
Gold Banking and Financial Institutions Coins China
El rápido aumento de la demanda de oro refleja la escasa confianza de los compradores chinos en otras inversiones como las propiedades inmobiliarias y el mercado de valores.
Cuando el precio del oro se disparó, Julie Li pensó que su inversión en el metal precioso era la decisión más inteligente que había tomado nunca. Pero su caso no es el único, en toda China muchas personas atraídas por empresas que prometían grandes beneficios en el futuro han invertido sus ahorros en oro.
Hace aproximadamente un año, Li invirtió unos 35.000 dólares en lingotes de oro a través de Yongkun Gold, una empresa que gestiona una plataforma en línea y decenas de joyerías en el este de China. Las inversiones funcionaron tan bien que utilizó una tarjeta de crédito para invertir 20.000 dólares más.
El mes pasado, Li y otros miles de inversores de Yongkun Gold debían recibir el pago de sus cuentas. En lugar de eso, la empresa interrumpió todos los retiros y cerró sus tiendas. Su sede en la ciudad oriental china de Hangzhou cerró y la empresa dejó de responder las llamadas y los mensajes.
"Esos son todos mis ahorros", dijo Li, de 28 años, que trabaja como agente de atención al cliente en la provincia suroccidental china de Sichuan. "El vendedor no paraba de decirme que los precios del oro seguirían subiendo".
El entusiasmo de inversionistas particulares como Li ha contribuido en gran medida a disparar el precio del oro, que recientemente ha batido una serie de récords. En los tres primeros meses del año, los inversores chinos compraron unas 124 toneladas métricas de lingotes y monedas de oro, un 12 por ciento más que el año anterior y mucho más que los inversionistas de cualquier otro país, según el Consejo Mundial del Oro.
La difícil situación de Li y de muchos otros inversores en oro, cuyo dinero puede perderse, preocupa a las autoridades chinas, sensibles a cualquier posible fuente de malestar social. La policía local ha iniciado una investigación penal sobre la empresa.
Las víctimas de delitos financieros suelen ser vigiladas de cerca en China porque muchas han convocado protestas públicas.
Decenas de inversores, procedentes de varias zonas de China, tenían previsto reunirse y protestar con pancartas frente a la alcaldía de Hangzhou el miércoles. Nada más llegar fueron recibidos por grupos de policías, y al menos un manifestante fue detenido brevemente, según algunas personas que estaban allí. El resto fueron escoltados a otro edificio que acepta peticiones públicas.
Tras regresar a casa, algunos inversores recibieron llamadas telefónicas o visitas de la policía, que les advirtió que no hicieran más denuncias.
El oro suele considerarse una inversión segura en tiempos de agitación económica o geopolítica, y la ralentización de la economía china y la guerra comercial con Estados Unidos podrían estar impulsando parte de la demanda.
El rápido aumento de la demanda de oro también refleja la escasa confianza de los compradores chinos en otras inversiones. El mercado inmobiliario no se ha recuperado de una profunda recesión, que provocó el colapso de fondos de inversión de alto perfil. Los mercados bursátiles continentales han languidecido durante años.
Esto ha convertido al oro en una alternativa atractiva. Los chinos son "compradores muy convencidos" que han "cambiado la dinámica del mercado mundial de lingotes de oro", según afirma Ross Norman, director ejecutivo de Metals Daily, una empresa de información e investigación.
Impulsados por esas convicciones los inversionistas chinos han participado en fondos de oro, lo que ha hecho florecer una industria que pregona lingotes, monedas y granos del tamaño de guijarros.
Yongkun Gold Jewelry fue fundada en 2014 por Wang Guohai, un analista financiero que también vendía oro y ofrecía servicios de inversión en línea. Wang fundó varias empresas de gestión de activos en la década de 2010 y obtuvo títulos honoríficos de instituciones respaldadas por el gobierno.
Los inversionistas se tranquilizaron por la trayectoria relativamente larga de la empresa, su presencia minorista y los indicios de que contaba con la aprobación del gobierno. Una de sus filiales, Yongkun Asset Management, se había asociado con el Banco Industrial y Comercial de China, de propiedad estatal, para vender inversiones respaldadas por oro. El año pasado, Yongkun fue elogiada por la policía por detener a estafadores que compraban lingotes de oro como parte de una operación de blanqueo de dinero.
No fue posible localizar a Wang, el fundador de Yongkun, y las llamadas a su empresa no fueron contestadas.
Li, la inversora de la provincia de Sichuan, dijo que había empezado a invertir en Yongkun, atraída por la constante subida de los precios del oro cuando los bancos chinos ofrecían escasas tasas de interés para los depósitos de ahorros.
Yongkun ofrecía lo que parecía una oportunidad sin riesgo. Los inversores podían encargar lingotes de oro por internet y, al cabo de varias semanas, recibirlos o vendérselos a la empresa. Se embolsarían un beneficio si el precio había subido, y si el precio había bajado, Yongkun garantizaba la recompra del oro al precio de compra original, según Li.
A los clientes que compraban oro por valor de más de 400.000 dólares se les prometía una rentabilidad anual del 9 por ciento.
Los inversionistas recibieron certificados que acreditaban que el oro estaba almacenado en cámaras acorazadas de una sucursal del Banco de China, de propiedad estatal. Sin embargo, al ser contactado por teléfono, un representante de la sucursal bancaria, que solo dio el apellido Wang, dijo que ni Yongkun Gold ni sus empresas afiliadas habían depositado oro allí.
Fu Yindi, estudiante universitaria de la provincia septentrional china de Shandong, dijo que su padre, trabajador de la construcción, había invertido los ahorros de toda su vida, más de 200.000 dólares, después de que un vendedor acudiera a su casa y garantizara que el oro se guardaba en cámaras acorazadas de bancos.
Dijo que otros 700 residentes locales, muchos de ellos jubilados, también habían invertido con Yongkun poco después de que la empresa abriera una tienda en su pueblo, en la mayor región productora de oro del país.
"Creían que el oro podría mantener su valor a largo plazo", dijo Fu. "Pero ahora no pueden recuperar el dinero que ahorraron".
Un antiguo empleado de Yongkun, que pidió no ser identificado, dijo que los trabajadores de la compañía también habían invertido en oro a través de los fondos de la empresa, atraídos en parte por las lucrativas primas.
Li dijo que se encontraba entre los inversores que viajaron a Hangzhou el mes pasado para reunirse con la policía y aportar pruebas. Los inversores de Yongkun también han utilizado las redes sociales para afirmar que la empresa les hizo perder los ahorros de toda una vida. La etiqueta "yongkungold" ha recibido unos 30 millones de visitas en Douyin, la versión china de TikTok.
Varios inversionistas de Yongkun que hablaron en las redes sociales dijeron que habían recibido llamadas de la policía.
Daisuke Wakabayashi es corresponsal de negocios en Asia para el Times, con sede en Seúl, y cubre noticias económicas, empresariales y geopolíticas de la región.
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