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El magnate de la música ha sido acusado de utilizar una bolsa de papel llena de efectivo para comprar el video de seguridad de un hotel en el que se le ve golpeando a Casandra Ventura.
Un agente de seguridad testificó el martes que Sean Combs le pagó 100.000 dólares en una bolsa de papel de estraza por unas imágenes de vigilancia que captaron al magnate golpeando a su novia de muchos años, Casandra Ventura, en un hotel de Los Ángeles en 2016.
El agente de seguridad, Eddy Garcia, testifica en virtud de una orden de inmunidad tras comunicar al gobierno su intención de acogerse al derecho que le otorga la Quinta Enmienda a no autoinculparse.
Garcia declaró que el 5 de marzo de 2016, fecha de la agresión, recibió una llamada de una empleada de Combs, Kristina Khorram, quien le preguntó si había alguna forma de obtener una copia de la grabación. Declaró que le dijo que no y que volvió a negarse cuando ella se presentó en el vestíbulo más tarde ese mismo día.
Esa noche, declaró Garcia, recibió otra llamada de Khorram, quien lo puso en contacto con Combs. El magnate de la música parecía nervioso, dijo Garcia, y explicó que había bebido "demasiado" el día de la agresión. Si el video salía a la luz, "podría arruinarlo".
Garcia declaró que volvió a rechazar a Combs, pero Khorram y el magnate volvieron a llamar, y Combs dijo que "se ocuparía de mí", lo que sugería un posible pago. Garcia llamó más tarde a su supervisor, quien accedió a vender las imágenes por 50.000 dólares.
Cuando Garcia le dijo a Combs que estarían dispuestos a vender las imágenes, el agente dijo: "Estaba entusiasmado, dijo 'Eddy, mi ángel, sabía que podías ayudar. Sabía que podías hacerlo'".
Más tarde, el supervisor de Garcia le dio una memoria USB con las imágenes y, el 7 de marzo, Garcia la llevó a una dirección de Los Ángeles, donde se reunió con Combs, Khorram y un guardaespaldas, dijo el agente.
En la reunión, Garcia entregó a Combs la memoria y le aseguró que era la única copia, declaró, pero también expresó su preocupación por la posibilidad de verse implicado si había un informe policial sobre la agresión. Combs llamó entonces a Ventura por FaceTime, le pasó el teléfono a Garcia y le dijo a Ventura "hazle saber que tú también quieres que esto desaparezca", declaró el guardia.
"Ella dijo que iba a estrenar una película y que no era un buen momento para que esto saliera a la luz y que quería que desapareciera", Garcia dijo que le había asegurado Ventura, conocida como la cantante Cassie.
En esa reunión, dijo Garcia, firmó un documento --que se mostró a los miembros del jurado-- en el que afirmaba que había entregado la única copia existente del video de vigilancia. Declaró que no leyó el documento en su totalidad, y que también firmó un acuerdo de confidencialidad.
Después de firmar los documentos, dijo Garcia, Combs salió de la habitación y volvió con una bolsa de papel de estraza y un contador de dinero, e introdujo en la máquina fajos de 10.000 dólares cada vez. Al final, la máquina mostraba 100.000 dólares, el doble de lo que había pedido su supervisor. Garcia dijo que comprendió que el dinero adicional era para él y para uno de sus compañeros.
"Dijo que no hiciéramos grandes compras", dijo Garcia de Combs. "Lo entendí porque llamaría la atención".
Garcia dijo que 50.000 dólares fueron para su supervisor y 20.000 para un colega. Se quedó con 30.000 dólares, que utilizó para comprar un coche usado.
No está claro cómo las imágenes de la agresión acabaron en CNN, que emitió clips de la misma hace un año.
Combs se enfrenta a cargos de tráfico sexual y conspiración de chantaje, que implican acusaciones de que el magnate contrató a un círculo íntimo de guardaespaldas y empleados de alto rango para ayudarlo a cometer una serie de delitos durante dos décadas.
Al menos dos de esas acusaciones penales --soborno y obstrucción a la justicia-- están relacionadas con las secuelas del ataque en un hotel InterContinental de Los Ángeles.
Combs se ha declarado no culpable de los cargos. Sus abogados han dicho que él y sus empleados estaban involucrados en operaciones comerciales legítimas, no en una conspiración criminal, y que las relaciones sexuales en cuestión en el caso del gobierno fueron totalmente consensuadas.
El martes, los miembros del jurado volvieron a ver las imágenes de Combs, con una toalla alrededor de la cintura, golpeando y dando patadas a Ventura en el vestíbulo de un ascensor del hotel. Durante sus cuatro días en el estrado, Ventura declaró que había intentado escapar de Combs después de que este la golpeara en la cara.
Después de que CNN publicará por primera vez las imágenes, Combs se disculpó en las redes sociales diciendo que "mi comportamiento en ese video es inexcusable". Sus abogados han reconocido que tiene un patrón de violencia, pero han argumentado que no es un chantajista ni un traficante sexual.
Los fiscales han dicho que Combs intentó primero sobornar a otro miembro del personal de seguridad del hotel antes de acercarse a Garcia.
Al comienzo del juicio, otro miembro del personal de seguridad del hotel, Israel Florez, declaró que tras responder a una llamada sobre una mujer en apuros en el sexto piso del hotel, Combs intentó sobornarlo con un "fajo de dinero" a cambio de su silencio; dijo que se negó. El agente Florez, que ahora trabaja para el Departamento de Policía de Los Ángeles, declaró que había visto imágenes de vigilancia de la agresión --e incluso las había grabado en su teléfono--, pero que cuando volvió al trabajo después del incidente, las imágenes habían desaparecido del sistema de la computadora.
Los abogados de Combs no han negado que su cliente pagó a la seguridad del hotel para que las imágenes de la agresión "desaparecieran", pero han argumentado que fue para evitar "mala publicidad" tanto para Combs como para Ventura, no para obstruir ninguna investigación policial sobre la paliza.
"No existía ninguna investigación policial, y punto", dijo Teny Geragos, uno de los abogados de Combs, al comienzo del juicio.
Combs está acusado de cometer tráfico sexual contra Ventura, al obligarla a participar en maratones de sexo con prostitutos, bajo el efecto de drogas, en habitaciones de hotel, conocidos como freak-offs, mientras él observaba y a veces grababa. Ventura declaró que había llegado recientemente a un acuerdo con InterContinental por valor de unos 10 millones de dólares.
El lunes, Sylvia Oken, empleada del Hotel Beverly Hills, testificó brevemente sobre las facturas de hotel en las que había incurrido Combs. Bajo el interrogatorio de los fiscales, señaló cientos de dólares en cargos adicionales de limpieza en sus folios, incluidos 500 dólares atribuidos a "daños por aceite". (Los fiscales han dicho que Combs exigía que se utilizaran copiosas cantidades de aceite de bebé durante los freak-offs).
El juicio vuelve al núcleo de las acusaciones de tráfico sexual en relación con Ventura después de casi tres días de testimonio de una mujer que dijo que, mientras era asistente de Combs, él la reprendió, le arrojó objetos y la agredió sexualmente en múltiples ocasiones.
Anusha Bayya y Ben Sisario colaboraron con reportería.
Julia Jacobs es una reportera de arte y cultura que a menudo cubre temas legales para el Times.
Anusha Bayya y Ben Sisario colaboraron con reportería.
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