La explosión de un dron en una base policial de Haití mata a 2 agentes

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Un dron destinado a atacar a miembros de pandillas detonó en una base policial, lo que plantea interrogantes sobre cómo se llevan a cabo las operaciones letales.

Dos agentes de policía haitianos murieron y otros seis resultaron heridos el martes cuando un dron destinado a atacar miembros de pandillas explotó en una base policial de Puerto Príncipe, dijeron las autoridades.

Fue el primer reconocimiento gubernamental de daños colaterales por el uso de Haití de bombas aéreas contra grupos delictivos armados.

Desde marzo, un grupo especial de trabajo dependiente de la oficina del primer ministro haitiano, formado por la policía, el ejército y otras entidades, ha estado utilizando drones para atacar a miembros de pandillas.

Un contratista militar privado estadounidense, Erik Prince, fundador de Blackwater Worldwide, es un asesor clave del grupo, que ha sido criticado por operar en secreto y no coordinar las operaciones con la Policía Nacional de Haití.

El martes, un dron de ataque lanzado por el grupo operativo aterrizó sin detonar en un campo vacío. Unos residentes locales lo encontraron y lo llevaron a una base del equipo SWAT de la policía en la zona de Kenscoff de Puerto Príncipe, la capital, según un funcionario haitiano de alto rango que no estaba autorizado a hablar públicamente.

Los miembros del equipo SWAT intentaban desarmar el artefacto cuando este explotó y mató a dos agentes, dijo el funcionario.

Dos de los seis supervivientes heridos estaban graves, anunció en X Fritz Alphonse Jean, miembro del Consejo Presidencial de Haití.

"A nivel presidencial, pedimos a todos nuestros valientes policías que mantengan la calma, la moral alta y continúen la lucha para liberar a nuestro país", escribió, tras visitar a los agentes heridos en el hospital. "Estamos tomando todas las medidas para esclarecer este drama y proporcionar un buen apoyo para superar este difícil momento".

Los ataques con drones empezaron a dirigirse contra miembros de Viv Ansamn, una coalición de pandillas que el gobierno de Trump designó oficialmente terroristas extranjeros y que lleva varios años aterrorizando Puerto Príncipe y la región circundante. El año pasado murieron más de 5000 personas, y 1,3 millones de personas --más del 10 por ciento de la población del país-- se han visto obligadas a abandonar sus hogares a causa de la violencia.

Los ataques aún no han matado a ningún líder destacado de las pandillas, aunque, según los informes, varios han resultado heridos.

El gobierno aún no ha revelado cuántas personas han muerto en ataques con drones ni si alguna de ellas era civil. Los grupos de derechos humanos afirman que han muerto al menos 300 miembros de las pandillas.

Los críticos familiarizados con los ataques con drones han fustigado las operaciones, señalando que, según los expertos, son ilegales según el derecho internacional, y que el programa carece de normas de enfrentamiento claras y de transparencia.

No está claro si alguien hace un seguimiento de las muertes que causan o si hay algún tipo de rendición de cuentas cuando las cosas salen mal.

Una persona familiarizada con las operaciones del grupo especial, que no estaba autorizada a hablar públicamente, dijo que el grupo había alertado a la Policía Nacional de Haití de que el dron había caído y les había aconsejado que no se acercaran a él.

Aunque la investigación está en curso, la persona dijo que las conclusiones iniciales apuntan a un fallo de procedimiento en la gestión de artefactos explosivos sin detonar, y añadió que el grupo de trabajo revisará los protocolos para garantizar que se apliquen las lecciones aprendidas a fin de evitar futuros episodios de este tipo.

El funcionario haitiano de alto rango calificó la explosión del dron de "lamentable", pero dijo que eso no ralentizaría la batalla contra Viv Ansamn.

La coordinación del grupo especial con la policía, dijo el funcionario, había mejorado en los últimos días porque el nuevo jefe de la policía de Haití, Vladimir Paraison, había trabajado con el grupo especial antes de asumir el mando de la policía.

Según un informe de derechos humanos de la ONU, 236 personas --entre ellas seis civiles-- murieron por ataques con drones en el segundo trimestre de 2025.

El 21 de junio, dos mujeres que no eran el objetivo de una operación murieron a causa de un dron que perseguía a dos miembros de una pandilla en la zona de Martissant de Puerto Príncipe. El dron impactó cuando los miembros de la pandilla buscaban refugio en la casa de una mujer de 47 años, lo que la mató a ella y a una vendedora ambulante de 53 años que se encontraba fuera.

El informe de la ONU señalaba que no fue sino hasta junio cuando los drones parecieron utilizarse de "forma más integrada" con las operaciones terrestres de las unidades especializadas de la policía, aunque seguían quedando fuera del control de la jerarquía policial.

"El Estado reafirma solemnemente que ningún sacrificio será en vano", dijo el primer ministro Alix Didier Fils-Aimé en una declaración a última hora del martes. "Se tomarán todas las medidas necesarias para proteger a nuestros policías, reforzar la seguridad nacional y afirmar inequívocamente la autoridad del Estado frente a las amenazas contra nuestro pueblo".

André Paultre colaboró con la reportería desde Puerto Príncipe, Haití.

Frances Robles es una reportera del Times que cubre América Latina y el Caribe. Lleva más de 25 años informando sobre la región.

André Paultre colaboró con la reportería desde Puerto Príncipe, Haití.