercado de exportación. Varios ejecutivos del sector minorista señalaron que estos factores podrían afectar al mercado relojero nacional mexicano de manera directa o indirecta, pero que aún veían oportunidades de crecimiento.
"Todavía el sentimiento del consumidor está bastante alto en México con respecto al interés hacia la alta relojería", dijo Juan Carlos Suárez, director ejecutivo de Grupo Berger, un grupo de empresas que incluye boutiques de relojes y joyería.
Suárez, un estadounidense de origen colombiano que dirigió las operaciones de Audemars Piguet en Latinoamérica y el Caribe durante 15 años antes de incorporarse a Berger a principios de 2024, dijo que había observado que los compradores de lujo en México solían tener gustos más aventureros que los de otros lugares.
"Entre menos conocido y más exclusivo, por lo tanto, más deseable", dijo.
Una pequeña élite
En México, como en el resto del mundo, el segmento más alto del mercado relojero ha tenido el rendimiento más fuerte en los últimos años, con coleccionistas que se centran cada vez más en relojes raros o premium, según Oliver Müller, fundador de la consultora relojera suiza LuxeConsult.
"Hay una élite muy reducida de personas con medios económicos muy abundantes que pueden pagar esas piezas únicas", dijo.
Según el Banco Mundial, México es la duodécima economía más grande del mundo, medida por el producto interno bruto. Y aunque en esta nación de más de 126 millones de habitantes existe una gran brecha entre ricos y pobres, el PIB per cápita fue de más de 14.000 dólares en 2024, un incremento de más del 36 por ciento desde 2019.
En Ciudad de México, gran parte del mercado de relojes de lujo se concentra en la avenida Presidente Masaryk, en la zona de Polanco.
La tienda insignia de Berger, en la esquina de Masaryk con la calle Goldsmith, ofrece más de 35 marcas de relojes. En el mismo edificio, pero con su propia entrada, hay un AP House, uno de los espacios tipo club de Audemars Piguet, y Rolex se encuentra al otro lado de la calle; ambos locales están entre las 10 boutiques monomarca que opera Berger, además de las tiendas multimarca con su propio nombre en Ciudad de México y sus alrededores.
Otras opciones cercanas son Louis Vuitton y Tiffany & Company; Peyrelongue Chronos, otro minorista multimarca local; y boutiques de marcas como Breitling, Cartier y Montblanc.
Muchas otras ciudades de México también han visto un aumento del comercio minorista de lujo, lo que refleja un incremento de la riqueza y de los ingresos disponibles, al menos entre el 1 por ciento más rico de la población, señaló Jonathan Wapinski, director de compras de Emwa, un minorista de joyería y relojería con sede en San Pedro Garza García, una localidad acaudalada del noreste de México.
La empresa, que lleva el nombre de Emanuel Wapinski, su fundador y abuelo de Wapinski, tiene tiendas multimarca en todo el país con el nombre de Emwa y gestiona otras para marcas suizas individuales.
A principios de agosto, Wapinski dijo que este año Emwa había experimentado un crecimiento en casi todas las marcas que maneja, aunque añadió que los aumentos ya no eran de dos dígitos interanuales.
Este año, dijo, la empresa tiene previsto abrir una segunda tienda en un centro comercial de lujo de Guadalajara. (También tiene una boutique Hublot en Austin, Texas, y abrió una tienda Jacob & Company en Houston en julio, por lo que están, dijo, en modo de "esperar y ver" respecto a la situación arancelaria en Estados Unidos).
Emwa vende sobre todo a residentes locales, no a turistas, y aunque entidades extranjeras como el Departamento de Estado de Estados Unidos y el Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido han alertado sobre la delincuencia callejera a quienes viajan a México, haciendo especial mención a las joyas y los relojes caros, Wapinski dijo que la mayoría de los habitantes estaban alerta y, en su experiencia, sabían cuándo y dónde podían usar sus Rolex de oro sin peligro.
Sin embargo, añadió, ha tenido clientes que han solicitado documentación para reclamaciones de seguro luego de que les robaran sus relojes durante viajes a Europa.
Un futuro incierto
Los ejecutivos del comercio minorista de relojes en México dijeron estar a la espera de evaluar el impacto total del nuevo arancel de Estados Unidos a Suiza, que entró en vigor el 7 de agosto. Aunque el arancel no aplica a México, podría tener un impacto significativo en la oferta y la demanda en la región, y por lo tanto en los precios, dijeron los ejecutivos en diferentes entrevistas vía telefónica y videollamada.
Señalaron que hay una forma en que México podría beneficiarse, al menos a corto plazo: la fuerte demanda de relojes en Estados Unidos a menudo ha dificultado que los minoristas consigan ciertas marcas de alta gama, lo que en ocasiones ha provocado largas listas de espera y clientes frustrados. Si el arancel elevara los precios en Estados Unidos y la demanda se debilitara como resultado, los fabricantes suizos de relojes podrían enviar más productos a México.
"Las marcas, si nos quieren surtir un poco más, nosotros estaremos más que abiertos" a esa posibilidad, afirmó José García Villarreal, presidente y director general de Grupo Ultra, que gestiona sus propias boutiques Ultrajewels, principalmente en zonas turísticas como Cancún y Cabo San Lucas, así como boutiques de varias marcas suizas.
Sin embargo, él y otros advirtieron que un mercado sobresaturado tampoco sería saludable. "El problema es que empieza a perderse la percepción del valor del producto", dijo Suárez.
Un incremento en los precios de Estados Unidos también podría generar "un poquito de gold rush" si los consumidores estadounidenses buscaran precios más bajos en México y otros países, afirmó García Villarreal. Pero en ese caso, añadió, las marcas suizas probablemente subirían los precios en todas partes para evitar grandes disparidades y el surgimiento de lo que la industria llama un mercado gris fuera de sus propias redes de distribución.
Esos incrementos de precios perjudicarían a los consumidores mexicanos, explicó García Villarreal, al señalar que ya pagan un impuesto al valor agregado del 16 por ciento en la mayoría de los bienes y servicios, aproximadamente el doble del impuesto promedio estadounidense sobre las ventas. Es probable que las ventas en el segmento superior sigan creciendo, dijo, pero algunos clientes de clase media podrían verse excluidos del mercado de lujo.
Por ahora, lo que ocurra dependerá de las marcas suizas, dijo García Villarreal, tanto en lo que se refiere a la manera en que decidan gestionar los precios en Estados Unidos como a las estrategias que implementen en el resto del mundo. Además, hay grandes existencias de relojes suizos en Estados Unidos --en los primeros meses del año hubo un repunte, pues los importadores intentaron adelantarse a los cambios arancelarios previstos--, por lo que, dijo, las marcas podrían tener cierto margen de maniobra.
Al igual que otros ejecutivos entrevistados, García Villarreal dijo que creía que el arancel estadounidense del 39 por ciento sobre Suiza era demasiado elevado. Pero señaló que, pasara lo que pasara en las negociaciones arancelarias entre Suiza y Estados Unidos, él solo deseaba lo mejor para Estados Unidos.
"A nadie le conviene un Estados Unidos débil", dijo. "Mientras mejor le vaya a Estados Unidos, creo que de veras México estará mucho mejor".
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