La ola de calor golpea a los trabajadores y las empresas en Europa

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Las altas temperaturas pasan factura a los negocios, que reportan un descenso en sus ventas debido a una menor productividad y la disminución del consumo.

Las autoridades españolas investigan la muerte de una trabajadora de limpieza vial que falleció esta semana durante la intensa ola de calor que asola Europa. Italia ha prohibido el trabajo al aire libre durante las horas de más calor. En Francia se han cerrado las escuelas. Incluso la cima de la Torre Eiffel está cerrada.

Mientras Europa pone a sus ciudadanos en alerta por las temperaturas récord, la creciente frecuencia del calor extremo plantea una cuestión urgente: ¿Cuándo es demasiado caluroso para trabajar?

El gobierno francés publicó el martes una directiva que refuerza las normas para que las empresas mantengan frescos a sus empleados, ya que las autoridades advierten de que trabajar con calor extremo "puede aumentar el riesgo de accidentes laborales, incluso graves o mortales".

Según los lineamientos, las empresas francesas deben asegurarse de que reducen el riesgo de calor para todos los trabajadores. En las oficinas, eso significa modificar los espacios de trabajo cerca de ventanas soleadas o proporcionar más ventilación y agua. Las personas que se dedican a la construcción, la agricultura y otras actividades al aire libre tienen derecho a exigir jornadas laborales más cortas y equipos de protección contra el calor.

Pero en un continente donde el aire acondicionado es más una excepción que una norma, los retos son enormes y conllevan un costo económico. Además de adaptar el lugar de trabajo al calor, las empresas reportan una disminución en sus negocios, ya que los consumidores y los turistas se mantienen alejados de las tiendas que no cuentan con aire acondicionado.

La red eléctrica ya sobrecargada se avería con más frecuencia, lo que paraliza el servicio de trenes e incluso corta la iluminación de las tiendas. El miércoles, parte del sistema ferroviario alemán Deutsche Bahn se paralizó porque el calor intenso ponía en peligro a los trabajadores encargados del mantenimiento de las vías.

Y con las olas de calor y las sequías que llegan más temprano en el verano y con mayor intensidad cada año, los sindicatos advierten que las normas laborales no pueden seguir el ritmo de lo que Naciones Unidas calificó esta semana como una nueva normalidad para Europa.

"Todos podemos ver claramente en nuestra vida cotidiana que el clima está cambiando", dijo en un comunicado Esther Lynch, secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos. "Necesitamos urgentemente que nuestras leyes se adapten a la situación si queremos prevenir incontables muertes evitables cada verano".

El sindicato pidió a Bruselas que endureciera las normas laborales de la UE, después de que una mujer de 51 años se desplomó en su domicilio el sábado en Barcelona después de su jornada como barrendera. Los medios de comunicación españoles informaron que la mujer había enviado horas antes mensajes de texto a una amiga en los que informaba de dolores en los brazos, el pecho y el cuello mientras barría una calle junto a la Catedral de Barcelona bajo un calor que rozaba los 40 grados Celsius.

En Italia, los sindicatos señalaron los riesgos de trabajar al aire libre bajo un calor sofocante después de que un trabajador de la construcción murió el lunes cerca de Bolonia. En un informe reciente del Consejo Económico, Social y Medioambiental de Francia, el 40 por ciento de los trabajadores de la construcción y el transporte dijeron que las consecuencias del calentamiento global les perjudicaban.

Los agricultores europeos, los encargados de la basura e incluso los artistas al aire libre también se enfrentan a la ola de calor. Los campesinos de Francia advirtieron de la posibilidad de incendios en los campos por las temperaturas abrasadoras y han trasladado los turnos de trabajo a la noche. Unas 1400 escuelas francesas han cerrado durante varios días.

Las muertes laborales relacionadas con el calor en Europa han aumentado un 42 por ciento desde 2000, según la Organización Internacional del Trabajo. La Confederación Europea de Sindicatos dijo que presionaría a los líderes de la Unión Europea para que exijan a las empresas que permitan a los empleados dejar de trabajar cuando las temperaturas en su lugar de trabajo se consideren peligrosas.

Las altas temperaturas también perjudican a las empresas. Greggs, cadena británica de panaderías, informó que las ventas se desplomaron en junio "debido a que las altísimas temperaturas afectaron al Reino Unido, lo que aumentó la demanda de bebidas frías, pero redujo nuestra afluencia general".

En el centro comercial Westfield de Les Halles, el mayor de París, el martes por la tarde se cortó bruscamente la electricidad debido a una sobrecarga de la red, lo cual sumió a las tiendas en la oscuridad durante varias horas y dejó sin aire acondicionado a aproximadamente un tercio de las salas de cine del complejo.

Los espectadores hicieron fila para que les devolvieran el dinero en los cines en los que no funcionaba el aire acondicionado o intentaron cambiarse a otros que estuvieran frescos. Los dependientes de las tiendas intentaban ayudar a los clientes a comprar a la luz de los teléfonos móviles. La cola para entrar en una piscina cubierta del centro comercial se extendía una manzana.

A medida que las olas de calor se hagan más intensas, la productividad también se verá afectada, afirman los economistas. Según la Organización Internacional del Trabajo, el estrés térmico reducirá el potencial de horas de trabajo en todo el mundo en un 2,2 por ciento, el equivalente a recortar 80 millones de empleos a tiempo completo.

La economía europea podría perder 0,5 puntos porcentuales de crecimiento este año a causa de las olas de calor, dijo esta semana en un informe la filial de seguros de crédito de la aseguradora alemana Allianz.

"El cambio climático aumenta la frecuencia e intensidad de las temperaturas extremas, convierte las olas de calor, las sequías y los incendios forestales en la 'nueva normalidad', con consecuencias económicas de gran alcance", decía el informe.

Grecia, España e Italia estarían entre los países más afectados. La aseguradora prevé que, desde el 1 de mayo hasta el 14 de julio de este año, España habrá experimentado 52 días con temperaturas superiores a 32 grados Celsius, seguida de 44 para Italia y 43 para Grecia.

Liz Alderman es la corresponsal jefa de negocios para Europa y escribe sobre la evolución económica, social y política en Europa.