Irán busca alianzas con los BRICS y un nuevo orden mundial

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Irán se unirá a una reunión del grupo de países BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y otros países. Será una oportunidad para demostrar que cuenta con poderosos aliados.

Golpeado por 12 días de guerra, Irán está prácticamente solo y debilitado en Medio Oriente. Sin embargo, la república islámica ha encontrado amigos en otras partes del mundo.

A partir del domingo en Río de Janeiro, Irán se unirá a una reunión de dos días del grupo de países BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y otros países. Será una oportunidad para que Irán, recién llegado al grupo, demuestre que cuenta con poderosos aliados, incluso mientras se enfrenta a sanciones y amenazas de más ataques militares por su programa nuclear.

Después de que Israel y Estados Unidos lanzaran ataques militares contra Irán el mes pasado, el grupo BRICS emitió una declaración en la que expresaba su "grave preocupación" y calificaba los ataques de violación del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas. Sin embargo, la alianza, cuyos miembros representan a más de la mitad de la población mundial, no criticó abiertamente a Israel ni a Estados Unidos.

Entre bastidores, las divisiones sobre la dureza con la que los BRICS deberían condenar los ataques han puesto a prueba las ambiciones de la alianza de reequilibrar la dinámica de poder mundial al ofrecer un contrapeso a Occidente.

"No hay ningún tipo de alineación con respecto a Irán", afirmó Oliver Stuenkel, experto en los BRICS y profesor asociado de la Fundación Getúlio Vargas, una universidad brasileña. "Así que la solución fue esta postura muy inofensiva".

El grupo de los BRICS se fundó en 2009 con el objetivo de incrementar la influencia de las mayores economías emergentes del mundo. Desde entonces, el grupo ha crecido hasta incluir a Egipto, Etiopía, Indonesia, Irán y Emiratos Árabes Unidos.

A diferencia de la OTAN, donde la cooperación militar es fundamental, el grupo se ha centrado en una agenda económica y geopolítica, aunque ha tenido dificultades para lograr avances significativos en muchos de sus objetivos concretos, sirviendo hasta ahora como una alianza sobre todo simbólica.

Los analistas esperan que Irán aproveche la próxima cumbre para conseguir un apoyo más firme del grupo, sobre todo en un comunicado que se publicará al final de la reunión.

Irán ha confirmado que enviará una delegación a Brasil, aunque aún no está claro quién representará al país ni si mantendrá reuniones bilaterales con miembros como Rusia y China.

"La óptica de formar parte de los BRICS es muy importante" para Irán en estos momentos, afirmó Sanam Vakil, directora del programa de Medio Oriente y Norte de África de Chatham House.

Pero dentro del grupo, las opiniones divergentes sobre los recientes ataques a Irán han puesto de relieve los retos que plantea la rápida expansión de la alianza, que suma miembros con visiones contrapuestas sobre el rol del bloque en la escena mundial.

"Es más difícil lograr consensos cuando hay más países sentados a la mesa", afirmó Paulo Nogueira Batista Jr., economista y exvicepresidente del banco de desarrollo de los BRICS.

China y Rusia ven en los BRICS una forma de desafiar la influencia de Estados Unidos en la geopolítica y la toma de decisiones, y han presionado para que el grupo crezca en tamaño.

Rusia calificó los ataques estadounidenses contra las instalaciones nucleares iraníes de "acto de agresión no provocado", mientras que China instó a la "moderación" y al diálogo. Brasil, anfitrión de la cumbre, condenó los ataques, al tiempo que trataba de evitar que se deterioraran sus relaciones con Estados Unidos, su segundo mayor socio comercial después de China.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha resistido a las presiones de Rusia y China para que los BRICS se posicionen como una alianza antioccidental, según los analistas. En su lugar, considera que el bloque es una forma de dar más voz a los países en desarrollo.

"Brasil no busca problemas", afirmó Stuenkel. "Está mucho más cerca de Estados Unidos que de Irán. No tiene motivos para participar en esta batalla".

India, otro país con estrechos vínculos con Estados Unidos, también ha discrepado en cuestiones como el ataque a Irán. Sudáfrica y Etiopía se han mostrado igualmente cautelosos a la hora de alienar a Occidente.

No es la primera vez que el grupo experimenta una división interna ante un conflicto. Tras la invasión rusa a Ucrania en 2022, la alianza luchó por acordar una postura común, y criticó la imposición de sanciones a Moscú por parte de Occidente sin abordar el papel de Rusia en la guerra.

El presidente Vladimir Putin no asistirá en persona a la reunión de Río, pero lo hará de forma virtual, según informaron los medios de comunicación estatales rusos. Existe una orden de detención contra él relacionada con la invasión a Ucrania emitida por la Corte Penal Internacional, de la que Brasil es signatario.

Por primera vez, el líder chino, Xi Jinping, tampoco acudirá a la cumbre, después de reunirse con Lula en Pekín en mayo y asistir a la cumbre del Grupo de los 20 en Río de Janeiro el año pasado. El primer ministro chino, Li Qiang, viajará a Brasil en su lugar.

Brasil ostenta la presidencia de los BRICS, y Lula esperaba consolidar la imagen de su país como líder en la promoción de una agenda centrada en la equidad de la gobernanza mundial y los sistemas financieros. Pero con el conflicto iraní como telón de fondo, los analistas afirman que el grupo tendrá dificultades para forjar un frente unido.

"Solo espero que no veamos cómo se deshacen los avances logrados el año pasado", dijo Batista, el economista.

Erika Solomon y David Pierson colaboraron con reportería.

Erika Solomon y David Pierson colaboraron con reportería.