Una era de autenticidad (o algo parecido)

Cuando Kylie Jenner y su madre, Kris, admitieron el mes pasado que se habían sometido a cirugía plástica, muchos aclamaron la admisión como el comienzo de una nueva era de transparencia de las celebridades en torno al tema de la belleza.

"¡¡¡445 cc, perfil moderado, la mitad debajo del músculo!!! ¡¡¡Silicona!!! ¡¡¡Garth Fisher!!! Espero que esto te ayude, jajaja", le respondió Kylie Jenner a una fan que le preguntó las especificaciones exactas de su aumento de senos.

El momento --casual, espontáneo, salpicado de jerga de Internet y publicado en los comentarios de un TikTok-- se convirtió inmediatamente en un tema candente en las redes sociales, tal como ocurrió unas semanas antes cuando su madre habló sobre su estiramiento facial.

Otras famosas, como era de esperar, se sumaron a la tendencia.

Kristin Cavallari, antigua estrella de "The Hills", compartió las especificaciones de sus implantes mamarios en Instagram, mientras que la poderosa empresaria inmobiliaria y estrella de "Shark Tank" Barbara Corcoran reveló toda una lista de procedimientos a los que se ha sometido: tres estiramientos faciales, un estiramiento de cuello y un "rejuvenecimiento del párpado inferior".

La semana pasada, Khloé Kardashian admitió que solía "retocar mucho" sus fotos hasta parecer un "personaje de dibujos animados".

"En cierto momento, estaba rodeada de gente que me hacía sentir que tenía que hacerlo", compartió Kardashian en su pódcast "Khloé in Wonderland". "También creo que era la época. Sentía que mucha gente retocaba mucho más las fotos que ahora. Siento que hubo un momento en el que todos nos dejamos llevar por este estilo de vida basado en los filtros y no podíamos vernos sin ellos".

Los estándares de belleza en sí mismos son falsos, pues sin duda son antinaturales e imposibles de alcanzar sin alguna intervención quirúrgica o tecnológica, pero el debate abierto sobre la forma de alcanzarlos ha sido elogiado porque los fans consideran que es una forma de autenticidad. Muchos de esos fans se sentían engañados cuando las celebridades decían que tenían un cuerpo perfecto gracias a la dieta y el ejercicio.

Según Kelly Killeen, cirujana plástica con oficinas en Beverly Hills, California, el debate abierto sobre la cirugía plástica ha provocado un aumento en el número de pacientes que solicitan exactamente los mismos procedimientos que se han hecho sus famosos favoritos.

"Veo a muchos pacientes que vienen con algo parecido a una orden de Burger King", comentó Killeen en una entrevista. "Me dicen: 'Quiero una Kylie Jenner'".

Curiosamente, las estrellas que admitieron haberse sometido a cirugía plástica al parecer han construido su carrera a partir de omisiones y confusiones.

En años recientes, con tantas fiestas de cumpleaños lujosas, mansiones multimillonarias y cuerpos inalcanzables, celebridades como las Kardashian habían sido de las personas menos auténticas y con las que menos se podía identificar el público. Pero no es la primera vez que, como medio de evasión, la gente admira embebida un estilo de vida de gran lujo --pensemos en Paris Hilton a principios de la década del 2000, cuando se derrumbó Wall Street-- y, ahora que la ansiedad económica vuelve a aumentar, Killeen cree que la tendencia ofrece una oportunidad para cambiar el debate en torno a las celebridades.

"A las Kardashian les encanta rebelarse contra el sistema que ellas mismas han creado", afirma.

En este caso, parece estar funcionando, quizá porque su apertura en cuanto a sus cirugías plásticas y su afición al Photoshop resultan atractivas para la generación Z, una generación que, según un informe de 2023 de la consultora EY, valora "ser auténtico y fiel a uno mismo" por encima de cualquier otra cosa.

"Más del 90 por ciento de los encuestados indicaron que la autenticidad era muy importante o extremadamente importante para ellos", según el informe. "Esta tendencia está provocando una reacción contra el "perfeccionismo" o el afán de ajustarnos a la norma para ser, parecer y sonar como la versión idealizada de nosotros mismos que compartimos en selfis filtrados y fotos retocadas. Por el contrario, la generación Z acepta cada vez más su visión auténtica y sin editar de sí misma y del mundo que la rodea, y espera que los demás la respeten por ello".

"Hemos dejado atrás la era de Instagram, con sus fotos perfectamente elaboradas y editadas, para entrar en la era de TikTok, en que la gente simplemente toma su teléfono, se muestra tal y como es, actúa con naturalidad y comparte sus experiencias", explicó Killeen. "Y creo que la generación Z, en particular, ha pasado a esta era de 'no intento ser perfecto, solo soy yo mismo'".

Sin embargo, el enfoque de la generación Z hacia la autenticidad tiene sus matices. A pesar de su deseo expreso de ser fieles a sí mismos, los miembros de esta generación han dicho que cada vez les importa menos la autenticidad de los influentes, quizá porque, aunque han intentado parecer cercanos, no lo han conseguido en absoluto. Además, hablar de los recursos estéticos empleados, ya sea que la celebridad en cuestión haya recurrido a la cirugía plástica o a medicamentos con semaglutida, puede desmitificarlos y restarle interés a lo que ha hecho la celebridad para lograr la perfección y, por ende, hacerlos menos relevantes.

Pero, por ahora, parece que en esta tendencia las celebridades ya no fingen que "así se despiertan".

"Creo que es muy importante que las mujeres jóvenes comprendan que estos atributos no se pueden conseguir sin cirugía", señaló Killeen. "Espero que no lleguemos al punto en que las jóvenes empiecen a pensar que necesitan esta fisonomía, que es siempre un temor, pero al menos ahora la gente lo sabe, y no es como dice J. Lo, que: 'Tengo este aspecto porque uso aceite de oliva en la piel'".

"Vamos, por favor", añadió.

Barbara Corcoran en su apartamento del barrio de Carnegie Hill, en Manhattan, el 3 de mayo de 2025. (Winnie Au/The New York Times)