La desacreditada marca de Fyre Festival se subastó en eBay

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Billy McFarland, quien cumplió casi cuatro años de prisión por fraude, dijo en abril que pondría a la venta la asediada marca que fundó.

Se había presentado como una experiencia musical sin precedentes, una que sus organizadores pensaban reuniría a la jet set en un cartel digno de Instagram, con actuaciones de primera fila y hedonismo en el paraíso.

Sufran y lloren, Coachella y Burning Man.

Pero tras fracasar ignominiosamente en el cumplimiento de sus elevadas promesas, que dieron lugar a penas de prisión para el fundador del evento y a documentales de Netflix y Hulu, el Fyre Festival , plagado de escándalos, vendió el martes sus derechos de marca a través del sitio web de subastas eBay.

La venta no se cerró precisamente con un alarido de gloria, sino más bien con un quejido, ya que un comprador no identificado pagó 245.300 dólares por hacerse con la marca y los derechos de propiedad intelectual de Billy McFarland, de 33 años, un supuesto "estafador milénial a gran escala".

Aun así, la venta planteó una pregunta fundamental: ¿Por qué alguien pagaría cualquier cantidad por heredar una marca de reputación tan dudosa?

Según el anuncio de eBay, se habían realizado 175 pujas en el sitio de subastas a lo largo de más o menos una semana , donde una descripción sobre las oportunidades de mercadotecnia asociadas al Fyre Festival se presentaba en términos familiarmente grandilocuentes.

"FYRE no es solo un nombre, es un motor de atención mundial", decía el anuncio.

El anuncio no cumplía los requisitos de los programas de protección de compras de eBay, según advirtió el sitio de subastas.

Incluso antes de que finalizara la puja, McFarland, quien cumplió casi cuatro años de prisión por una trama de fraude relacionada con el festival de 2017, no podía ocultar su decepción por el hecho de que la venta no saliera como esperaba.

"Teníamos un acuerdo de siete cifras por el paquete completo de la marca Fyre y la propiedad intelectual que se vino abajo esta mañana", dijo McFarland en un video publicado el 7 de julio en las redes sociales mientras paseaba por el río Hudson, en Nueva York.

Cuando se cerró la puja el martes, McFarland se lamentó del precio de venta durante una retransmisión en directo, según informó NBC News.

"Esto apesta", dijo. "Es muy bajo".

En un comunicado, McFarland felicitó al comprador, al que no nombró, y escribió que la subasta demostraba que "la atención es moneda".

El miércoles no respondió a una solicitud de comentarios. En abril, McFarland anunció que vendería la marca, y afirmó que esta era más grande que una sola persona y que daba un paso atrás para que un nuevo equipo pudiera avanzar de forma independiente.

La venta parecía poner fin sin ceremonias a la apuesta festivalera de McFarland, que se apoyó en modelos influentes como Emily Ratajkowski, Bella Hadid y Kendall Jenner para promocionar su evento inaugural en 2017.

Los paquetes de entradas para el fin de semana oscilaban entre 1200 y más de 100.000 dólares para el festival, que se celebró en una isla de las Bahamas que fue propiedad de Pablo Escobar.

Pero cuando los invitados llegaron a la isla de Gran Exuma, no era la experiencia de glamping, o campamento elegante, que esperaban.

La banda Blink-182 se había retirado del festival, que no llegó a celebrarse. Los dueños de boletos fueron recibidos por campos de tierra, colchones empapados y tiendas de campaña que parecían pertenecer a una zona de catástrofe. ¿La experiencia culinaria de primera clase prometida por los organizadores? Fue sustituida por sándwiches de queso en cajas de unicel que se documentaron en las redes sociales y en un documental de Netflix titulado Fyre .

Pronto se produjo una avalancha de demandas de los vendedores e inversores del festival, al menos uno de los cuales dijo haber perdido los ahorros de toda su vida. La preocupación mayor de McFarland fue una serie de investigaciones penales abiertas por el FBI, la Comisión del Mercado de Valores y la fiscalía federal.

En 2018, McFarland se declaró culpable de dos cargos de fraude electrónico relacionados con el festival y con su empresa de medios de comunicación que, según los fiscales, había costado a los inversores más de 24 millones de dólares en pérdidas. Fue condenado a seis años de prisión federal, y cumplió casi cuatro años antes de su puesta en libertad en 2022.

No quedó claro de inmediato si McFarland tenía previsto destinar parte del dinero de la venta del festival en eBay a la restitución total de 26 millones de dólares que se le ordenó pagar a quienes defraudó.

La venta también marcó un malogrado intento de McFarland de celebrar una secuela del festival a finales de mayo en Isla Mujeres, una isla mexicana y lugar de vacaciones frente a la costa de Cancún. Pero lo que parecía una gira de redención se topó con un obstáculo demasiado familiar.

Tras cambiar la ubicación del festival a Playa del Carmen, en México, los organizadores anunciaron en abril que enviarían un mensaje a los poseedores de boletos anunciando que el festival ya no se celebraría allí.

Los organizadores culparon a las autoridades locales del último contratiempo en sus planes, acusando al gobierno de robar al Fyre Festival sin ofrecer ninguna prueba.

Neil Vigdor es un reportero de noticias de última hora del Times, y se enfoca en política.