México evalúa demandar a SpaceX por lluvia de escombros

Científicos, funcionarios y activistas medioambientales protestan por el impacto que las operaciones de la empresa de Elon Musk tiene en los ecosistemas mexicanos.

Los cohetes de SpaceX, la empresa dirigida por Elon Musk con sede en el sur de Texas, han explotado en repetidas ocasiones. Esta vez, los restos de la explosión más reciente están generando repercusiones políticas al otro lado de la frontera, en México.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, considera emprender acciones legales luego de que uno de los gigantescos cohetes Starship de SpaceX se desintegrara en junio en una gigantesca bola de fuego, mientras se llenaba de combustible para una prueba de motores. Nadie resultó herido en la explosión, que hizo llover residuos sobre las playas del estado de Tamaulipas, en el norte de México.

"Lo estamos revisando", dijo Sheinbaum el miércoles en una conferencia de prensa, "todo lo que tiene que ver con el lanzamiento de cohetes que están muy cerca de nuestra frontera". Si SpaceX violó alguna ley internacional, añadió, se harán "las demandas necesarias que tengan que hacerse".

La disputa sobre la contaminación generada por SpaceX se produce en un momento en el que las tensiones entre Estados Unidos y México se han agudizado debido a cuestiones como la migración, el tráfico de fentanilo y el nombre de la masa de agua que se encuentra cerca de Starbase, la ciudad empresarial fundada por Musk cerca de la frontera entre ambos países.

Sheinbaum, cuyo partido político de izquierda tiene una influencia enorme en todo México, respondía a las peticiones de que tomara medidas contra SpaceX en medio de una creciente protesta entre científicos, funcionarios regionales y activistas medioambientales por el impacto que las operaciones de la empresa tienen en los ecosistemas mexicanos.

Los activistas medioambientales de Tamaulipas, al otro lado de la frontera con la Starbase, han dicho que los restos de la más reciente explosión de un cohete Starship de SpaceX habían provocado una gran mortandad de vida marina, incluidos peces, delfines y tortugas marinas. Los residentes de Matamoros, una ciudad del estado, han reportado que han encontrado trozos de metal y contenedores enteros en las playas locales.

Un portavoz de SpaceX no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, afirmó que las autoridades examinaban si se está "cumpliendo con las distancias que se piden internacionalmente para poder tener" ese tipo de instalaciones, de modo que "no se pueda correr riesgos a centros urbanos".

Los escombros también se convirtieron en fuente de debate entre los mexicanos en las redes sociales, donde muchos destacaron las dinámicas de poder entre México, Estados Unidos, SpaceX y Musk, el hombre más rico del mundo, quien se ha vinculado estrechamente con el presidente Donald Trump y tiene aspiraciones de enviar algún día seres humanos a Marte.

"¿Hasta cuándo se permitirá que la avaricia de pocos margine a las mayorías y ponga en riesgo o destruya la vida y nuestro planeta?", preguntó María Elena Álvarez-Buylla Roces, profesora de genética molecular de la Universidad Nacional Autónoma de México, en una publicación de redes sociales.

México no es el único que tiene que lidiar con el problema de los desechos de SpaceX, que recientemente obtuvo el permiso de las autoridades de aviación estadounidenses para aumentar sus lanzamientos anuales de cohetes Starship desde Starbase de cinco a 25. En marzo, otra explosión interrumpió el tráfico aéreo en aeropuertos desde Florida hasta Pensilvania.

Emiliano Rodríguez Mega y Kenneth Chang colaboraron con reportería.

Simon Romero es corresponsal del Times en México, Centroamérica y el Caribe. Reside en Ciudad de México.

Emiliano Rodríguez Mega y Kenneth Chang colaboraron con reportería.