
El número de cabezas de ganado vacuno ha descendido un 13 por ciento desde 2019, y el inventario general de reses disponibles es el más bajo desde 1952.
Tom Winter abrió su camión de comida de hamburguesas en Missoula, Montana, hace casi dos años, enfocado en vender alimentos producidos localmente a la población local a un precio asequible.
A medida que el negocio --Gary's Local Burgers-- se ampliaba a tres locales, Winter mantuvo estable el precio de sus hamburguesas, a 6 dólares, cifra que colgaba en enormes carteles.
Pero el mes pasado imprimió nuevos carteles con una nueva cifra: 6,95 dólares.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, en mayo la carne molida alcanzó el precio promedio más alto registrado, 5,98 dólares por libra (0,454 kilogramos). Ese costo era un 16,2 por ciento más alto que 12 meses antes. Otros cortes de carne de vacuno, como los filetes de solomillo y el asado de ternera, también alcanzaron máximos históricos en el primer semestre de 2025.
Aunque Winter compra la carne de res y vende hamburguesas a nivel local, no ha podido escapar de un mercado en el que operar se ha vuelto más caro. Los precios han subido porque la cantidad de ganado disponible para carne de res está en su nivel más bajo desde los años cincuenta.
El número de cabezas de ganado vacuno en Estados Unidos es de 27,9 millones, lo que supone un descenso del 13 por ciento desde 2019, y el inventario general de ganado es el más bajo desde 1952, según el Departamento de Agricultura. La demanda de los consumidores se ha mantenido estable en los últimos años.
"Me comprometí personalmente a que las mantendríamos a 6 dólares, y me vi obligado a retractarme y aumentarlas en 95 céntimos", dijo Winter sobre sus hamburguesas, y añadió: "Simplemente no entendíamos que los precios pudieran hacer esto".
La mayoría de los ganaderos dirigen pequeñas empresas y no disponen de capital para grandes inversiones o para afrontar las fluctuaciones de los precios. El rebaño bovino promedio consta de 47 reses, según datos del Departamento de Agricultura de 2022. Las grandes explotaciones ganaderas --con 100 o más cabezas de ganado-- representan el 10,5 por ciento de todas las explotaciones de carne de res.
Los rebaños más pequeños son el resultado de un ciclo ganadero de una década que incluye sequía, cierres de procesadoras y cambios en las preferencias de los consumidores.
Los ganaderos registraron grandes ganancias en 2014 y ampliaron sus rebaños en los cinco o seis años siguientes, dijo Ted Schroeder, profesor de economía agrícola de la Universidad Estatal de Kansas.
Pero con la mayor oferta, el precio que los ganaderos recibían por el ganado bajó, justo cuando empezó una sequía en todo el oeste de Estados Unidos. Con menos hierba para que su ganado pastara, los ganaderos tuvieron que comprar más pienso para que sus rebaños subsistieran, lo que elevó sus costos. Al persistir la sequía, muchos ganaderos decidieron vender parte del ganado y reducir su rebaño.
El cierre de plantas empacadoras de carne implicó que menos procesadores necesitaran ganado, lo que redujo el precio que recibían los ganaderos. Las interrupciones por la pandemia en 2020 desaceleró las operaciones de procesamiento de la carne y elevaron los costos de toda la industria.
Ahora, los ganaderos comienzan a reconstruir sus rebaños para aprovechar los altos precios. Pero es un proceso lento --toma de dos a tres años criar un ternero para el matadero--, por lo que es probable que los precios de la carne de res se mantengan elevados en el futuro previsible. El Departamento de Agricultura estima que el precio del ganado vacuno seguirá siendo alto hasta 2026, y que los precios al por menor de la carne de res se mantendrán elevados durante varios años.
Las empresas que compran grandes cantidades de carne de res han respondido de varias maneras. McDonald's, Sysco y otras empresas y grupos de ganaderos han demandado a los grandes procesadores de carne, con el argumento de que se han confabulado para hacer subir los precios. Los procesadores de carne han negado las acusaciones, pero han llegado a acuerdos en algunas demandas por decenas de millones de dólares, sin admitir haber actuado mal.
Los supermercados como Costco y Walmart participan cada vez más en toda la cadena de producción de carne. Walmart ha invertido en un matadero de Nebraska, y el lunes inauguró en Olathe, Kansas, su primera planta propia de empaquetado de carne. Una portavoz de Walmart dijo que las nuevas instalaciones ayudarían a garantizar un suministro constante de carne de res a sus tiendas.
Aun así, lo que perjudica a los consumidores en las cajas de los supermercados beneficia a los ganaderos, ya que algunos prosperan tras años de mantenerse a flote. "Últimamente, ha sido muy positivo para el ganado", dijo Blake Albers, fundador de Albers Craft Meats en Norfolk, Nebraska.
La familia Albers posee una enorme operación de engorde de ganado --el punto final para el ganado-- y gestiona una pequeña planta que saboriza, corta y empaca carne de res, que vende en su tienda y por internet. Albers dijo que su tienda aún recibía un flujo constante de clientes, pero que había hecho algunos cambios para retenerlos a pesar del aumento de los costos.
Algunos clientes quieren raciones más pequeñas para ahorrar dinero, dijo, y añadió que es difícil ofrecer un filete más pequeño que siga siendo grueso y atractivo. La carnicería ha aumentado el tamaño de algunos cortes, como el costillar, para que los compradores puedan porcionarlo al tamaño que deseen en casa para varias comidas.
Albers dijo que también vendía 4,5 kilos de carne de alta calidad empaquetada individualmente con descuento, con la idea de que puede aceptar un margen menor en pedidos más grandes. Y si un cliente compra mucho filete, le añade carne molida a un precio más bajo.
"El precio de la carne molida de primera calidad debe ser de 7 dólares, pero podemos llegar a 5,09 y 5,99 si la incluimos en paquete con el animal", dijo.
Aunque los precios de la carne de res han subido, los ingresos de los consumidores han aumentado ligeramente, lo que significa que algunas personas pueden absorber los costos más elevados de las hamburguesas.
Pero no todos pueden, y eso le quita el sueño a Winter, propietario de Gary's Local Burger. Dijo que sus precios estaban a la par con los de McDonald's, y añadió que, en una ciudad donde el costo de la vida va en aumento, se ha alegrado de ver a los residentes comer carne de Montana de sus camiones.
Por eso fue difícil subir los precios. "Muchos de mis empleados se burlaban de mí, al decir: 'Son 95 céntimos, hombre, ¿a quién le importa?'", dijo. "Pero no era la dirección que yo quería tomar".
Kevin Draper es un corresponsal de negocios que cubre el sector agrícola. Puedes contactarlo en kevin.draper@nytimes.com o kevin.draper@protonmail.com.
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