
Las autoridades del país europeo planean negociar fuertemente una tasa más baja en los próximos días, antes de que entre en vigor el impuesto punitivo. Relojes de alta gama y medicamentos serían muy afectados.
Suiza tuvo un duro despertar el viernes, día de fiesta nacional, después de que el presidente Donald Trump impusiera un arancel del 39 por ciento a los productos importados del país alpino, una de las tasas más altas para cualquier país. Karin Keller-Sutter, la presidenta suiza, dijo que había hablado con Trump el jueves, pero que "no se pudo llegar a ningún acuerdo".
Los suizos ya estaban indignados por la amenaza inicial de Trump, en abril, de imponer un arancel del 31 por ciento a sus productos. Cuando la Casa Blanca anunció los aranceles actualizados a última hora del jueves, los suizos se escandalizaron al ver que ese arancel, ya de por sí elevado, aumentaba aún más. Muchos otros impuestos a las importaciones se mantuvieron o se redujeron ligeramente con las revisiones de Trump.
Ahora, los productos suizos importados a Estados Unidos, incluidos los productos farmacéuticos, los instrumentos de precisión e incluso las cápsulas de café, estarán sujetos al arancel del 39 por ciento si ambas partes no llegan a un acuerdo comercial antes del 7 de agosto.
Stefan Legge, responsable de política fiscal y comercial del Instituto de Derecho y Economía de Suiza, dijo que el acuerdo podría producirse en cualquier momento, dado el historial de anuncios sorpresa de Trump. "Pero lo más molesto es que seguimos en esta situación de incertidumbre", dijo.
Las asociaciones empresariales suizas pidieron negociaciones urgentes y advirtieron de que, sin un acuerdo comercial, los productos suizos en Estados Unidos serían significativamente más caros que los importados de la Unión Europea, la cual negoció un arancel del 15 por ciento, o del Reino Unido, con un arancel del 10 por ciento.
Las acciones de Watches of Switzerland, que cotiza en Londres y vende relojes de alta gama, una de las principales exportaciones suizas, cayeron más de un 6 por ciento, y llegaron a su nivel más bajo en años.
Keller-Sutter dijo que, para Trump, el déficit comercial de EE. UU. con Suiza era "una cuestión clave" detrás del arancel. Pero más de la mitad de la brecha comercial de Suiza con Estados Unidos procede de lingotes y barras de oro refinados en fundiciones suizas y exportados en grandes cantidades a Estados Unidos. El banco central suizo ha sugerido que el oro no se contabilice en la balanza comercial. Las importaciones de oro están exentas de los aranceles de Trump.
Excluyendo el oro, los productos farmacéuticos son la mayor exportación de Suiza a Estados Unidos. La industria farmacéutica, incluidos los gigantes farmacéuticos suizos Roche y Novartis, está en vilo después de que el gobierno de Trump envió cartas a las principales empresas farmacéuticas el jueves, exigiéndoles que ofrezcan precios más bajos a los consumidores estadounidenses.
Liz Alderman es la corresponsal jefa de negocios para Europa y escribe sobre la evolución económica, social y política en Europa.
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