
La relación de Christie Brinkley con el amor es tan duradera como su larga carrera en el modelaje. Sin embargo, ahí terminan las similitudes.
"Me encanta estar enamorada", afirmó Brinkley, de 71 años, comparando el sentimiento con "una copa de champán: todo burbujea en tu interior y todo es posible".
Se ha casado cuatro veces y ha tenido numerosas relaciones. Su primer matrimonio, con el artista francés Jean-François Allaux, fue en 1975, cuando ella tenía 21 años, y duró seis años. Estuvo casada con el músico Billy Joel de 1985 a 1994; con el promotor inmobiliario Richard Taubman, de 1994 a 1995; y con el arquitecto Peter Cook, de 1996 a 2008. Otras de sus relaciones serias fueron con Olivier Chandon de Brailles, un piloto de carreras francés y heredero de la fortuna del champán Moët & Chandon, que murió en un accidente de auto, y con el cantante John Mellencamp.
Cada pareja prometedora seguida de una desilusión se relata en sus memorias, tituladas "Uptown Girl", que se publicaron en abril. El libro también documenta minuciosamente la vida de Brinkley: sus momentos de soltería, su maternidad --tiene tres hijos: Alexa Ray, de 39 años, Jack, de 30, y Sailor, de 26--, una experiencia cercana a la muerte y su carrera.
"El libro fue una desintoxicación para mí", dijo Brinkley. "Escribir este libro me hizo hacer un gran repaso de mi vida. Aprendí a darme una palmadita en la espalda y decir: 'Pasaste por muchas cosas y lo hiciste bien'. Logré salir adelante".
A continuación, se presenta una versión resumida y editada de una entrevista por Zoom que Brinkley ofreció desde su casa en Sag Harbor, Nueva York.
P: ¿Podrías describir tus bodas anteriores?
R: Las bodas pequeñas son las mejores. Jean-François y yo nos casamos descalzos en la playa en Hawái. Fue precioso. Nadamos hasta el lugar de la ceremonia. Billy y yo nos casamos en un barco frente a la Estatua de la Libertad, en el puerto de Nueva York. Con Ricky, me casé en la montaña más alta de Telluride. Estaba embarazada y esquiando por una montaña con mi vestido de novia. No conocía a nadie en la boda. Mis propios amigos no quisieron venir porque él no les caía bien. Mis únicos conocidos eran mi familia. Me casé con Peter en el jardín trasero de una casa alquilada en los Hamptons, rodeada de caballos y vacas. La boda con Billy fue mi favorita.
P: En retrospectiva, ¿por qué crees que esos matrimonios acabaron en divorcio?
R: Me casé con dos hombres buenos y dos malos. Jean-François fue amor a primera vista. Estuvimos bien durante varios años, pero luego hubo una disolución lenta. Me casé demasiado joven. Empecé a sentirme limitada y me arrepentí de haberme atado a alguien.
Con Billy, que conquistó mi corazón, mi imaginación, mi todo, había demasiada presión, alcohol y problemas que nos abrumaban. Cuando te conviertes en la prudente de la relación, se acabó. Si hubiéramos sido mayores cuando ocurrió, quizá lo hubiéramos solucionado.
Ricky era un personaje extravagante que se casó conmigo por mi dinero. Nuestra relación se complicó por el hecho de que yo estaba embarazada y quería tomar las decisiones correctas. La relación se produjo justo después de mi divorcio con Billy, el cual me dejó devastada.
Con Peter, quería que Jack tuviera una figura masculina en su vida. Me embaracé de Sailor. Descubrí que él tenía una amante. Me casé con un desconocido que tenía otras vidas. Yo tenía tres hijos. Quería protegerlos de las consecuencias y de que sus vidas se hicieran añicos. El divorcio duró años. Fue agonizante.
P: ¿Qué has aprendido sobre ti misma a través de estas experiencias?
R: Que confío demasiado en las personas. Soy una tonta en cuanto al amor. Aprendí que el amor requiere esfuerzo. A veces hay que confiar en los expertos. Desearía haber encontrado la manera de salvar a algunas de mis parejas; desearía no haberme casado con otras. Siempre creí en las almas gemelas. Pensaba que tenía cuatro. Ahora no estoy tan segura. Quizás mis dos almas gemelas fueron Jean y Billy. Quizás me precipité al divorciarme de Jean. Quizás debí intentar que mi relación con Billy durara más tiempo. Empecé a preguntarme si tal vez yo era el problema, si era incapaz de ser amada.
P: ¿Pensabas que lo eras? R: Mis padres me convencieron de que era digna de ser amada. No soy incapaz de ser amada, pero las relaciones en las que estuve me hicieron sentir que no me querían. Tengo la autoestima suficiente para saber que, en los brazos adecuados, soy digna de ser amada. Y no fui amada correctamente. Uno amaba mi dinero más que a mí. Otro amaba la bebida más que a mí. Otro amaba a las mujeres jóvenes más que a mí. Y en mi primera relación, yo amaba mi libertad más que a él. P: ¿Sigues buscando pareja? R: Todo lo que he vivido, todo el dolor, la estupidez, lo volvería a hacer porque creo en el amor. Creo que sería triste no hacerlo. No estoy segura de querer renunciar a la libertad que tengo ahora. Cada vez es más difícil conocer gente y confiar en ella. Se necesitaría una persona muy especial para que yo quisiera compartir mi vida. Ya encontré paz sin tenerla. He sobrevivido sin un hombre durante muchos años. No necesito a nadie para ser feliz. Soy feliz. Pero tengo tanta felicidad dentro de mí que me encantaría compartirla con alguien a quien ame. P: ¿Qué es lo que más lamentas? R: No poder sentarme con mi marido con un álbum de fotos abierto y decirle: "Mira, ¿te acuerdas de esto? ¿Te acuerdas de los niños?". P: ¿Qué harías de otra manera la próxima vez? R: Dedicaría más tiempo a conocer a alguien y a sus amigos y familiares, porque tus amigos son un reflejo de ti mismo, antes de lanzarme. Quizás sería su amiga primero, en lugar de involucrar tanto mis sentimientos. Confiaría menos y haría más preguntas. P: ¿Qué consejo les darías a tus hijos sobre las relaciones? R: Que busquen el sentido del humor, porque la risa ayuda a superar muchas cosas. Que mantengan sus relaciones con sus amigos, porque les ayudarán a superar muchas cosas. Que no se centren solo en su marido o su mujer. Que sigan participando en su vida. Si saben que encontraron el amor verdadero, que se esfuercen por mantenerlo vivo. P: ¿Qué has aprendido al escribir este libro? R: Al escribir este libro y ver los altibajos, y lo miserables que fueron algunos de los momentos más difíciles, sigo encontrando el lado positivo. Considero que algunas de las malas experiencias son pequeños regalos. Eso me ha impulsado. Me ha hecho descubrir una fuerza que no sabía que tenía, o me ha hecho levantarme y decir: "Les demostraré que se equivocan, y lo haré". Me ha ayudado a salir adelante. La relación de Christie Brinkley con el amor es tan duradera como su larga carrera en el modelaje. Sin embargo, ahí terminan las similitudes. (Clark Hodgin/The New York Times).
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