Felix Baumgartner, famoso paracaidista y saltador BASE, muere a los 56 años

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El aventurero extremo saltó desde casi 40 kilómetros de altura en 2012 y se convirtió en el primer humano en romper la barrera del sonido en caída libre. Falleció en un accidente de parapente en la costa adriática.

Felix Baumgartner, el aventurero extremo austriaco que saltó a tierra desde casi 40 kilómetros de altura en 2012 y se convirtió en el primer ser humano en romper la barrera del sonido en caída libre, murió el jueves en un accidente de parapente en la costa adriática de Italia. Tenía 56 años.

Su muerte fue confirmada por Red Bull, la empresa de bebidas energéticas que lo patrocinaba, así como por las autoridades italianas.

Baumgartner cayó a pocos metros de una piscina en Porto Sant'Elpidio, según dijo el viernes Massimiliano Ciarpella, alcalde de la localidad. Dijo que Baumgartner se había sentido mal durante el vuelo y había perdido el conocimiento en el momento del impacto en una zona de la ciudad muy frecuentada por los turistas. Se iba a realizar una autopsia, afirmó.

Horas antes de su muerte, Baumgartner publicó una fotografía en Instagram en la que se veían cielos grises y nublados y una ondulante manga de viento, con las palabras "demasiado viento".

Ciarpella dijo que Baumgartner era una "figura de relevancia mundial, símbolo de valor y pasión por el vuelo extremo".

Baumgartner era conocido como "Felix, el intrépido" y lucía un tatuaje que decía "Nacido para volar". Pero, al igual que otros que han hecho carrera en actividades extremas, compaginaba un espíritu aventurero con la conciencia del peligro y de la casi inevitabilidad del daño.

"Siempre buscaba metas que nadie hubiera logrado antes, porque aunque te hicieras daño, habrías hecho algo excepcional y único", dijo en la revista Outside.

"Así que a veces", continuó, "tienes que hacerte daño de verdad, tienes que pasar por el fuego, pero al menos debería merecer la pena".

Atractivo y carismático, Baumgartner formaba parte de una larga tradición de aventureros que capturaron la atención del público como escapistas, hombres bala, funambulistas y escaladores que rehúyen las cuerdas y el equipo de seguridad.

Baumgartner se distinguió como "un gran vendedor corporativo" para Red Bull, que buscaba cultivar "una imagen audaz e intrépida", según Matt Higgins, autor de Bird Dream: Adventures at the Extremes of Human Flight (2014), dijo en una entrevista.

Felix Baumgartner nació el 20 de abril de 1969 en Salzburgo, Austria, donde se encuentra la sede mundial de Red Bull. (No se dispuso de manera inmediata de información sobre las personas que le sobreviven). Aprendió a saltar en paracaídas a los 16 años, perfeccionó sus habilidades como paracaidista en el ejército austriaco y, en 1988, empezó a realizar exhibiciones de paracaidismo para Red Bull.

Red Bull era "prácticamente una empresa desconocida" cuando se asoció con Baumgartner, dijo Higgins, y "él personificaba la imagen que querían promover". A cambio, la empresa le dio apoyo financiero.

Desde entonces, Red Bull ha contribuido a redefinir los patrocinios corporativos en el mundo del deporte, sin limitarse a solo desplegar anuncios en los estadios y crear comerciales en la televisión, sino al comprar sus propias franquicias en el automovilismo y el fútbol.

Baumgartner también ayudó a reimaginar el deporte extremo del salto BASE, en el que los participantes saltan desde edificios, antenas, puentes, acantilados y otros puntos y descienden con un paracaídas.

Tomó una actividad marginal, realizada sobre todo de manera clandestina porque muchos saltos se hacen sin permiso, y la llevó al mainstream con acrobacias como ejecutar el salto BASE más alto desde un edificio (alrededor de 452 metros desde las Torres Petronas de Kuala Lumpur, Malasia, en 1999) y el más bajo (unos 28 metros desde la mano de la colosal estatua del Cristo Redentor de Río de Janeiro en 2007).

"En esa época, nadie cobraba por hacer este tipo de cosas", dijo Higgins. "En realidad fue pionero en el aspecto profesional del salto BASE", aunque algunos colegas temían que si el deporte recibía demasiada atención, se prohibiría cada vez más.

Baumgartner no escapó a la controversia fuera del deporte extremo. En 2010 fue multado por darle un puñetazo a un camionero en un altercado de tráfico, según informóReuters.Criticó los derechos de la comunidad LGBTQ y los esfuerzos para combatir el cambio climático, y se expresó en contra de las políticas migratorias de Alemania y Austria. SegúnDeutsche Welle, la emisora internacional alemana, tenía opiniones políticas extremas, abogaba por una "dictadura moderada" en lugar de un gobierno democrático y apoyaba aViktor Orbán, líder nacionalista de derecha en Hungría, como candidato al Premio Nobel de la Paz.

Sin embargo, en el mundo del deporte extremo, Baumgartner era una figura reverenciada en gran medida. En 2003, cruzó el canal de la Mancha con un ala de fibra de carbono. Y el 14 de octubre de 2012, en un proyecto llamado Red Bull Stratos, atrajo a más de ocho millones de espectadores en línea cuando ascendió a la estratósfera en una cápsula elevada por un globo de helio y luego, con un traje presurizado, se lanzó desde una altura de unos 38 kilómetros hacia la Tierra y aterrizó en Roswell, Nuevo México.

En esa acrobacia alcanzó una velocidad máxima de 1342 km por hora, o mach 1.24, y giró fuera de control durante un tiempo antes de enderezarse. Su caída duró 4 minutos y 20 segundos, hasta que desplegó el paracaídas a unos 1600 metros antes de tocar tierra en el desierto de Nuevo México. Aterrizó sin problemas con un montón de récords mundiales y datos que podrían ayudar a los futuros astronautas a sobrevivir a una crisis extrema a gran altitud.

Alan Eustace, un ejecutivo de Google que saltó desde más de 40 kilómetros, rompió su récord de altitud el 24 de octubre de 2014.

Después de su salto, Baumgartner dijo que era difícil describir viajar más rápido que la velocidad del sonido "porque no lo sientes". Y su salto, dijo, "fue más duro de lo que esperaba".

"Créeme", dijo, "cuando estás ahí arriba, en la cima del mundo, te vuelves muy humilde. Ya no se trata de romper récords. No se trata de obtener datos científicos. Se trata de regresar a casa".

Jeré Longman es periodista del Times en la sección de Obituarios y escribe ocasionalmente artículos relacionados con el deporte.

Claire Moses es reportera del Times en Londres, especializada en noticias de último momento.