Rusia intensifica sus provocaciones en Europa, alarmando a sus dirigentes

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Los funcionarios europeos temen que Moscú esté intensificando su antagonismo con Europa a medida que disminuye el apoyo de Estados Unidos. La interferencia electoral en Moldavia es un foco de preocupación.

Rusia ha volado drones en Polonia y Rumania, ha enviado aviones de combate al espacio aéreo estonio, ha sobrevolado una fragata de la marina alemana en el mar Báltico y ha respaldado una agresiva campaña encubierta para influir en las elecciones de este fin de semana en Moldavia.

Y eso solo en las últimas tres semanas.

El frenesí de las acciones rusas ha generado alarma en las capitales europeas, donde a los funcionarios les preocupa que Moscú esté intensificando su antagonismo con Europa, a medida que la determinación estadounidense de contrarrestar a Rusia retrocede bajo la presidencia de Donald Trump.

Esta semana, el nerviosismo europeo se extendió a Escandinavia. Los aeropuertos de Dinamarca y Noruega cerraron debido a la actividad inexplicada de aviones no tripulados. La primera ministra danesa dijo que no podía descartar a Rusia como culpable. El Kremlin negó su implicación y tachó de "histeria exaltada" la preocupación europea por otros episodios recientes.

Pero quizá ningún país de Europa, aparte de Ucrania, esté sintiendo el espectro del poder ruso en estos momentos de manera más crítica que Moldavia.

Las elecciones parlamentarias del domingo podrían decidir si Moldavia, nación de 2,4 millones de habitantes y antigua república soviética, continúa su camino hacia la Unión Europea bajo la presidencia de Maia Sandu o vuelve a caer en la órbita de Moscú. Rusia ha apuntado al partido proeuropeo de Sandu, desencadenando un aluvión de operaciones de influencia para socavar su gobierno, que se ha intensificado con la proximidad de la votación.

Sandu contratacó en un dramático discurso esta semana, después de que las autoridades moldavas detuvieran a 74 personas y afirmaran haber desarticulado un complot para incitar a los disturbios coordinado por elementos criminales de Rusia.

"El Kremlin cree que todos estamos en venta, que somos demasiado pequeños para resistir, que no somos un país, sino un territorio", dijo la presidenta Sandu a los moldavos el lunes. "Pero Moldavia es nuestro hogar, y nuestro hogar no está en venta".

El vocero del Kremlin, Dmitri S. Peskov, respondió acusándola de suprimir los votos de los moldavos que desean unas relaciones más estrechas con Moscú.

Los expertos consideraron la oleada de movimientos rusos como provocaciones para sondear posibles puntos débiles y evaluar las respuestas de Europa.

"Parece que existe la sensación de que algo ha cambiado", dijo Eric Rubin, investigador del Centro de Análisis de Políticas Europeas de Washington y exembajador estadounidense en Bulgaria. "Sospecharía que se trata de una fase de prueba".

Un momento difícil para la OTAN

La semana pasada, días después de la incursión de los drones en Polonia, pilotos italianos de cazas F-35 sobrevolaron el golfo de Finlandia para interceptar aviones de combate rusos MiG-31 que hicieron una incursión de 12 minutos en el espacio aéreo estonio. Los italianos se acercaron lo suficiente como para ver cómo los pilotos rusos los saludaban.

Los aviones rusos, que habían desactivado sus dispositivos de transpondedor de radio, fueron interceptados en cuanto entraron en el espacio aéreo de Estonia, dijo el coronel Gaetano Farina, comandante italiano de la fuerza operativa de la OTAN que patrullaba el espacio aéreo. Los dos jets italianos agitaron sus alas, una maniobra conocida internacionalmente para señalar que estaban interceptando a los rusos. Dijo que los pilotos rusos permitieron entonces que los aviones italianos les escoltaran de vuelta al espacio aéreo internacional y sobrepasaran la frontera rusa de Kaliningrado.

Mientras los cazas rusos estaban en el espacio aéreo de Estonia --a unos ocho kilómetros adentro, en un momento dado--, los pilotos italianos evaluaron qué armas llevaban los aviones rusos, dijo el coronel Farina. Dijo que se trataba de misiles aire-aire, no de bombas, una distinción que los funcionarios estonios han dicho que les llevó a concluir que era muy improbable un ataque contra la población del país.

Rusia ha negado que abandonara el espacio aéreo internacional, lo que ha enfurecido a los funcionarios estonios, quienes han advertido que la invasión rusa podría no detenerse en Ucrania. Estonia comparte una frontera de 294 kilómetros con Rusia.

En Europa ya han empezado a surgir algunas líneas divisorias sobre cómo responder a Rusia.

Esta semana, Radosław Sikorski, ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, amenazó con emprender acciones militares contra cualquier avión ruso que se adentrara en el espacio aéreo polaco en el futuro.

Sin embargo, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, dijo que derribar aviones rusos sería inútil y advirtió a los países miembros de la OTAN de que no cayeran en la "trampa de la escalada" rusa tendida por el presidente Vladimir Putin.

"La prudencia no es cobardía, sino responsabilidad hacia tu propio país y hacia la paz en Europa", dijo Pistorius.

El nerviosismo en Europa se debe en parte a las dudas sobre si Estados Unidos, garante de la seguridad de Europa Occidental desde la Segunda Guerra Mundial, respondería a un ataque ruso bajo el mandato de Trump, un escéptico de la OTAN desde hace mucho tiempo.

Trump levantó los ánimos de los líderes europeos esta semana al calificar a las fuerzas de Putin de "tigre de papel" y decir que Ucrania podría recuperar su territorio con la ayuda de Europa.

Trump también dijo que los países de la OTAN deberían derribar los aviones rusos que violen su espacio aéreo. Pero cuando se le preguntó si respaldaría a un miembro de la OTAN que lo hiciera, dijo: "Eso depende de las circunstancias".

Los aliados europeos quieren un apoyo más inquebrantable.

Žygimantas Pavilionis, exembajador de Lituania en Estados Unidos y ahora miembro del Parlamento de su país, dijo que la cálida bienvenida de Trump a Putin durante una cumbre celebrada en Alaska el mes pasado solo provocó una escalada por parte de Moscú, con un aumento de los ataques con misiles contra Ucrania y ahora incursiones en territorio de la OTAN.

"Siempre defiendo a Estados Unidos", dijo. "Pero necesito alguna acción por parte de mi amado Estados Unidos".

Encrucijada en Moldavia

En Moldavia, el movimiento político pro-Occidente de Sandu ha dado prioridad a acelerar el camino de la nación hacia la Unión Europea (UE), celebrando un referendo que aprobó la adhesión a la UE el año pasado y presionando para que se lleven a cabo las reformas necesarias para acceder a ella.

Sandu, licenciada por la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de Harvard, ha irritado a Moscú con su postura proeuropea y sus agresivas medidas para acabar con la prolongada influencia del Kremlin en Moldavia.

Rusia ve las elecciones como una oportunidad de perjudicar a una de las líderes más favorables a Occidente en lo que el Kremlin considera su legítima esfera de influencia, según dijeron los analistas. La pequeña nación se ha convertido en el frente más reciente y activo del esfuerzo que Rusia lleva años realizando para denigrar la democracia occidental y promover a líderes afines a Moscú. Rusia ejecutó campañas similares de influencia en internet durante las recientes elecciones en Alemania y Francia.

Aunque la presidenta Sandu no está en la papeleta, su partido corre el riesgo de perder la mayoría. Eso supondría un duro golpe para la UE e introduciría una incertidumbre política que Moscú podría aprovechar.

La invasión rusa de Ucrania redujo la influencia de Moscú en otros países postsoviéticos, como Moldavia, donde el gobierno aceleró su marcha hacia la UE y rompió los lazos económicos con Rusia, dijo Anastasia Pociumban, investigadora del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores. Moscú ve las elecciones como una oportunidad para invertir esa tendencia.

"Rusia ahora es más débil como actor geopolítico, pero quiere mantener a Moldavia en su esfera de influencia", dijo Pociumban.

El gobierno de Sandu ha acusado al Kremlin de planear un gasto de 100 millones de euros para financiar campañas políticas, difundir desinformación y organizar protestas para impugnar el resultado de la votación. En votaciones anteriores, las autoridades moldavas han acusado a redes vinculadas a Rusia de ofrecer sobornos a los votantes.

El gobierno moldavo ha afirmado que muchos de estos esfuerzos se han canalizado a través de Ilan Shor, un empresario moldavo prófugo refugiado en Rusia. Sus esfuerzos por apuntalar a políticos pro-Moscú en el país han irritado a los dirigentes de Chisinau, la capital, durante años.

Sandu ha advertido que la independencia de Moldavia está amenazada, argumentando que una victoria de los políticos prorrusos en las elecciones podría convertir a su país en una plataforma para que Moscú invada la vecina región ucraniana de Odesa.

Un día después del discurso de Sandu, el servicio de inteligencia exterior de Rusia emitió una declaración en la que afirmaba que las fuerzas europeas planeaban invadir y ocupar Moldavia para imponer una dictadura "eurodemocrática" dirigida por Sandu tras las elecciones.

Los analistas occidentales consideraron que Rusia proyectaba sus posibles intenciones sobre Europa y avivaba el temor de los votantes moldavos a verse arrastrados a la guerra de Ucrania. Cuentas en línea vinculadas a Rusia afirmaron falsamente tener pruebas fotográficas de la llegada de fuerzas francesas.

El Kremlin negó las acusaciones de Sandu y la acusó de silenciar las opiniones legítimas de los moldavos prorrusos.

El torrente ruso de desinformación en internet ha intentado presentar al gobierno de Sandu como corrupto, autocrático y belicoso. Incluía mentiras extravagantes, como que Sandu maquinaba para obtener donaciones de esperma de famosos, promovía temas LGBT a sueldo del multimillonario George Soros y declaraba una emergencia militar.

Según NewsGuard, una empresa que rastrea la desinformación, las publicaciones sobre estas narrativas han obtenido al menos 17 millones de visitas desde julio.

Pociumban dijo que el principal mensaje de Moscú ha sido que el gobierno de Sandu es una dictadura dirigida por la UE que corre el riesgo de sumirse en el caos y repetir lo ocurrido en Ucrania y Georgia, donde oponerse a la voluntad del Kremlin condujo a la guerra y al declive.

Oleg Matveychev, miembro del Parlamento ruso del partido gobernante Rusia Unida, encapsuló el mensaje del Kremlin, advirtiendo que la votación de Moldavia decidirá si el país se convierte en una "segunda Ucrania".

La economía de Moldavia ha pasado apuros en medio de la guerra en la vecina Ucrania, y la oposición prorrusa pretende aprovechar esos problemas económicos como voto de protesta.

"El principal objetivo de Rusia en Moldavia actualmente es utilizar estas contradicciones y problemas locales, que son bastante numerosos, para frenar la integración de Moldavia con Europa", dijo Maksim Samorukov, miembro del Centro Carnegie Rusia Eurasia. Dijo que Moscú quiere volver a arrastrar a Moldavia a la "zona gris geopolítica".

Steven Lee Myers cubre la desinformación y la desinformación desde San Francisco. Desde que se incorporó al Times en 1989, ha informado desde todo el mundo, incluidos Moscú, Bagdad, Pekín y Seúl.

Michael Schwirtz es corresponsal de inteligencia global del Times en Londres.

Lara Jakes, reportera del Times con sede en Roma, informa sobre conflictos y diplomacia, con especial atención a las armas y las guerras de Ucrania y Medio Oriente. Es periodista desde hace más de 30 años.

Paul Sonne es corresponsal internacional y se centra en Rusia y en las diversas repercusiones de la política interior y exterior del presidente Vladimir Putin, con especial atención a la guerra contra Ucrania.