
La entrega más reciente del cuarteto de superhéroes hace un intento accidentado pero sincero por convertirse en la película de Marvel más atrevida en años.
Desde el principio de Los 4 Fantásticos: primeros pasos nos invade una sensación inquietante: que, en lugar de ser la primera película de una nueva y reluciente reinvención de la franquicia del cuarteto de superhéroes, nos han metido de lleno en una secuela. Esa es tanto la fortaleza como el punto débil del audaz enfoque de una cinta que representa el intento más sincero de Marvel por hacer algo atrevido en años, por accidentado que sea.
Esta nueva película de Los 4 Fantásticos, que llega una década después del fallido reinicio de las olvidables películas originales de mediados de la década de los 2000, nos sumerge directamente en la acción: omite prácticamente la historia del origen del equipo y opta en su lugar por un resumen de los momentos más destacados de cómo los rayos cósmicos otorgaron poderes sobrehumanos a cuatro astronautas y los convirtieron en protectores de la Tierra-828, una versión alternativa de nuestro mundo. Esa evasión narrativa no es un pecado grave y, de hecho, la inmediatez con la que la película nos sumerge en el retrofuturismo táctil y plenamente desarrollado de este mundo es su mayor atractivo.
Pero tras la breve presentación de nuestro elenco y este planeta alternativo, la película, dirigida por Matt Shakman, se encasilla rápidamente en el modo de comedia familiar de superhéroes que definió en parte los cómics originales: Reed Richards (Pedro Pascal) y Sue Storm (Vanessa Kirby) como la pareja de superhéroes emblemática, Ben Grimm (Ebon Moss-Bachrach) y Johnny Storm (Joseph Quinn) como mal tercio y cuarto, juguetones y antagónicos. Pero la fiesta se acaba rápidamente cuando llega la misteriosa Silver Surfer (Julia Garner) y declara que un dios devorador de planetas llamado Galactus (Ralph Ineson) está en camino para destruir la Tierra, lo que lleva a los cuatro a irse repentinamente al espacio para enfrentarse a este nuevo villano.
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Todo ello conforma una introducción cuyo ritmo y tono funcionan como si se basaran en el trabajo previo de una película anterior. A menudo nos quedamos preguntándonos quiénes son exactamente estos cuatro héroes y por qué debemos creer en la resonancia emocional o cómica de ellos como familia. Para ayudarnos a creer, la película depende principalmente en el lustre de este universo retro y en su reparto de lujo (que ofrece interpretaciones desiguales, salvo Moss-Bachrach), junto con la vaga familiaridad que tiene el espectador con la iconografía de los héroes, para hacer el trabajo preliminar.
Pero esas piezas a veces son lo necesario para que el viaje sea lo suficientemente fluido como para incluso resultar emocionante en algunos momentos. Sobre todo, la acompaña un alivio por el hecho de que esta película de Marvel se interesa por construir una sensibilidad, estética y temática, que es totalmente propia, sin la mano invisible de un universo expandido que mueve los hilos.
Cabe destacar que se trata esencialmente de un drama familiar disfrazado de película de superhéroes. Primeros pasos comienza cuando Sue descubre que está embarazada y sigue los preparativos y las ansiedades de la familia ante la llegada del bebé. Pronto se convierte en algo más de lo que esperaban: cuando el equipo se enfrenta a Galactus, este ve un poder especial en el hijo nonato de Reed y Sue y propone intercambiar al bebé por la supervivencia de la Tierra.
Es entonces cuando el Reed de Pascal, que al principio parece simplemente un recorte de cartón del caballero más guapo, inteligente e imperturbable del mundo, finalmente toma forma. Reed es, sin duda, un paradigma de la perfección, pero ¿qué sucede cuando el héroe que puede salvarlo todo de repente no puede predecir ni evitar nada cuando se trata de sus seres más queridos?
"Cuanto más te miro, menos sé. Cuanto menos sé, más miedo tengo", le dice Rex en un momento dado a su hijo pequeño. La propuesta de Galactus --destruir el mundo o perder a tu hijo-- es más una analogía de la paternidad que un trato: tener un hijo es también conocer de repente el miedo a una pérdida inimaginable, y ¿qué es ese miedo si no la idea de perder todo tu mundo? En este sentido, Los 4 Fantásticos: primeros pasos es una película de superhéroes que entiende que lo que está en juego es lo más íntimamente humano.
En otras palabras, eso deja mucho material bueno por sí solo que no acaba de sumar algo más grande que sus partes. Estos son los primeros pasos de una nueva y refrescante dirección para Marvel, aunque sean imperfectos.
Los 4 Fantásticos: primeros pasos Clasificada PG-13 por violencia y algunas malas palabras. Duración: 1 hora y 55 minutos. En cines.
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