
Tras absorber el impuesto adicional durante los primeros días de la guerra comercial, muchas empresas ya comienzan a trasladar a los consumidores más costos relacionados con los aranceles.
Las empresas ya comienzan a trasladar a los consumidores más costos relacionados con los aranceles.
Muchas empresas optaron por absorber el impuesto adicional durante los primeros días de la guerra comercial del presidente Donald Trump. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que se están quedando sin opciones para mantener los precios estables ante el deterioro de los márgenes de ganancia, lo que sugiere que los aranceles podrían tener un efecto más pronunciado sobre los precios en los próximos meses.
Los datos gubernamentales, incluidos los del Departamento de Comercio de la semana pasada, muestran que los precios subieron en junio en artículos muy expuestos a los aranceles, como muebles para el hogar, juguetes y electrodomésticos.
Y en los últimos días --antes de que Trump anunciara los aranceles para gran parte del mundo el pasado jueves por la noche-- Adidas, Procter & Gamble, Stanley Black & Decker y otras grandes empresas comunicaron a los inversores que habían subido los precios o tenían previsto hacerlo pronto para compensar los costos arancelarios. Empresas como Walmart y los fabricantes de juguetes como Hasbro y Mattel ya habían advertido de que los aranceles provocarían un aumento de los precios.
Richard Westenberger, director financiero de Carter's, un fabricante de ropa infantil, dijo en una llamada con analistas el 25 de julio: "No nos interesa tener un negocio con márgenes más bajos, sobre todo debido a los aranceles". Añadió: "Si esto es algo que va a suponer un aumento permanente de nuestra estructura de costos, tenemos que encontrar la forma de cubrirlo".
Los economistas han estado atentos a señales de subidas de precios relacionadas con los aranceles desde que Trump presentó su política comercial en primavera. Pero la inflación se mantuvo relativamente contenida, lo cual desafió las expectativas y llevó a la Casa Blanca a declarar que quienes predijeron que los aranceles elevarían los precios estaban equivocados.
Incluso algunos analistas reconocen que los aranceles han tardado más de lo previsto inicialmente en repercutir en los precios al consumo. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, declaró durante su conferencia de prensa del miércoles pasado, tras la reunión de julio de la institución a su cargo, que el proceso podría ser "más lento de lo esperado al principio".
"Creemos que nos queda un largo camino por recorrer para comprender cómo será exactamente", dijo.
Los economistas citan varias razones para ese impacto limitado. Las empresas de todo el país se apresuraron a hacer acopio de mercancías antes de que entraran en vigor los aranceles, lo que les proporcionó un colchón importante antes de tener que importar mercancías sujetas a gravámenes más elevados. Muchas empresas, grandes y pequeñas, se mostraron reacias a repercutir costos más elevados a sus clientes, preocupados por la inflación, sin tener más claro dónde se asentarían los aranceles.
La naturaleza siempre cambiante de los aranceles de Trump incluyó una pausa de 90 días en algunos de los tipos más altos, que luego se retrasaron aún más en julio, lo que significa que no habían entrado en vigor. En su lugar, muchos países solo soportaban la línea base del 10 por ciento, un costo más fácil de digerir para las empresas.
En algunas industrias, también hay un desfase entre el momento en que los fabricantes y otros importadores compran mercancías y el momento en que esas mercancías llegan a los clientes. Los minoristas, por ejemplo, suelen hacer pedidos a los fabricantes con meses de antelación. Muchos artículos que estaban en las estanterías en los últimos meses llegaron en buques portacontenedores antes de estar sujetos a aranceles más elevados.
Y aunque la inflación era bastante modesta, los precios seguían en aumento, solo que a un ritmo suave que a la mayoría de los consumidores les costaría detectar. Según Alberto Cavallo, economista de Harvard, desde principios de marzo los precios de los productos importados han subido alrededor de un 3 por ciento en promedio, con mayores aumentos en los productos procedentes de China.
"La repercusión a nivel minorista tiende a ser muy gradual", dijo Cavallo, quien analiza el impacto de los aranceles en los precios con dos coautores, para lo cual utilizan datos de un puñado de grandes minoristas estadounidenses. "Por eso mucha gente tiene la sensación de que no pasa nada".
Trump amplió su guerra comercial global el jueves pasado, al desvelar una serie de nuevos aranceles. Si entran en vigor este jueves, como está previsto, sus gravámenes de dos dígitos contra decenas de países aumentarán la presión sobre las empresas para que trasladen parte del costo a los consumidores.
Sarah House, economista de Wells Fargo, dijo que los próximos tres a seis meses serán "tiempo de crisis", a medida que se consoliden más tipos arancelarios.
"Las empresas lidian con el hecho de que los aranceles están aquí para quedarse, y a medida que haya más certidumbre sobre un entorno de aranceles más altos, van a estar más dispuestas y van a ser más capaces de ajustar sus precios", dijo. "Estamos llegando a un punto en el que empezaremos a ver cómo se reflejan".
Trump y sus asesores han mantenido que los países extranjeros asumirán los aranceles. Pero hasta ahora, aunque hay algunos indicios de que los exportadores asumen el costo adicional, la mayor parte se traslada a los importadores estadounidenses, según los datos del Departamento de Trabajo sobre los precios de importación.
La aceleración del aumento de precios en los próximos meses es crucial para la Reserva Federal, la cual pretende mantener baja la inflación al tiempo que maximiza el empleo. Si las empresas siguen soportando la mayor parte de la carga arancelaria, la inflación podría ser más moderada. Si empiezan a repercutir una parte mayor a los consumidores, eso podría hacer subir la inflación de forma más severa.
Los aranceles "han empezado a notarse más claramente en los precios de algunos bienes, pero sus efectos generales sobre la actividad económica y la inflación aún están por verse", dijo Powell el miércoles de la semana pasada.
En los informes financieros y en las llamadas a los inversores, los ejecutivos de las empresas públicas ahora son más francos sobre sus planes de subir los precios en los próximos meses, si no lo han hecho ya. Muchos dejan abierta la posibilidad de que las tarifas arancelarias sean más elevadas que sus hipótesis actuales.
Procter & Gamble, que fabrica productos básicos para el hogar como el detergente Tide, los pañales Pampers y el papel higiénico Charmin, dijo que tenía previsto subir los precios una media del 2,5 por ciento en una cuarta parte de sus productos estadounidenses a partir de agosto.
Mohawk Industries, una gran empresa de pisos, dijo que iba a subir los precios un 8 por ciento. "La industria tendrá que aumentar más con aranceles más altos", dijo a finales del mes pasado Paul De Cock, presidente y director de operaciones de la empresa, a los inversores.
Y el director ejecutivo de Adidas advirtió el miércoles pasado que los aranceles "aumentarán directamente el costo de nuestros productos para EE. UU.".
También hay indicios de que algunas pequeñas empresas independientes ya comienzan a pasar más sus costos a los precios finales, a pesar del temor a ahuyentar a los clientes. Algunas cafeterías, que ya se esforzaban por absorber el arancel general de Trump del 10 por ciento, están subiendo los precios en respuesta a los aranceles del 50 por ciento a Brasil con los que amenazó el mes pasado y que impondrá el jueves. Muchos minoristas se preparan para ajustar sus precios, sobre todo para las temporadas de invierno y primavera.
No está claro hasta qué punto los aranceles harán subir los precios en la segunda mitad del año. También es una incógnita si los aranceles tendrán un impacto puntual o consecuencias más duraderas.
Aun así, los economistas en general creen que, en última instancia, los consumidores sentirán más el pinchazo de los aranceles.
"Obviamente, todo suma", dijo Cavallo, economista de Harvard. "Al final, los estadounidenses acabarán por pagar la mayor parte del costo de estos aranceles".
Sydney Ember es reportera de negocios del Times y cubre la economía y el mercado laboral de EE. UU.
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