¿Qué es el 'tapping'? ¿Puede mejorar la salud mental?

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Parece un poco ridículo.

Un método de autoayuda llamado tapping , que consiste en utilizar las yemas de los dedos para realizar acupresión mientras se contrarrestan las emociones negativas con ejercicios de respiración y afirmaciones positivas, ha provocado que algunos profesionales de la salud mental expresen fastidio.

"Estoy segura en mi coche", dice una mujer en TikTok mientras practica la técnica, usando un dedo para golpear la parte superior de su cabeza, luego el lado de su ceja y la mitad de su barbilla. "Yo soy mi espacio seguro".

En el video, ella explica que conducir sola le cuesta trabajo, pero que el tapping le ha ayudado a rebajar su ansiedad y a reorientar sus pensamientos.

Anécdotas como esta son fáciles de encontrar en las redes sociales. En los últimos 15 años, el tapping también ha aparecido en pódcasts sobre bienestar, programas de televisión e incluso en la lista de libros de superventas.

Como resultado, la práctica, también conocida como Técnica de Liberación Emocional o EFT por su sigla en inglés, ha atraído a devotos seguidores y se ha convertido en un gran negocio. Sin embargo, muchos expertos se muestran escépticos.

¿De dónde viene el tapping?

El tapping, que se engloba dentro de la psicología energética, tiene su origen en una técnica denominada Terapia de Campo del Pensamiento, desarrollada por el psicólogo Roger Callahan en la década de 1980.

La concibió mientras trabajaba con una paciente que padecía una fobia grave al agua, que Callahan intentó tratar de varias formas, incluida la terapia de exposición en una piscina.

Un día, cuando la paciente se quejó de que apenas mirar el agua le producía dolor de estómago, Callahan le dijo que se diera unos golpecitos firmes debajo del ojo, una zona que él sabía que estaba asociada con el "meridiano del estómago" en la medicina tradicional china.

Según Callahan, tras dos minutos de golpecitos, la paciente declaró que su dolor de estómago había desaparecido, junto con su miedo al agua.

A partir de ahí, Callahan desarrolló la Terapia del Campo del Pensamiento, sosteniendo que algunos pacientes necesitaban que se tocaran una serie de puntos de acupresión en un orden específico.

La terapia fue desacreditada por los expertos en psicología, en parte porque no hay forma de medir los meridianos de energía ni evidencias que demuestren su existencia. Pero en la década de 1990, Gary Craig, un graduado de Stanford que más tarde se ordenó ministro, rebautizó la técnica creando una versión simplificada llamada EFT, (sigla en inglés que corresponde a técnicas de liberación emocional).

Sus defensores sugieren que el tapping no sólo alivia el estrés y la ansiedad, sino que también puede mejorar los síntomas de la depresión, el trastorno de estrés postraumático, la adicción y el dolor crónico, entre otros males.

Hoy en día, profesionales de la salud pagan cientos de dólares por seguir cursos de EFT o conseguir una certificación oficial.

¿Funciona?

Si bien hay más de 200 estudios que examinan el tapping de los meridianos, este conjunto de trabajos no es tan sólido como podría parecer. Las investigaciones que pretenden poner de relieve la eficacia de la EFT han estado plagadas de conflictos de intereses, muestras de pequeño tamaño, errores estadísticos y falta de rigor.

Por estas razones, miembros destacados de la Asociación Estadounidense de Psicología han afirmado que el impulso para popularizar la EFT se basa en la pseudociencia.

"Cuando realmente se analizan las pruebas, estas se desmoronan", dijo Cassandra L. Boness, profesora adjunta de psicología en la Universidad de Nuevo México y autora principal de un comentario revisado por pares publicado en 2024 que planteó preocupaciones sobre la calidad de la investigación sobre la EFT y cuestionó la eficacia de la técnica.

Pero eso no quiere decir que la EFT sea inútil, dijeron los expertos. A quienes prueban la técnica se les indica que piensen o realicen actividades que pueden resultarles atemorizantes o incómodas, una forma de terapia de exposición, que es una poderosa forma de regular las emociones. El tapping también implica tomarse un momento para explorar los pensamientos propios, lo que, según los terapeutas, puede ayudar a las personas a comprender su comportamiento.

En esencia, el tapping es "una mezcolanza de intervenciones, algunas de las cuales son, estoy seguro, bastante eficaces", dijo David Tolin, director del Centro de Trastornos de Ansiedad del Instituto de la Vida en Hartford, Connecticut. Pero no hay estudios de calidad que demuestren que el tapping en sí sea el ingrediente activo, añadió.

¿Qué daño hace?

A pesar de las escasas evidencias, algunos pacientes y terapeutas insisten en que el tapping ayuda de verdad.

"No sustituye a las mejores prácticas que existen para tratar el trastorno de estrés postraumático, la depresión, las adicciones u otras afecciones graves", dijo David Feinstein, que ofrece clases y certificaciones en medicina energética, junto con su esposa. Pero, en su opinión, puede hacer que esos tratamientos sean más eficaces.

Melissa Lester, psicoterapeuta en Sandy Springs, Georgia, dice que descubrió que el tapping podía brindar beneficios rápidos, como una mente más tranquila y clara. Decidió certificarse en la técnica porque quería dar a sus clientes una alternativa cuando los métodos ofrecidos por otros terapeutas, como la terapia cognitivo-conductual, no producían los resultados deseados.

Según Boness, ofrecer un tratamiento alternativo puede ser útil para los pacientes, pero se pregunta si es ético hacerlo en ausencia de evidencias científicas rigurosas.

Su "mayor temor", añadió, era que las personas vulnerables recurrieran al tapping y luego descubrieran que este no funciona.

"En realidad no es un tratamiento psicológico", dijo.

Christina Caron es reportera del Times y cubre salud mental.