Estas hormigas engendran crías de otra especie

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Cuando un progenitor animal tiene un hijo, ambos pertenecen a la misma especie. Los humanos engendran humanos, los peces coris peine engendran peces coris peine y los pájaros barbuditos verdes engendran pájaros barbuditos verdes. Aparte del híbrido ocasional (como una mula o un balfín), esto parece un hecho incontrovertible de la biología.

Ha hecho falta una hormiga para encontrar una salida a esta configuración aparentemente hermética.

En un artículo publicado a principios de este mes en Nature, unos investigadores informaron de cómo las reinas de la especie de hormiga cosechadora del Mediterráneo Messor ibericus podían producir descendencia macho de una especie diferente, Messor structor. A continuación, las hormigas M. ibericus utilizaban a los machos M. structor para crear obreras híbridas que mantenían la colonia.

Esta estrategia --en la que una especie necesita producir descendencia perteneciente a otra especie-- no se había visto antes en ninguna criatura. Los investigadores la llaman "xenoparidad" o "nacimiento extranjero".

"Es una locura", dijo Jonathan Romiguier, biólogo del Instituto de Ciencias Evolutivas de la Universidad de Montpellier, Francia, y autor del artículo. "Material de ciencia ficción".

Las colonias de hormigas están muy estructuradas, y los insectos individuales se ciñen a funciones específicas. En las sociedades de hormigas cosechadoras, las reinas hembras crean descendencia y los zánganos proporcionan esperma. Las obreras estériles se encargan de casi todo lo demás, incluida la construcción del nido, el cuidado de las crías y la fabricación y distribución del "pan de hormiga", o semillas trituradas mezcladas con saliva.

Al estudiar las M. ibericus, Romiguier observó algo "muy, muy anormal", dijo. Casi todas las obreras de sus colonias eran híbridas de primera generación: cruces entre su propia especie y otra hormiga cosechadora, M. structor.

La hibridación en sí no es tan inusual. Varias reinas de hormigas se aparean con zánganos de otras especies para producir obreras híbridas, una estrategia denominada "parasitismo espermático". Aunque las crías suelen ser estériles, no es un problema, porque la reproducción no es su trabajo.

Estas obreras híbridas pueden ser más fuertes y sanas que las de línea pura. O las reinas pueden tener genes "egoístas": en algunos casos, las hormigas reinas que se reproducen con zánganos de su propia especie solo pueden crear otras reinas, y deben hibridarse con una especie diferente para poder crear obreras, dijo Romiguier.

Pero M. ibericus no debería tener la oportunidad de parasitar el esperma de M. structor. Aunque las áreas de distribución de las dos especies se solapaban antaño, ahora divergen en muchos lugares. Algunas colonias de M. ibericus con obreras híbridas están a cientos de kilómetros de la colonia de M. structor más cercana. ¿Cómo encuentran las reinas de M. ibericus padres zánganos de M. structor para engendrar a sus obreras híbridas?

Para investigarlo, Romiguier y su equipo empezaron a analizar el ADN de las colonias de M. ibericus en la naturaleza y en el laboratorio. Encontraron varios zánganos M. structor viviendo entre las hormigas M. ibericus y los híbridos.

Además, descubrieron que todos los zánganos de las colonias --ya fueran M. ibericus o M. structor-- tenían ADN mitocondrial de M. ibericus. Como este tipo de ADN siempre se hereda por vía materna, esto significaba que las hormigas de ambas especies tenían reinas-madres M. ibericus.

Cuando empezaron su investigación, la idea de que las reinas de M. ibericus pudieran poner huevos de dos especies era "como una broma" entre los miembros del equipo, dijo Romiguier. A medida que avanzaban los muestreos, se convirtió en una hipótesis más seria.

Entonces aislaron reinas de M. ibericus y analizaron los huevos que ponían. Casi el 10 por ciento eran totalmente de M. structor. Observaron cómo los machos de ambas especies alcanzaban la edad adulta. Después, "tuvimos que enfrentarnos a los hechos", dijo: las reinas de M. ibericus no encontraban zánganos de M. structor, sino que los creaban.

M. ibericus y M. structor divergieron hace unos cinco millones de años, un periodo "igual al de la divergencia entre humanos y chimpancés", dijo Romiguier. ¿Es como si un humano tuviera un bebé chimpancé?

En realidad es más extraño que eso.

"Es como si un humano tuviera bebés chimpancé", que utilizan como "fuente de esperma para dar a luz a híbridos humano-chimpancé que harían todas sus tareas", dijo Romiguier.

Estratégicamente, sin embargo, tiene sentido.

"Si puedes producir en casa los machos que necesitas, todo es más fácil", dijo, comparándolo con los humanos que domestican animales, en lugar de salir a cazarlos.

Gary Umphrey, profesor de estadística de la Universidad de Guelph, en Ontario, quien acuñó el término "parasitismo espermático", calificó la investigación de "fabulosa". Artículos como este están "desencadenando una fiebre del oro en la investigación genética de las hormigas" e impulsando nuestra comprensión de la hibridación, dijo.

Pero aunque está entusiasmado, no está tan sorprendido. "Considero que la evolución consiste en que el ADN encuentre formas de seguir reproduciéndose", dijo. "Esta es solo otra forma muy cool".