León XIV retoma la tradición papal de vacacionar en Castel Gandolfo

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Durante 400 años, la mayoría de los papas escapaban del verano romano a la comunidad enclavada entre montañas. Después Francisco dejó de ir, dejando a la ciudad algo desamparada.

Durante 400 años, mientras Roma ardía bajo el sol del verano, la mayoría de los papas encontraron sosiego en un palacio pontificio más fresco, situado en la colina de Castel Gandolfo, a 29 kilómetros al suroeste de Roma. Juan Pablo II y Benedicto XVI se instalaban allí varios meses al año para descansar, pero también para trabajar.

Luego llegó el papa Francisco.

Viajó allí tres veces en 2013, el año en que fue elegido, dos para celebrar misas y una para visitar a su predecesor, Benedicto, a quien le gustaba tanto Castel Gandolfo que se retiró brevemente allí tras dejar el papado.

Nunca volvió.

"Nos quedamos huérfanos", dijo Maurizio Carosi, uno de los muchos residentes que admitieron sentirse consternados por la decisión de Francisco.

No es de extrañar, por tanto, que el anuncio el mes pasado de que el papa León XIV se quedaría en Castel Gandolfo durante dos semanas en julio --"para un periodo de descanso"-- fuera recibido con entusiasmo, alivio y un estallido de renovaciones de última hora en las propiedades papales. Se espera que llegue el domingo.

"El Vaticano forma parte del ADN de nuestra ciudad; es un segundo Vaticano" debido al papa y a los dignatarios que le visitarán aquí, dijo Alberto De Angelis, el alcalde. "No se puede imaginar San Pedro sin el papa, y no se puede imaginar Castel Gandolfo sin el papa", añadió, refiriéndose a la Basílica de San Pedro en Roma.

Otros residentes locales se mostraron igualmente entusiastas.

El regreso previsto del papa "le ha dado una chispa a la ciudad", dijo Stefano Carosi, hermano de Maurizio y propietario de un bar en la plaza principal de la ciudad. "Lo que faltaba en estos 12 años era la visibilidad mundial que el papa da a Castel Gandolfo cuando recita el Ángelus", dijo, refiriéndose a la oración y bendición que el pontífice recita cada domingo y que se retransmite por todo el mundo.

"Es una publicidad invaluable", añadió.

Algunos consideraron la decisión de León de reanudar la antigua tradición papal como un ejemplo de su distanciamiento del papa Francisco y del enfoque de adicción al trabajo de su papado (aunque la agenda de León ha estado muy ocupada).

"Alabado sea el papa Prevost", escribió Giuseppe De Lorenzo en el periódico conservador Il Giornale. Dijo que León abandonaba el "pauperismo inútil" de Francisco.

Y Mark Silk, editor colaborador del Religion News Service y profesor del Trinity College de Hartford, Connecticut, señaló en un artículo que, aunque amaba al papa Francisco en tanto "paladín de los pobres y los inmigrantes, defensor de la Tierra", dijo que "el tipo era un poco Debbie Downer". Añadió que el predecesor de León había vivido "quemándose las pestañas, día tras día, año tras año. Para él no había vacaciones".

Desde luego, los habitantes --y los comerciantes-- de Castel Gandolfo apoyan la relajación papal. La inminente llegada de León ha desencadenado una oleada de actividad en las villas y jardines pontificios, que cubren un terreno en forma de triángulo de unas 54 hectáreas y se extienden desde Castel Gandolfo hasta la vecina localidad de Albano. Incluso el edificio que albergará a la Guardia Suiza que acompañará al papa ha sido renovado.

En los medios de comunicación italianos circularon rumores de que se estaba preparando una nueva pista de pádel y que se traerían caballos para que León pudiera dar rienda suelta a su pasión por la equitación. El Vaticano solo confirmó que se estaba construyendo una cancha de tenis. No habría pista de pádel, indicó el Vaticano, y no se dijo nada de caballos.

Castel Gandolfo, encaramado sobre el lago volcánico de Albano, de color azul intenso, ha sido durante mucho tiempo una atracción para quienes buscan un respiro del calor y el bullicio urbano de Roma. Es uno de los varios pueblos pintorescos que forman lo que se conoce como los Castelli Romani.

El emperador Domiciano construyó una renombrada villa en el siglo I, mientras que el papado reclamó por primera vez Castel Gandolfo en 1596, convirtiéndolo en residencia papal oficial 30 años más tarde. El renombrado arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini amplió posteriormente el palacio existente, y con los años se adquirieron nuevos terrenos con sus villas y se desarrollaron elaborados jardines.

Desde entonces, la mayoría de los papas han hecho migraciones anuales al palacio. Muchos habitantes afirman que atesoran recuerdos personales de pasadas visitas papales y de los dignatarios que traían consigo.

"Era especial en Castel Gandolfo; recuerdo haber visto a prelados, presidentes de la República" y otros potentados paseando por la ciudad, incluido el expresidente George W. Bush, dijo Luciano Mariani, de 82 años, propietario de un hotel. Recuerda que de niño vio pasar por delante del hotel familiar al papa Pío XII --el primero de los seis papas que dice haberse encontrado-- cuando llegaba en coche a Castel Gandolfo.

Abundan las historias sobre las andanzas papales en la zona.

Al papa Pablo VI se le recuerda por construir iglesias y escuelas. Benedicto escribió un libro infantil sobre los peces dorados de un estanque de los jardines. Y las fotos tomadas subrepticiamente a Juan Pablo II nadando en una piscina del complejo papal fueron noticia tras un intento fallido de suprimirlas. Uno de los temores era que las imágenes poco convencionales --¡un papa en traje de baño!-- pudieran provocar un escándalo en la conservadora Polonia, su país natal.

El padre Tadeusz Rozmus --conocido como "Don Biker" porque conduce una motocicleta Kawasaki Vulcan-- fue uno de los muchos que se alegraron por la inminente llegada de León. "El regreso del papa marca la continuación de la historia de Castel Gandolfo, ligada a los papas desde hace 400 años", dijo Rozmus, párroco de la iglesia local donde León celebrará la misa el 13 de julio.

Aunque elogiaron el cambio de rumbo papal, algunos empresarios locales señalaron que Francisco quizás hizo algo aún más positivo para la economía que visitarlos. Abrió los jardines pontificios al público por primera vez en 2014, y dos años después abrió al público el palacio pontificio, la villa donde se han alojado la mayoría de los papas.

Eso tuvo un enorme efecto en el turismo, dicen los empresarios, atrayendo a más visitantes durante todo el año. En 2023, recibió más de 200.000 visitantes, según el Vaticano.

Vienen y se quedan más tiempo, dijo Assunta Ferrini, propietaria de un restaurante que en el pasado ofrecía pizza para llevar a las comitivas papales.

León está siguiendo los pasos de Francisco al permitir que el palacio pontificio y los jardines permanezcan abiertos al público, incluso cuando él esté de visita, porque se alojará en otro palacio del recinto.

Aun así, a algunos empresarios locales les preocupa que la presencia del papa no sea la bendición empresarial que otros han previsto.

"Es el primer ciudadano de Castel Gandolfo, y su presencia nos honra", dijo Giulio Mariani, propietario de uno de los varios restaurantes de la calle peatonal que conduce a la plaza principal. Pero la ciudad, preparándose para la llegada de León, decretó que la calle tenía que estar despejada para los peregrinos asistentes a la bendición del domingo al mediodía, lo que dificultaba la instalación de mesas al aire libre para el almuerzo.

Mariani se quejó de que los únicos que se beneficiarían serían los que venden recuerdos, rosarios y agua embotellada en la plaza principal.

Maurizio Carosi, sentado en una cafetería/tienda de recuerdos de la que es copropietario con su mujer y sus hijos en esa plaza, no estaba tan seguro aún de lo beneficiosa que sería la visita de León.

De momento, la única parafernalia de León que tiene para vender es un libro sobre el Jubileo de 2025 de la Iglesia católica, que originalmente tenía a Francisco en la portada. Sobre ella, la editorial ha deslizado una nueva portada en la que aparece León.

Elisabetta Povoledo es una reportera radicada en Roma que cubre Italia, el Vaticano y la cultura de la región. Es periodista desde hace 35 años.