La ONU aprueba más elementos de seguridad para luchar contra las bandas en Haití

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La votación del martes establecería una fuerza de hasta 5500 soldados y agentes de policía. No estaba claro qué países estaban dispuestos a aportar personal.

El esfuerzo internacional más reciente por lograr la paz en Haití se produjo el martes cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una fuerza de lucha contra las pandillas más amplia, formada por policías y soldados de todo el mundo, para intentar poner fin a los asesinatos, violaciones y secuestros cometidos por grupos delictivos.

El plan, propuesto por Estados Unidos y Panamá, desplegaría en Haití lo que los funcionarios describieron como una fuerza de supresión de pandillas conformada por hasta 5500 soldados y oficiales con poder para emprender acciones más agresivas contra los grupos delictivos que desde hace años aterrorizan al país.

Pero no estaba claro qué países estaban dispuestos a aportar personal a la fuerza o a ayudar a pagarla.

La votación se produjo dos días antes de que expirara el mandato de la ONU para el actual despliegue de seguridad en Haití, denominado Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad. Está compuesta en su mayor parte por agentes de policía kenianos y se supone que desempeña una función de apoyo a la policía haitiana. Esa misión, compuesta por menos de 1000 agentes, logró pocas victorias, como recuperar el aeropuerto y el puerto marítimo, pero nunca contó con todo el personal ni la financiación necesarios y no logró frenar la propagación de la violencia a zonas fuera de la capital.

El nuevo despliegue, que incluirá a los kenianos, quintuplicará su tamaño y podrá emprender operaciones ofensivas independientes contra las pandillas, según dijeron las autoridades.

Los kenianos que han estado ayudando a la policía haitiana se han visto limitados a la hora de tomar la iniciativa o dirigir sus propias operaciones, dijo Bill O'Neill, experto de la ONU en derechos humanos para Haití.

"Esta nueva fuerza podría actuar de manera independiente por iniciativa propia", dijo O'Neill en agosto. "Por supuesto, seguiría tratando de ayudar a la policía y estaría para prestar apoyo, pero no se vincularía a la Policía Nacional de Haití y a sus propias operaciones".

La aprobación de la nueva fuerza se produce ocho años después del inicio de una gran operación de mantenimiento de la paz de la ONU en Haití, conocida como MINUSTAH.

De 2004 a 2017, la ONU designó hasta 10.000 militares en Haití. Los soldados fueron objeto de escrutinio por explotar sexualmente a mujeres, abusar de niños y propagar el cólera en el país. La enfermedad ocasionó el fallecimiento de más de 10.000 personas.

La mecánica de la nueva fuerza sería distinta porque las Naciones Unidas gestionarían sus operaciones pero no la dirigirían. La fuerza no se considerará una operación oficial de mantenimiento de la paz de la ONU.

El mandato de la nueva fuerza será "más enérgico", dijo Henry Wooster, encargado de negocios de Estados Unidos en Puerto Príncipe, la capital de Haití.

"Eso permite una mayor libertad de maniobra, libertad de acción", dijo a los periodistas, y añadió que el nombre de la fuerza --la fuerza de supresión de pandillas-- "debería decir mucho".

Expertos y funcionarios afirman que el número de miembros de bandas que operan en Haití va de 2000 hasta 30.000, dijo Wooster.

Las autoridades haitianas dijeron que apoyaban la medida.

"Carecía de la escala, el alcance y los recursos necesarios para combatir a las pandillas y restablecer una línea básica de seguridad en Haití", dijo Waltz.

Eugene Chen, investigador principal del Centro de Investigación Política de la Universidad de la ONU, dijo que la nueva fuerza era similar a la desplegada actualmente en Somalia, y que era un simple "cambio de marca" de la misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad que Waltz criticó.

"Ese acuerdo en Somalia tiene problemas y limitaciones reales, como la falta de financiación específica y previsible y de compensación a los países que aportan soldados", dijo Chen. "Esta nueva fuerza aborda algunos retos operativos --no todos-- de la misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, pero no los estratégicos".

Haití está sumido en una crisis humanitaria y de seguridad desde el asesinato en 2021 de su último presidente electo, Jovenel Moïse. La crisis se agravó en febrero de 2024, cuando pandillas enfrentadas unieron sus fuerzas en un solo frente. Desde enero, al menos 4000 personas han muerto a causa de la violencia, dijo la ONU.

David C. Adams colaboró con reportería.

Frances Robles es una reportera del Times que cubre América Latina y el Caribe. Lleva más de 25 años informando sobre la región.

David C. Adams colaboró con reportería.