Para emular a Trump, los congresistas republicanos apoyan a Ucrania

Reportajes Especiales - News

Guardar

Tras años de oponerse a apoyar con recursos estadounidenses los esfuerzos ucranianos frente a la agresión rusa, ahora muchos republicanos han abandonado esa postura.

Hace menos de dos años, los republicanos de la Cámara de Representantes estaban tan furiosos con la idea de seguir ayudando a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa que depusieron a su propio presidente, Kevin McCarthy, en parte en protesta por lo que llamaron un "acuerdo secreto paralelo" que había concretado para hacerlo.

Meses después, el presidente del Congreso Mike Johnson arriesgó su propio puesto para impulsar un paquete de financiación destinado a Ucrania, al que la mayoría de sus miembros votaron "no".

Pero ahora, más de tres años después del inicio del conflicto, muchos republicanos del Congreso que se han opuesto sistemáticamente al envío de más dinero y armas a Ucrania, y han clamado por el fin de la participación estadounidense en la guerra se apresuran a cambiar de postura para seguir el ejemplo del presidente Donald Trump.

Es la prueba más reciente de que Trump, cuyo enfoque de política exterior de "Estados Unidos primero" ha trastocado décadas de ortodoxia republicana que favorecía la intervención enérgica de Estados Unidos en conflictos en todo el mundo, mantiene un férreo control sobre su partido. Y ahora que el presidente, que antes desdeñaba la ayuda estadounidense a Ucrania, ha dado un giro y anunciado un nuevo plan para acelerar el envío de armas al país devastado por la guerra, algunos republicanos se contorsionan para permanecer alineados con él.

Esto ha implicado un silencio relativo por parte de aquellos que antes se oponían rotundamente a apoyar a Ucrania, y sorprendentes cambios de postura en público por parte de algunos de los aliados más cercanos de Trump, muchos de los cuales pasaron un tiempo considerable en el Capitolio argumentando en contra de una política que alguna vez calificaron de imprudente, pero que ahora sostienen que es la diplomacia brillante de un estratega maestro.

La primavera pasada, el representante Derrick Van Orden, republicano por Wisconsin, criticó duramente al gobierno de Joe Biden por no contar con un plan para continuar la ayuda a Ucrania, y proclamó: "Debemos dejar de entrar en guerras interminables". El lunes, respaldó el anuncio de Trump de aumentar la ayuda.

"Confío explícitamente en Donald Trump", dijo en una entrevista. "Le llamo el pacificador jefe. Sabe lo que hace y confío en él".

Aunque Trump se apresuró a subrayar que Estados Unidos no pagaría por adelantado ningún armamento adicional, no ofreció ningún plan detallado sobre cómo su plan pondría fin a la guerra.

Aun así, Van Orden no puso reparos: "Tiene mi apoyo al 100 por ciento, absoluto e inequívoco", dijo de Trump.

Como miembro del Freedom Caucus (Asamblea Política de la Libertad), el representante Troy Nehls, republicano por Texas, forma parte de la facción de extrema derecha de la Cámara que abogó por detener el apoyo a Ucrania ante la preocupación por el financiamiento de la seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México. Ahora, apoya la ayuda a Ucrania, pero insiste en que no ha alterado su postura, y señala que bajo la propuesta de Trump, las naciones de la OTAN pagarían por las armas estadounidenses.

"No es un verdadero cambio de postura. Donald es el único que puede detener eso", dijo en una entrevista, en referencia a la agresión rusa. "Pero va a requerir que Vladimir Putin entienda lo que el jefe quiere decir con 'Acabemos con esto en 50 días'". Parecía aludir a la amenaza de Trump de imponer aranceles a Rusia si no se alcanza un acuerdo de paz en breve.

El representante Warren Davidson, republicano por Ohio, un firme opositor a brindar ayuda a Ucrania en el pasado, dijo a CNN que el plan de Trump para hacerlo era el enfoque correcto.

"El presidente realmente acierta al decir: 'Oye, vamos a vender a los países de la OTAN estas armas y si quieren pagarlas, pueden comprarlas'", dijo Davidson a CNN, y añadió: "Esta no es nuestra guerra".

Los cambios han resultado discordantes en ocasiones, sobre todo para aquellos que hicieron de la oposición al apoyo a Ucrania un elemento central de su marca política.

Como senador por Ohio y principal discípulo del movimiento MAGA en el Capitolio, el vicepresidente JD Vance fue uno de los críticos más abiertos de ayudar a Ucrania. En un ensayo para The New York Times la primavera pasada, argumentó que la guerra era imposible de ganar y que Estados Unidos no podía proveer lo que Ucrania necesitaba para ponerle fin.

Esta semana, permaneció en silencio junto a Trump en el Despacho Oval mientras el presidente anunciaba los planes que permitirían enviar armas estadounidenses adicionales a las líneas del frente del conflicto.

El senador Rick Scott, un republicano por Florida que en su día se opuso vehementemente a la ayuda estadounidense a Ucrania, también calificó de forma favorable el plan de Trump. "Va a hacer todo lo que pueda para conseguir la paz, y espero que Putin se lo tome en serio", dijo Scott sobre el plan, y añadió: "Creo que el presidente Trump claramente no quiere estar en guerras. Odia la guerra".

Su postura supuso un notable cambio respecto a la de hace poco más de un año, cuando ocupó el hemiciclo del Senado durante casi dos horas para denunciar un paquete bipartidista de ayuda militar para Ucrania. "Los demócratas del Senado y una minoría de republicanos del Senado eligieron dar prioridad a la seguridad nacional de Ucrania sobre la seguridad nacional de Estados Unidos", dijo entonces. "Todos los estadounidenses deberían estar indignados con lo que ocurre en Washington".

Trump ha intentado establecer una ruptura clara con el expresidente Joe Biden al afirmar que las nuevas armas para Ucrania no están destinadas a lograr la victoria por la fuerza, sino a apoyar a los militares en el lugar el tiempo suficiente para lograr una resolución negociada del conflicto.

Aun así, algunos republicanos sostienen que los votantes que dieron a Trump un segundo mandato en la Casa Blanca y brindaron el control unificado a los republicanos en Washington no están de acuerdo con su cambio de opinión sobre Ucrania.

"El pueblo estadounidense quiere que arreglemos los problemas en casa, no que cumplamos las órdenes de los neoconservadores y los belicistas", dijo el martes el representante Eli Crane, republicano por Arizona, en un mensaje en las redes sociales en respuesta al nuevo plan de Trump sobre Ucrania.

La representante Marjorie Taylor Greene, republicana por Georgia que intentó sin éxito desbancar a Johnson el año pasado por impulsar el paquete de ayuda a Ucrania, insinuó que el plan del presidente era una traición a los votantes que habían elegido a los republicanos en parte por su promesa de poner fin a la participación estadounidense en guerras extranjeras.

"Nadie anda por ahí pensando en Ucrania. Nadie anda por ahí pensando en Rusia. Simplemente no", dijo en una entrevista el lunes. "Caminan por ahí y en lo único que piensan es en sus cuentas por pagar, en sus problemas y la calle que puede parecer un desastre frente a su casa, o en no poder comprar una casa".

Aunque dice que su postura no ha cambiado, ahora es discordante con muchos en su partido que se han desplazado a su alrededor mientras buscan mantenerse alineados con Trump. La situación ha dejado a Greene perpleja ante las críticas por adherirse a opiniones que una vez pensó que eran ampliamente compartidas por los de su partido.

"Ha estado mal que haya tenido que defenderme. Y no he retirado mi apoyo al presidente", dijo. "Esto es por lo que hicimos campaña. Esto es lo que prometí también a mi distrito. Esto es lo que todo el mundo votó. Y creo que tenemos que mantener el rumbo".