La agente de viajes que cumple los caprichos de los ultrarricos

Reportajes Especiales - Business

Guardar

Olivia Ferney podría ser la encarnación de la máxima de que el cliente siempre tiene razón. No importa lo peculiar que sea la exigencia, ella está allí para complacerla.

La clienta llamaba desde un hotel de lujo con una actualización para Olivia Ferney, una asesora de viajes que reserva viajes para los ultrarricos.

El hotel estaba a la altura de los estándares de White Lotus, dijo la clienta, pero había un problema. Los limones de las margaritas: ¿De dónde procedían exactamente?

"Ella de verdad quiere asegurarse siempre de cómo se hacen sus bebidas", dijo Ferney. "Los limones de ciertos países le dan alergia".

Hace unos seis meses, Ferney, de 24 años, empezó a publicar videos de sus llamadas con clientes. En poco tiempo, consiguió más de 400.000 seguidores tanto en TikTok como en Instagram. Sus seguidores disfrutan al escuchar cómo personas que lo tienen casi todo se quejan de casi cualquier cosa.

Los limones en cuestión produjeron a la clienta "un pequeño cosquilleo", explicó Ferney por teléfono desde Miami, donde reside. Según relató, la queja de la clienta era la siguiente: "Soy alérgica a ciertos limones de ciertos países, debido a la polinización. No tengo signos, o sea, no se me hincha la cara, pero sé intuitivamente que mi cuerpo lo rechaza".

Ferney, quien podría ser la encarnación viva de la máxima de que el cliente siempre tiene razón, se puso en contacto con el departamento de aprovisionamiento del hotel para investigar el origen de sus cítricos. Luego se ocupó de que su clienta recibiera un goteo constante de tequila reposado.

"Trabajamos con muchos milmillonarios y centimillonarios", dijo Ferney en referencia a su empleador, Top Tier Travel. "La palabra principal que utilizo es 'particular'. A la gente rica le gustan las cosas muy particulares".

¿Hasta qué punto? Hubo un cliente que autorizó que se cargaran 100.000 dólares a su tarjeta de crédito para las vacaciones de su hija, siempre que ella se comprometiera a no ponerse en contacto con él. Otra clienta exigió una consulta médica de última hora antes de abordar un avión privado, temerosa de que sus nuevos implantes mamarios pudieran romperse.

Y luego estaba la mujer que insistió en que la sacaran de un barco de alquiler cuando el mar embravecido le impidió llegar a una isla griega de fiesta. Se quejó de que las olas ni siquiera eran tan altas, y añadió que el capitán ya no le dirigía la palabra.

Cada vez más agitada, la clienta buscó la forma de que Ferney la rescatara de su prisión náutica. "Un helicóptero estaría muy bien, un submarino estaría muy bien", dijo. Insistió en que no había ido hasta ahí solo para encontrarse atrapada en el mar cuando debería haber estado bailando hasta el amanecer en Mykonos. "No tengo 90 años", dijo.

Ferney dijo que solo grababa a sus clientes con su permiso. Al igual que ciertas estrellas de telerrealidad, no les importa hacer público su comportamiento exagerado. Añadió que algunos videos que no se graban en el momento se recrean después.

"Las llamadas que publico son menos del 10 por ciento de las que recibimos", dijo. La mayoría se mantiene en privado, debido a acuerdos de confidencialidad. "Tengo muchos NDA", dijo, utilizando la sigla en inglés de los convenios para no divulgar información.

Criada en Dundas, Ontario, que tiene una población de 20.000 habitantes, Ferney creció en una familia de clase media que se mostraba tan incrédula como sus seguidores en internet ante las historias que publicaba.

Tras estudiar en la Universidad de Western Ontario, se marchó a Miami, donde conoció a Troy Arnold, fundador de Top Tier Travel. Se incorporó a la empresa como facilitadora para las personas que pagan entre 2500 y 8500 dólares al mes por servicios que van más allá de lo esperado.

¿Y cuáles son esos servicios? Un Brabus 800 rosa personalizado para la fiesta de cumpleaños de una joven de 22 años. Agua de manantial enviada a una isla del Caribe para una clienta enfadada porque el champú con agua del grifo le producía comezón en el cuero cabelludo. Un bolso Shadow Birkin de Hermes de 75.000 dólares enviado de un día para otro a Capri, Italia.

Una clienta pidió --no, insistió en-- una casa de alquiler en Aspen, Colorado, con al menos seis dormitorios y baños privados, un gimnasio, sauna y un chef familiarizado con su forma elevada de alimentación carnívora. "Ya conoces mi dieta: alimentadas con pasto, exclusivamente de libre pastoreo", dijo la clienta.

"Soy muy insensible a muchas peticiones", dijo Ferney.

Su neutralidad terapéutica ante comportamientos extravagantes puede tener su origen en el hecho de que atiende muchas de sus llamadas junto a la piscina. No importa lo peculiar que sea la exigencia o lo exaltado que esté el cliente, ella está allí para calmarlo y complacerlo.

"Para ser sincera, los clientes multimillonarios son más exigentes que los milmillonarios", dijo. "No sé por qué".

El dinero no suele ser un problema en la profesión de Ferney, aunque se ha dado cuenta de que a los plutócratas les gustan las gangas.

"Te sorprendería lo emocionados que se ponen nuestros clientes milmillonarios cuando les hacemos un descuento de 1000 dólares", dijo.

¿Y si sus clientes no pueden tener lo que quieren?

"Normalmente lo encontramos", dijo. "Son personas que nunca oyen un no. No es una palabra que puedan procesar".

Guy Trebay es reportero de la sección de Style del Times, donde escribe sobre las intersecciones entre estilo, cultura, arte y moda.