Trump convierte su conmoción por el asesinato de Charlie Kirk en indignación

Reportajes Especiales - News

Guardar

El presidente pidió información actualizada y se reunió con asesores en el Despacho Oval antes de grabar un video de cuatro minutos en el que culpaba a la retórica de la "izquierda radical" del asesinato.

Hacia las 2:30 p. m. del miércoles, empleados de la Casa Blanca llevaron un mensaje al presidente Donald Trump.

Charlie Kirk, influente conservador y aliado cercano de Trump, había recibido un disparo mientras hablaba en un campus universitario de Utah. Los empleados informaron al presidente de los primeros reportes sobre Kirk, quien había sido alcanzado en el cuello.

Durante la hora siguiente, el presidente, aparentemente conmocionado, pidió información actualizada y atendió las llamadas de algunos periodistas en su celular. Kirk, dijo el presidente, era un hombre estupendo.

Ya hablaba de Kirk en pasado.

Para entonces, Trump y los ayudantes de la Casa Blanca sabían que Kirk no había sobrevivido al tiroteo, según dos personas familiarizadas con la situación. Hablaron bajo condición de anonimato para comentar conversaciones privadas.

La muerte de Kirk se confirmaría públicamente poco después.

Trump mantenía una estrecha relación con Kirk, cuya capacidad para movilizar a los jóvenes conservadores con sus críticas a la izquierda había sido crucial para recabar apoyos entre una nueva generación de votantes. Kirk también era amigo íntimo de varias personas de la órbita del presidente, incluido su hijo mayor, Donald Jr.

Pero el miércoles por la noche, la conmoción de Trump se había convertido en indignación. En un discurso grabado en video desde el Despacho Oval, Trump declaró que se trataba de un "momento oscuro para Estados Unidos" y reprochó a los medios de comunicación y a la "izquierda radical" el lenguaje utilizado para describir a personas como Kirk.

"Durante años, los de la izquierda radical han comparado a estadounidenses maravillosos como Charlie con nazis y con los peores asesinos en masa y criminales del mundo", dijo Trump, quien un día antes se había enfrentado en Washington a manifestantes que lo llamaron Hitler. "Este tipo de retórica es directamente responsable del terrorismo que vemos hoy en nuestro país".

Su equipo nunca deja de pensar en el hecho de que Trump se enfrentara a dos intentos de asesinato en 2024 --uno de ellos casi fallido en un mitin en Butler, Pensilvania--, y Trump hizo referencia al tiroteo de Butler en su video. Un retrato hecho a mano que cuelga en la Casa Blanca muestra a Trump puesto en pie en el escenario del mitin de Butler, con sangre manando de su oreja mientras levantaba el puño.

Más temprano, en la Casa Blanca, los pasillos de las oficinas de prensa --una zona en la que los periodistas pueden moverse con relativa facilidad-- permanecían tranquilos, mientras el personal asimilaba las noticias sobre un hombre con el que muchos de ellos estaban muy unidos o admiraban.

Las televisiones pegadas a las paredes de distintas salas emitían una cobertura minuto a minuto del tiroteo y posterior muerte de Kirk, así como de la búsqueda en curso del asesino. Algunos miembros del personal parecían haber estado llorando.

Casi entrada la noche, Trump firmó una proclama por la que se bajaban las banderas a media asta en honor de Kirk hasta el domingo. Hacia las 5:30 p. m., un trabajador vestido con pantalones y camisa negros se dirigió al asta gigante que Trump había instalado en el jardín norte y bajó la bandera; minutos después repitió la misma maniobra con la bandera que estaba en lo alto de la Casa Blanca.

El presidente seguía con su visita a Nueva York en el aniversario del último acontecimiento significativo que unió a casi todos los estadounidenses de todos los partidos: los atentados terroristas del 11 de septiembre.

Maggie Haberman es corresponsal en la Casa Blanca para el Times y reporta sobre el presidente Donald Trump.