No está claro qué país interceptó los correos electrónicos privados de Bolton, pero la investigación sobre el exasesor de seguridad nacional del presidente Trump cobró impulso bajo el gobierno de Biden.
La investigación al exasesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, John Bolton, empezó a cobrar impulso durante el gobierno de Joe Biden, cuando funcionarios de inteligencia de Estados Unidos recopilaron información que parecía demostrar que Bolton había manejado indebidamente información clasificada, según personas familiarizadas con la investigación.
Estados Unidos recopiló datos del servicio de espionaje de un país adversario, incluidos correos electrónicos con información sensible que Bolton, cuando aún trabajaba en el primer gobierno de Trump, parecía haber enviado a personas cercanas a él en un sistema no clasificado, dijeron las personas, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir un caso delicado que sigue abierto.
La investigación a Bolton, quien se ha convertido en un apasionado crítico del presidente, volvió a salir a la luz pública la semana pasada, cuando agentes federales catearon su casa en Maryland y su oficina en Washington.
Aunque esos cateos han suscitado nuevas preguntas sobre hasta qué punto Trump puede estar utilizando al Departamento de Justicia y al FBI para tratar de castigar a quienes le desagradan, los nuevos detalles del caso presentan una cadena de acontecimientos más compleja. Las revelaciones sugieren que la larga investigación sobre las actividades de Bolton fue cambiando, y que algunas de las cuestiones se hacían eco de investigaciones anteriores sobre el manejo de secretos de seguridad nacional.
Los correos electrónicos en cuestión, según las personas enteradas, fueron enviados por Bolton e incluían información que parecía proceder de documentos clasificados que había visto cuando era asesor de seguridad nacional. Al parecer, Bolton envió los mensajes a personas cercanas a él que lo ayudaban a reunir material que acabaría utilizando en sus memorias de 2020, La habitación donde sucedió.
Una señal de lo que está en juego para Bolton es que está en conversaciones para contratar al abogado penalista de alto perfil Abbe Lowell. Lowell, que ha representado al yerno de Trump, Jared Kushner, y al hijo de Biden, Hunter, está defendiendo a otros dos destacados supuestos enemigos de Trump que ahora están bajo escrutinio: la fiscala general del estado de Nueva York, Letitia James, y Lisa Cook, integrante de la Junta de la Reserva Federal.
No se han presentado cargos contra Bolton. Una de las principales razones para llevar a cabo los cateos era comprobar si Bolton poseía material que coincidiera o corroborara el de la agencia de inteligencia, lo que, de encontrarse, indicaría que los correos electrónicos hallados en posesión del servicio de espionaje extranjero eran auténticos, dijeron las personas.
Un portavoz del Departamento de Justicia declinó hacer comentarios. A través de un representante, Bolton declinó hacer comentarios.
Dos jueces federales autorizaron las órdenes para que el FBI llevara a cabo los cateos. Para obtener las órdenes de cateo, los fiscales habrían tenido que exhibir motivos para creer que Bolton poseía pruebas que demostraban que podría haber manejado indebidamente información clasificada.
Poco antes de que se publicara el libro de Bolton, el gobierno de Trump acudió a los tribunales para intentar retrasar su publicación. Por aquel entonces, el Departamento de Justicia abrió también una investigación penal sobre si Bolton había manejado indebidamente información clasificada al revelar ciertos detalles en el libro. Más tarde, un juez llegó a la conclusión de que era muy posible que hubiera publicado información clasificada, pero la investigación penal pareció languidecer hasta que, años más tarde, se reunió información sobre sus correos electrónicos. No está claro qué país interceptó los correos electrónicos privados de Bolton, pero Irán, Rusia y China habrían tenido un gran interés en sus mensajes cuando era asesor de seguridad nacional. Debido a su papel para ayudar a Trump a matar a un general iraní de alto rango, Bolton disponía de un destacamento de seguridad para protegerlo de posibles represalias iraníes, pero Trump se lo retiró abruptamente al día siguiente de su segunda toma de posesión.
Durante el segundo mandato de Trump, John Ratcliffe, director de la CIA, reportó a Kash Patel, director del FBI, de la información que se había recopilado sobre los correos electrónicos de Bolton. Los funcionarios creían que el material que Bolton había transcrito en el correo electrónico no clasificado y no seguro contenía información clasificada. Cada agencia de inteligencia determina por sí misma qué información es clasificada, por lo que a menudo corresponde a la agencia "originaria" decidir si determinadas piezas de información son clasificadas y hasta qué punto son sensibles.
El material de los correos electrónicos interceptados incluía información que al final Bolton no utilizó en su libro. Eso puede sugerir que le dijeron que seguía siendo clasificada durante las primeras revisiones de su manuscrito o que finalmente decidió omitirla, ya fuera por su sensibilidad o por su importancia.
Las investigaciones sobre el posible manejo indebido de secretos de seguridad nacional no son nada nuevo. La ley en virtud de la cual se investiga a Bolton, la Ley de Espionaje, se aprobó en 1917. Pero en los últimos años, estos casos han adquirido un papel muy destacado en la política estadounidense.
Durante la campaña presidencial de 2016, Hillary Clinton fue investigada por utilizar un servidor privado de correo electrónico para manejar sus funciones como secretaria de Estado. En 2022, agentes del FBI registraron la casa de Trump en Mar-a-Lago, Florida, y encontraron más de 100 documentos clasificados, además de otros que fueron recuperados anteriormente. Trump fue imputado en ese caso, pero los cargos fueron desestimados por el juez de primera instancia durante la campaña presidencial de 2024. Y a principios de 2023, el Departamento de Justicia nombró a un abogado especial para que investigara cómo habían acabado documentos clasificados en la oficina y la casa del presidente Joe Biden tras dejar la vicepresidencia.
Jonah E. Bromwich colaboró con reportería.
Devlin Barrett cubre el Departamento de Justicia y el FBI para el Times.
Julian E. Barnes cubre las agencias de inteligencia estadounidenses y asuntos de seguridad internacional para el Times. Ha escrito sobre temas de seguridad durante más de dos décadas.
Michael S. Schmidt es reportero de investigación del Times en Washington. Su trabajo se centra en seguir y explicar investigaciones federales de gran repercusión mediática.
Glenn Thrush cubre el Departamento de Justicia y también ha escrito sobre la violencia armada, los derechos civiles y las condiciones en las cárceles y prisiones de Estados Unidos.
Maggie Haberman es corresponsal en la Casa Blanca para el Times y reporta sobre el presidente Donald Trump.
Jonah E. Bromwich colaboró con reportería.
Últimas Noticias
Las autoridades argentinas acusan a una pareja de ocultar una pintura robada por los nazis
Reportajes Especiales - Lifestyle

En Ecuador, Marco Rubio habla de cooperación y lucha contra los cárteles
Reportajes Especiales - News

Aviones de Venezuela sobrevolaron un buque de la Armada de EE. UU. en una demostración de fuerza
Reportajes Especiales - News

Son famosos. Están por todas partes. Y no son reales.
Reportajes Especiales - Business

Lo que sabemos sobre el accidente del funicular de Lisboa
Reportajes Especiales - News
