
El Departamento de Estado publicó el martes una recopilación anual de informes sobre la situación de los derechos humanos en casi 200 países, pero omitió el lenguaje sobre los abusos persistentes en muchas naciones que fue usado en informes previos.
Las omisiones fueron otra señal del brusco alejamiento del gobierno de Donald Trump de las críticas a las violaciones de derechos humanos.
El informe colectivo se esperaba desde hacía meses, pero se retrasó porque los funcionarios del Departamento de Estado trabajaron bajo las órdenes de los cargos políticos de la agencia para modificar el lenguaje del informe. El documento de este año, que abarca las acciones en 2024, es mucho más breve y menos detallado que el del año pasado.
Partes clave del lenguaje de las secciones sobre El Salvador, Hungría, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Israel --todos ellos considerados socios cercanos por el gobierno de Trump-- se redujeron o suprimieron.
El gobierno de Biden también consideraba a Israel un socio cercano, en línea con décadas de política estadounidense. Pero el informe del año pasado sobre el historial del país en 2023 tenía muchas más líneas en el resumen ejecutivo sobre las violaciones de derechos humanos del país durante los ataques militares que siguieron a los atentados de Hamás en octubre de ese año.
El nuevo informe también omite muchas referencias anteriores a las violaciones de los derechos de las mujeres y de las personas LGBTQ en múltiples países.
Los colaboradores de Trump afirman que los funcionarios de mentalidad liberal del gobierno estadounidense han impulsado la agenda de derechos humanos durante muchos años y se han centrado en los abusos equivocados. Trump rara vez habla de violaciones de derechos humanos, y su gobierno no pone el foco en ese tema.
El nuevo informe defiende a figuras políticas de derecha que Trump considera aliadas, y afirma que algunos países violan los derechos de libertad de expresión de grupos conservadores o de derecha. La sección de Brasil del informe de este año afirma que el gobierno brasileño, dirigido por un líder de izquierda, ha estado "reprimiendo de forma desproporcionada la expresión de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, así como de periodistas y políticos electos, a menudo en procedimientos secretos que carecían de las debidas garantías procesales".
Trump ha criticado un proceso judicial ante el Supremo Tribunal Federal de Brasil en el que se juzga a Bolsonaro, acusado de intentar anular los resultados de unas elecciones presidenciales. Para castigar a Brasil por su trato a Bolsonaro, Trump impuso un arancel paralizante del 50 por ciento que deberán pagar las empresas estadounidenses que importen productos de ese país.
El nuevo informe también dice en su sección sobre Sudáfrica que el país dio un paso legislativo "sustancialmente preocupante" hacia "la expropiación de tierras de los afrikáneres y más abusos contra las minorías raciales del país", haciéndose eco del lenguaje que Trump ha utilizado en campaña para conceder el estatus de refugiado a los granjeros blancos sudafricanos.
Los críticos dicen que Trump está jugando con el agravio de los blancos entre sus propios partidarios y un pequeño número de sudafricanos, incluso ofreciéndoles el estatus de refugiados.
Los cargos políticos del Departamento de Estado han dicho que el objetivo de la agencia era cumplir en los informes los requisitos estatutarios mínimos del Congreso y no ir más allá, para mejorar la "legibilidad".
El secretario de Estado Marco Rubio ha desmantelado las principales oficinas del departamento que supervisaba los derechos humanos, la democracia y las cuestiones laborales, y ha despedido a muchos de los empleados que trabajaban en esos asuntos en Washington. El martes no presentó los informes sobre derechos humanos, como suelen hacer los secretarios de Estado. Tampoco escribió un prefacio resumiendo el informe, como hizo su predecesor, Antony J. Blinken.
Tammy Bruce, portavoz del Departamento de Estado, dijo el martes que Rubio estaba "comprometido con los derechos humanos, todos los días".
Cuando fue senador republicano por Florida durante 14 años, Rubio fue un crítico persistente de gobiernos que tenían un largo historial de abusos contra los derechos humanos. Con Trump, tanto como secretario de Estado como asesor de seguridad nacional, se ha abstenido de utilizar ese tipo de lenguaje.
Por ejemplo, Rubio fue uno de los principales críticos en el Senado de los abusos contra los derechos humanos cometidos por China, incluido lo que el Departamento de Estado, bajo el primer gobierno de Trump, determinó que era un "genocidio" cometido por el Partido Comunista contra los musulmanes de etnia uigur.
Pero, tras una reunión celebrada en Malasia el mes pasado con el máximo responsable de política exterior de China, Rubio hizo hincapié en la posible cooperación con ese país. También está intentando organizar una cumbre entre Trump y Xi Jinping, el líder chino, este año.
Aunque en la sección sobre China del informe de derechos humanos de este año se menciona la anterior conclusión sobre genocidio y crímenes contra la humanidad, el resumen ejecutivo tiene la mitad de extensión que la versión del año anterior, y se recortan las referencias a la "injerencia sustancial en la libertad de reunión pacífica y la libertad de asociación" y otros abusos.
Rubio y el Departamento de Estado también están ayudando a organizar una cumbre prevista para el viernes en Alaska entre Trump y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, contra quien la Corte Penal Internacional ha dictado una orden de detención basada en acusaciones de crímenes cometidos durante la invasión de Ucrania por el ejército ruso.
Josh Paul, exfuncionario de la oficina del Departamento de Estado que supervisa las transferencias de armas, dijo que el informe sobre derechos humanos "se puede resumir en pocas palabras, más de las que al parecer se usaron para escribirlo: pocas verdades, muchas medias verdades y nada parecido a la verdad".
"El informe demuestra lo que ocurre cuando las agendas políticas tienen prioridad sobre los hechos", añadió. "El resultado es un producto muy abreviado que refleja más un comunicado de propaganda soviética que un sistema democrático".
Paul, que dimitió en octubre de 2023 para protestar contra la política del gobierno de Biden de armar a Israel en su guerra en Gaza, dijo que el tratamiento que el nuevo informe daba a Israel, Cisjordania y Gaza era especialmente flagrante.
La sección sobre Israel del informe del año pasado decía en el resumen ejecutivo que la guerra de Israel en Gaza había causado decenas de miles de muertos y muchos más heridos, y que la guerra había "desplazado a la inmensa mayoría de los palestinos de Gaza y provocado una grave crisis humanitaria".
El nuevo informe no menciona nada de eso en el resumen.
Edward Wong cubre los asuntos globales, las políticas internacionales estadounidenses y el Departamento de Estado para el Times.
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