Abrego Garcia fue golpeado y torturado en una prisión de El Salvador, según sus abogados

Reportajes Especiales - News

Guardar

A Kilmar Armando Abrego Garcia lo obligaron a pasar la noche arrodillado, le negaron el acceso al baño y lo confinaron en una celda superpoblada con luces brillantes y sin ventanas, dicen sus abogados.

Kilmar Armando Abrego Garcia, el hombre de Maryland que fue expulsado erróneamente a El Salvador en marzo, fue golpeado, privado de sueño y torturado psicológicamente durante los casi tres meses que pasó bajo custodia salvadoreña, según los documentos judiciales presentados el miércoles por la noche por sus abogados.

Los documentos, presentados ante el Tribunal Federal de Distrito de Maryland, detallan una letanía de horrores que, según los abogados de Abrego Garcia, este sufrió mientras estuvo recluido en el llamado Centro de Confinamiento del Terrorismo o Cecot, una de las prisiones más tristemente célebres de El Salvador.

Sus abogados dijeron que a él y a otros 20 hombres salvadoreños que fueron deportados a la prisión desde Estados Unidos el 15 de marzo, en una ocasión les hicieron pasar la noche arrodillados "y los guardias golpeaban a quien se caía de cansancio".

Durante el tiempo que pasó allí, dijeron los abogados, a Abrego Garcia "se le negó el acceso al baño y se ensució encima". A él y a otros presos los confinaron en literas metálicas sin colchones en una celda superpoblada que no tenía ventanas, pero estaba equipada con luces brillantes que permanecían encendidas las 24 horas del día.

Cuando Abrego Garcia llegó por primera vez a la prisión, sostuvieron sus abogados, fue recibido por un funcionario que le dijo: "Bienvenido al Cecot. El que entra aquí no sale".

Dos semanas después, añadieron los abogados, había perdido casi 14 kilos.

Los documentos judiciales ofrecen una visión sorprendente de las condiciones en las que estuvo recluido Abrego Garcia. Aunque su descripción coincide con lo que se sabe sobre la prisión y el trato a los detenidos, los más de 200 venezolanos que fueron enviados al Cecot en el mismo grupo de vuelos ese día fueron colocados en un bloque de celdas distinto, lo que no deja claro si estaban sometidos a condiciones diferentes.

Los documentos se presentaron a la jueza Paula Xinis, quien había emitido la orden inicial en abril en la que ordenaba al gobierno de Donald Trump que "facilitara" la liberación de Abrego Garcia de El Salvador. Los documentos incluían una versión revisada de la demanda original que los abogados presentaron en marzo solicitando su devolución de la custodia salvadoreña. Le pidieron a Xinis que liberara inmediatamente a su cliente de la custodia en Estados Unidos.

Abrego Garcia se encuentra actualmente bajo custodia de las autoridades federales en Nashville después de que el gobierno de Trump, en un movimiento sorprendente, lo trajera de vuelta de El Salvador el mes pasado tras semanas de decir que no le era posible hacerlo. Pero el Departamento de Justicia declaró que lo había devuelto por un motivo concreto: para ser juzgado por una acusación federal que lo señala de haber participado en una conspiración de un año de duración para contrabandear migrantes indocumentados como miembro de la violenta pandilla callejera MS-13.

Los nuevos documentos presentados por sus abogados parecían socavar las acusaciones de que era miembro de la MS-13, así como un señalamiento concreto hecho por el propio presidente Trump de que sus tatuajes indicaban que pertenecía a la pandilla.

Los documentos afirmaban que los funcionarios de prisiones salvadoreños reconocieron que Abrego Garcia "no estaba afiliado a ninguna pandilla" y reconocieron que sus tatuajes "no estaban relacionados con las pandillas", llegando incluso a decirle en un momento dado: "Tus tatuajes están bien".

Una portavoz del presidente de El Salvador no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

Casi desde el momento en que Abrego Garcia regresó a suelo estadounidense, ha habido incertidumbre sobre lo que podría ocurrirle a continuación.

Sigue sin estar claro si permanecerá en prisión por sus cargos penales mientras el caso avanza en los tribunales o si quedará en libertad bajo fianza y, en su lugar, será puesto bajo custodia de inmigración como migrante indocumentado. También es posible que vuelva a ser expulsado del país, solo unas semanas después de que el gobierno de Trump lo trajera de vuelta.

Junto con su demanda revisada, los abogados de Abrego Garcia presentaron otros documentos el miércoles por la noche, reiterando su petición a Xinis de que emita una nueva orden que prohíba efectivamente que lo expulsen del país hasta nuevo aviso.

Más tarde, el miércoles por la noche, se esperaba que el Departamento de Justicia pidiera al juez federal de su causa penal que revocara la decisión de otra jueza que permitía su puesta en libertad y lo mantuviera encerrado por la acusación formal mientras espera el juicio.

Gran parte de la confusión ha surgido de las declaraciones ambiguas --e incluso contradictorias-- del gobierno de Trump y de lo que parecen ser opiniones enfrentadas del Departamento de Justicia y del Departamento de Seguridad Nacional sobre cómo llevar el caso.

A principios del mes pasado, las cosas parecían algo más claras.

La fiscala general Pam Bondi anunció en una conferencia de prensa el 6 de junio que Abrego Garcia había sido devuelto a Estados Unidos para enfrentarse a cargos de contrabando de migrantes en el Tribunal Federal de Distrito de Nashville. Insistió en que solo sería expulsado una vez concluida su causa penal.

"Una vez cumplida su condena", dijo Bondi, "prevemos que será devuelto a su país de origen, El Salvador".

Pero la semana pasada, un abogado del Departamento de Justicia introdujo un nuevo giro. Durante una audiencia celebrada en Maryland, el abogado Jonathan Guynn le dijo a Xinis que el gobierno tenía previsto expulsar de nuevo a Abrego Garcia, esta vez no a El Salvador, sino a un tercer país del cual no se dio el nombre.

Aunque Guynn dejó claro que "no había planes inminentes" de expulsar a Abrego Garcia, otros funcionarios de Trump trataron inmediatamente de aclarar sus comentarios. En cierto modo, los esfuerzos de estos solo enturbiaron aún más las aguas.

Primero, una portavoz de la Casa Blanca publicó un mensaje en las redes sociales en el que calificaba de "bulos" las declaraciones de Guynn. Después, un funcionario del gobierno, repitiendo lo que Bondi había dicho en su conferencia de prensa, afirmó que el Departamento de Justicia seguía planeando enjuiciar a Abrego Garcia antes de deportarlo de nuevo.

Todo esto dejó lo bastante perplejos a los abogados que llevaban la causa penal de Abrego Garcia como para que formularan una petición inusual a una jueza federal de Tennessee. Aunque la jueza, Barbara D. Holmes, ya había decidido que su cliente debía ser liberado de la custodia penal y entregado al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés), le pidieron que retrasara su puesta en libertad al menos dos semanas, preocupados por la posibilidad de que, si se producía el traslado, el DHS volviera a deportarlo pronto.

El Departamento de Justicia accedió a la petición. Pero en un escrito presentado a Holmes, el Departamento pareció dejar abierta la posibilidad de aquello que dijo que no ocurriría: que el DHS podría, de hecho, expulsar de nuevo a Abrego Garcia.

"La fiscalía tiene la intención de llevar este caso hasta su resolución", le dijeron a la jueza los abogados del departamento. "Sin embargo, como ya se declaró ante este tribunal el 25 de junio de 2025, el DHS seguirá y deberá seguir su propio proceso, la normativa pertinente, el esquema estatutario federal vigente y la jurisprudencia adecuada en la tramitación de los futuros procedimientos de inmigración del acusado y su posible expulsión".

En los próximos días se celebrarán dos audiencias --una en Maryland y otra en Tennessee-- que ayudarán a determinar qué ocurrirá con Abrego Garcia.

La primera está prevista para el lunes ante Xinis, quien considerará, entre otras cosas, la solicitud de la nueva orden para mantener a Abrego Garcia en Estados Unidos. Dicha orden, de concederse, llegaría meses después de su decisión original, dictada en abril, en la que ordenaba al gobierno de Trump que lo trajera de vuelta del extranjero.

La segunda audiencia está prevista para el 16 de julio ante el juez Waverly Crenshaw Jr., el juez de distrito que lleva la causa penal. Se espera que Crenshaw reconsidere la decisión de Holmes de liberar a Abrego Garcia de la custodia penal. También podría pronunciarse sobre la cuestión de la expulsión.

Hasta entonces, Abrego Garcia seguirá en manos de los carceleros federales de Tennessee, colocado allí por sus abogados para protegerlo.

Annie Correal colaboró con la reportería.

Alan Feuer cubre extremismo y violencia política para el Times, centrándose en los casos penales relacionados con el ataque del 6 de enero al Capitolio y contra el expresidente Donald Trump.

Annie Correal colaboró con la reportería.