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El presidente Trump no hizo ninguna declaración sobre el día que conmemora el fin de la esclavitud en Estados Unidos, aparte de decir que había demasiados feriados.
Juneteenth o el Día de la Liberación, fiesta que conmemora el fin de la esclavitud en Estados Unidos, se celebra en la Casa Blanca cada 19 de junio desde que se consagró como ley hace cuatro años. Pero el jueves, el presidente Donald Trump no lo conmemoró, salvo en una publicación en las redes sociales en la que dijo que se desharía de algunos "días festivos no laborables".
"Pronto acabaremos por tener un día festivo por cada día laborable del año", dijo Trump en una sintaxis desordenada, sin mencionar el Juneteenth por su nombre ni reconocer que el jueves era un día festivo federal. "Esto debe cambiar si queremos, ¡HACER A ESTADOS UNIDOS GRANDE DE NUEVO!".
Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, indicó a los periodistas ese mismo día que no tenía conocimiento de ningún plan de Trump para firmar una proclamación de festividad. Solo en la última semana, había emitido proclamaciones conmemorativas del Día del Padre, el Día de la Bandera y la Semana Nacional de la Bandera, y el 250 aniversario de la Batalla de Bunker Hill, ninguno de los cuales figura entre los 11 días festivos federales anuales.
En respuesta a la pregunta de un periodista sobre el Juneteenth, Leavitt reconoció que el jueves era "un día festivo federal", pero señaló que el personal de la Casa Blanca se había presentado a trabajar durante una sesión informativa centrada principalmente en el tema de si Trump ordenaría ataques contra Irán.
Trump, que a menudo ha utilizado los días festivos como ocasión para promover sus causas políticas e insultar a sus críticos y oponentes en las redes sociales, eligió la ocasión del Juneteenth para proponer la idea de reducir el número de días festivos federales, al alegar que cuestan miles de millones de dólares a las empresas. Mientras que la mayoría de los empleados federales tienen esos días festivos libres, las empresas privadas tienen la opción de cerrar o permanecer abiertas.
Juneteenth conmemora el 19 de junio de 1865, día en que un general de la Unión llegó a Galveston, Texas, casi dos años y medio después de que el presidente Lincoln firmara la Proclamación de Emancipación, para informar a los afroestadounidenses esclavizados allí que la Guerra Civil había terminado y que todas las personas esclavizadas habían sido liberadas. Meses después se ratificó la 13.ª Enmienda, que abolió la esclavitud en los últimos cuatro estados fronterizos que no habían sido sometidos a la orden de Lincoln.
Es el feriado federal más reciente, y fue consagrado como ley en 2021 por el Congreso y el entonces presidente Joe Biden, y Trump no puede deshacerlo sin una ley del Congreso.
La falta de algarabía en la Casa Blanca por una festividad que ha sido apreciada por generaciones de estadounidenses negros quizá no fuera una sorpresa. Desde su regreso al cargo, Trump se ha dedicado a purgar el gobierno federal de iniciativas de diversidad, equidad e inclusión y a depurar --o incluso borrar-- las referencias a la historia de las personas negras.
Sin embargo, la decisión de no conmemorar la festividad implicó un brusco cambio con respecto a su último mandato, cuando Trump emitió declaraciones sobre el Juneteenth durante tres años, antes de que fuera una festividad federal.
"Melania y yo enviamos nuestros más cordiales saludos a todos los que celebran Juneteenth, un día histórico que reconoce el fin de la esclavitud", escribió en 2017, al ensalzar el anuncio del general de división Gordon Granger en Galveston de que todos los esclavos eran libres.
En 2018 volvió a invocar a Granger, y elogió "el valor y el sacrificio de los casi 200.000 afroestadounidenses exesclavos y libres que lucharon por la libertad".
Pero el segundo mandato de Trump se ha caracterizado por un esfuerzo generalizado por recortar drásticamente la financiación de las iniciativas en favor de la diversidad, lo que ha provocado reacciones en contra por parte de los estados, las escuelas y el mundo empresarial. Algunas ciudades e instituciones que han experimentado una disminución en sus fondos informaron que sus celebraciones del Juneteenth serían más reducidas este año.
Los críticos de Trump arremetieron con dureza, y aprovecharon la festividad para llamar la atención sobre lo que calificaron como intentos del gobierno de enterrar la historia negra.
El representante Hakeem Jeffries, líder demócrata, acusó a la Casa Blanca y a los aliados de Trump de participar en "un esfuerzo intencionado por hacer retroceder el reloj" y dividir al país al prohibir libros sobre la historia de las personas negras, desmantelar programas de diversidad e inclusión y socavar las protecciones a la ciudadanía de la 14.ª Enmienda.
"Hoy celebramos la libertad por la que los estadounidenses negros lucharon durante tanto tiempo y la rica cultura que surgió de esa gran lucha", dijo en un comunicado Jeffries, el primer líder negro de un partido en cualquiera de las dos cámaras del Congreso. "Esa lucha continúa".
La festividad también se produjo cuando Trump marcó un nuevo punto bajo en su relación con la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP, por su sigla en inglés), la mayor y más antigua organización de derechos civiles de Estados Unidos, que dijo esta semana que no invitaría a Trump a su convención nacional, con lo cual rompe conuna tradición de 116 años de invitar al presidente a su evento principal.
El presidente Biden estableció el Juneteenth como fiesta federal en 2021, después de que se renovara el interés por la historia de este día durante el verano de 2020 y las protestas nacionales que siguieron a los asesinatos policiales de estadounidenses negros, entre ellos George Floyd y Breonna Taylor.
Durante su presidencia, Biden celebró un concierto en el Jardín Sur de la Casa Blanca para conmemorar la festividad y pronunció un discurso. El jueves por la noche, Biden asistió a una celebración del Juneteenth en la Iglesia Metodista Episcopal Africana de Reedy Chapel, en Galveston, y se sentó en la cabecera de la iglesia junto a dirigentes locales. Se le rindió homenaje por convertir en ley la festividad federal y se le elogió por su nombramiento de Ketanji Brown Jackson, la primera mujer negra en formar parte de la Corte Suprema.
Los oradores no nombraron a Trump, pero criticaron las políticas de su gobierno, especialmente en materia de diversidad.
"La historia negra es la historia de Estados Unidos", dijo Biden a la multitud entre vítores, según una retransmisión en directo de sus declaraciones.
Biden también criticó a quienes pensaban que el Juneteenth no debería ser una fiesta federal.
"Algunos les dicen a ustedes y a mí que esto no merece ser una fiesta federal", dijo Biden. "No quieren recordar lo que todos recordamos: la mancha moral, la mancha moral de la esclavitud".
Aishvarya Kavi trabaja en la oficina del Times en Washington, donde ayuda a cubrir una variedad de noticias políticas y nacionales.
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