Los gatos que dirigen las bodegas de Nueva York

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Si estás en una bodega de Nueva York y necesitas hablar con "la encargada", puede que la encuentres debajo de la nevera o acurrucada entre bolsas de Cheetos Flamin' Hot.

Que las bodegas estén dirigidas por los gatos que viven en ellas forma parte de un "gran chiste común entre muchos neoyorquinos", dijo Drew Rosenthal, productor creativo de Shop Cats, un programa de internet que recientemente ha encontrado una gran audiencia en TikTok por su agradable cobertura felina.

Cuando Rosenthal, de 35 años, se mudó a Brooklyn hace ocho años, le sorprendió la omnipresencia de gatos semiferales que patrullaban las bodegas y tiendas de comestibles de la ciudad. Y se impresionó aún más por la escasez de registros de gatos de bodega en internet que documenten sus destrezas y novedades personales, dado cuán querido es su papel en el ecosistema de la ciudad.

El verano pasado, mientras trabajaba para Mad Realities --una empresa de medios de comunicación con la ambición de convertirse en "la MTV de internet", según su directora ejecutiva y fundadora, Alice Ma--, Rosenthal abordó este vacío en el catálogo sobre gatitos y propuso un programa de entrevistas a gatos de bodegas que describió como una mezcla entre el programa Cribs y el programa de Steve Irwin. Fue aprobado casi inmediatamente.

El piloto de Shop Cats presentaba a la gata de la bodega local de Rosenthal en Crown Heights, una atigrada gris y blanca, mimosa pero caprichosa, llamada Kiki, que duerme detrás de un estante de bolsas de chips de maíz. En el episodio de minuto y medio de duración, Michelladonna, la llamativa presentadora de Shop Cats, entrevista a la bigotuda encargada de la bodega --que se presenta siseando al micrófono-- y a los locales que cuidan de ella. La entrevista culmina con una prueba de las habilidades de caza de Kiki mediante su capacidad (o deseo, más bien) de perseguir un juguete de plumas. La caza es animada con una banda sonora alocada, al estilo de los Looney Tunes, característica del programa.

Al desarrollar Shop Cats, Rosenthal quería crear un programa "muy neoyorquino", lo que significaba que necesitaba a alguien de Nueva York para presentarlo. Michelladonna, cuyo nombre es Michelle Reiss, con su formación en comedia y su irresistible acento marcado de Queens, encajaba a la perfección. Reiss, de 26 años, presenta el programa con una energía familiar de video jockey de principios de los 2000, a veces haciendo de enlace cultural entre los propietarios migrantes de las bodegas y el público de la Generación Z que los conoce a través de TikTok. "Sé cómo hablar su idioma, de tío a tío", bromeó.

La relación amistosa e instantánea de neoyorquina a neoyorquino que Reiss establece con los dueños de las bodegas se convierte en un festival de mimos cuando se habla de los jefes. "Sus caras cambian cuando hablan de sus gatos", dijo. "Es lo que más me gusta experimentar al hacer este programa". Entre las palabras que los dueños de las tiendas han utilizado para describir a sus gatos están "espectacular", "bonito" y "mi bebé, por supuesto".

Los clientes de las tiendas también se deshacen en halagos hacia su gatito trabajador local.Simcoe, una cortés gata tuxedo de largos bigotes que dirige una cervecería en East Williamsburg, ha inspirado camisetas e incluso tatuajes. "¡Simcoe es la mejor!" atestigua en el episodio Yoko, una asidua de la cervecería que llevaba pendientes caseros con la cara de Simcoe. Reiss también suele llevar un look felino, a menudo con una larga coleta que se agita detrás de ella como una atrevida cola de gato. "Hay que dejarse llevar por esa fiebre gatuna", dijo. También le gusta maquillarse los ojos con un delineado felino.

Desde el debut de Shop Cats el pasado septiembre, el programa ha conseguido más de 740.000 seguidores en TikTok y, justo el mes pasado, se llevó a casa un premio Webby a las redes sociales. A diferencia de muchos sitios de internet, las secciones de comentarios del programa son sistemática y abrumadoramente positivas --una anomalía dada la voluble base de usuarios de TikTok--, y varios comentaristas afirman que Shop Cats es su "tipo preferido de periodismo". Un comentario afirmaba que el uso de subtítulos en español por parte del programa tenía el potencial de "sanar Estados Unidos". El comentario tiene más de 28.000 me gusta.

La decisión de añadir subtítulos en español surgió cuando Reiss envió un episodio inédito a su madre, quien lamentaba no poder compartir Shop Cats con sus amigos hispanohablantes. Tras obtener la aprobación de Mad Realities, Reiss tradujo y transcribió ella misma los primeros episodios. Parecía compatible con el formato del programa, dado que es multilingüe de facto, pues Reiss suele dirigirse a los propietarios de las bodegas en español.

En muchos países de habla hispana, una "bodega" también se conoce como "tiendita".

A muchos de los propietarios de las tiendas les gusta afirmar una afinidad cultural con sus gatos. Por ejemplo, a los cuidadores adoptivos de Rambo, un gato pardo del Bronx, les gusta decir que es yemení por parte de padre y dominicano por parte de madre. Charlie, el "empleado del mes" a rayas de 15 años de Flowers by Giorgie, en Queens, fue alabado por su dueño por ser "el mejor gato ecuatoriano de Nueva York". Y en una reciente tarde soleada de martes en el barrio de Bed-Stuy de Brooklyn, el equipo de Shop Cats tuvo el placer de conocer a Jamal, un pícaro atigrado cuyo nombre significa "belleza" en árabe.

Jamal fue el cuarto intento de entrevista del día para el equipo: algunos de los gatos no están dispuestos a participar, lo que puede suponer un reto para el equipo de tres personas. Sin embargo, a Ali Mohammed, el dueño de Jamal, le encantó la idea de que entrevistaran a su gata, al igual que a los clientes y al personal de su tienda. En un momento del rodaje, ocho personas --entre ellas dos empleados de la tienda, cuatro niños risueños menores de 9 años, su padre y un proveedor de alimentos que había pasado por allí para hacer una entrega rutinaria de botanas, pero que se quedó para el programa-- estaban grabando a Reiss mientras entrevistaba a Jamal y Mohammed.

"O quieren que nos vayamos inmediatamente de su tienda o están tan emocionados que están llamando por FaceTime a sus familias en casa", dijo Reiss. Cabe señalar que durante toda la interacción, incluso mientras lo entrevistaban ante la cámara, Mohammed estaba hablando por video con su hija, quien es veterinaria en Dubai. Cuando la grabación estaba a punto de terminar, el sobrino de Mohammed entró en la tienda y fue directamente hacia Jamal. "Esta es mi novia", dijo muy serio.