Australia afirma que Irán dirigió ataques antisemitas

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El gobierno australiano expulsó a los diplomáticos iraníes, y dijo que el país estaba detrás de los atentados contra una sinagoga de Melbourne y un restaurante de Sídney el año pasado.

Australia acusó el martes a Irán de orquestar dos ataques incendiarios antisemitas en Australia el año pasado y dijo que rompería sus lazos diplomáticos con el país y expulsaría a sus diplomáticos.

"Fueron actos de agresión extraordinarios y peligrosos orquestados por una nación extranjera en suelo australiano", dijo el primer ministro Anthony Albanese en una conferencia de prensa en Canberra, la capital, en la que estuvo flanqueado por el máximo responsable de los servicios de inteligencia, la ministra de Asuntos Exteriores y el ministro del Interior de Australia.

"Fueron intentos de socavar la cohesión social y sembrar la discordia en nuestra comunidad", dijo.

Una oleada de ataques violentos contra empresas e instituciones judías, que comenzó a finales del año pasado, ha inquietado a mucha gente en Australia, que tiene la mayor concentración de sobrevivientes del Holocausto fuera de Israel. La extraordinaria decisión de responsabilizar públicamente a Irán de algunos de los ataques y de romper relaciones diplomáticas no se tomó con rapidez ni a la ligera, dijeron el martes funcionarios australianos.

Las agencias de seguridad australianas han llegado a la conclusión de que Irán estuvo detrás de los ataques incendiarios contra un restaurante kosher con décadas de antigüedad, Lewis' Continental Kitchen, en Sídney, en octubre, y contra la sinagoga Adass Israel, en Melbourne, dos meses después. Nadie resultó herido en los atentados, que, según las autoridades, pretendían desgarrar el tejido social de Australia.

Mike Burgess, jefe de los servicios de inteligencia australianos, dijo que una investigación realizada durante meses había descubierto vínculos entre los dos atentados y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, que Australia dijo que designaría como organización terrorista. Burgess dijo que en los atentados habían participado grupos de delincuencia organizada de fuera de Australia, pero no quiso dar más detalles.

Agentes de la Guardia Revolucionaria, poderosa rama del ejército iraní, utilizaron "una compleja red de intermediarios para ocultar su participación" en los atentados, dijo Burgess en la conferencia de prensa.

Esta fue la más reciente acusación de que el grupo, considerado terrorista por Estados Unidos, había llevado a cabo operaciones en el extranjero. Este año, funcionarios británicos advirtieron que la Guardia Revolucionaria operaba en el Reino Unido, y participaba en espionaje digital, ciberataques e interferencia política. También se cree que llevó a cabo operaciones de desinformación para intentar influir en las elecciones presidenciales estadounidenses del año pasado.

El embajador de Irán en Australia, Ahmad Sadeghi, fue informado de la expulsión una media hora antes de que se hiciera el anuncio, dijo Albanese. La embajada iraní en Canberra no respondió inmediatamente a las peticiones de comentarios.

Esmail Baghaei, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, dijo el martes que Irán rechaza las acusaciones de Australia.

"Cualquier acción inapropiada e injustificada a nivel diplomático provocará una reacción recíproca", declaró en rueda de prensa, según la agencia estatal de noticias iraní, IRNA.

La ministra de Asuntos Exteriores, Penny Wong, dijo que era la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que Australia expulsaba a un embajador, pero que Irán había "cruzado una línea". Sadeghi y otros diplomáticos y funcionarios iraníes tenían siete días para abandonar el país, dijo.

La embajada de Australia en Teherán, abierta desde 1968, se cerró efectivamente a primera hora del martes, dijo Wong, y que los diplomáticos destinados allí habían sido trasladados de forma segura a terceros países. Instó a los australianos en Irán a que abandonaran el país si podían hacerlo.

Wong dijo que Australia mantendría abiertas algunas líneas diplomáticas, sin brindar más detalles. Añadió que Australia no quería que el conflicto en Medio Oriente se reprodujera en su territorio, e instó a la opinión pública a no caer en los intentos de dividir al utilizar la indignación por la guerra en Gaza.

"Todos queremos que cesen las matanzas en Medio Oriente y queremos conservar nuestro carácter de nación que acoge a personas de diferentes razas, religiones y opiniones, unidas por el respeto mutuo", dijo.

La embajada de Israel en Australia respondió rápidamente a los anuncios, al calificar la designación terrorista de la Guardia Revolucionaria de "medida firme e importante". En una declaración publicada en las redes sociales, la embajada dijo: "El régimen de Irán no es solo una amenaza para los judíos o para Israel, sino que pone en peligro a todo el mundo libre, incluida Australia".

Las relaciones de Australia con los dirigentes de Israel se han ido deteriorando desde que Canberra anunció este mes que planeaba reconocer a Palestina como Estado.

La serie de episodios antisemitas ocurridos en Australia en el último año ha incluido un incendio provocado en una guardería, así como actos de vandalismo y pintadas con esvásticas e insultos antisemitas. El martes, las autoridades dijeron que creían que Irán estaba detrás de más atentados, no solo los dos especificados el martes, pero no de todos.

Burgess, el jefe de inteligencia, dijo que su agencia había investigado "decenas" de incidentes dirigidos contra la comunidad judía, incluidos en lugares de culto, empresas y personas destacadqas, durante el último año.

En el atentado contra la Sinagoga Adass Israel, una histórica institución de Melbourne, personas enmascaradas vertieron un acelerante líquido en el interior del edificio a primeras horas de la mañana y le prendieron fuego, lo que causó importantes daños.

El ministro del Interior de Australia, Tony Burke, dijo el martes que, aunque nadie resultó herido físicamente en los atentados, la congregación de la sinagoga, la comunidad judía en general y el propio país resultaron perjudicados.

"Australia fue atacada y Australia resultó perjudicada", dijo.

Lynsey Chutel colaboró con reportería.

Victoria Kim es corresponsal de The New York Times en Australia, radicada en Sídney. Cubre Australia, Nueva Zelanda y la región del Pacífico en general.

Damien Cave dirige la nueva oficina del Times en Ho Chi Minh, Vietnam, y cubre los cambios de poder en Asia y el resto del mundo.

Lynsey Chutel colaboró con reportería.