Los riesgos del consumo de cannabis aumentan a medida que las personas envejecen

Investigaciones recientes muestran un incremento en hospitalizaciones y problemas médicos en Estados Unidos y Canadá vinculados a mayores de 65 años, quienes buscan alivio para el insomnio y el dolor crónico

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El consumo de cannabis entre
El consumo de cannabis entre adultos mayores de 65 años se ha incrementado significativamente en los últimos años en Estados Unidos y Canadá (REUTERS/Kira Duarte)

Benjamin Han, geriatra y especialista en medicina de las adicciones de la Universidad de California en San Diego, relata a sus alumnos un cuento con moraleja sobre una paciente de 76 años que, como muchas personas mayores, luchaba contra el insomnio.

“Tenía problemas para conciliar el sueño y se despertaba a medianoche“, dijo. “Así que su hija le llevó unas gomitas para dormir”, caramelos de cannabis comestible.

“Probó una gomita después de cenar y esperó media hora”, dijo Han. Al no notar ningún efecto, tomó otra y luego otra más, acabó por consumir un total de cuatro en varias horas.

El doctor Han aconseja a los pacientes que prueben el cannabis que “empiecen poco a poco” y que inicien con productos que contengan solo 1 o 2,5 miligramos de tetrahidrocannabinol, o THC, el ingrediente psicoactivo que contienen muchos productos de cannabis. Sin embargo, cada una de las cuatro gomitas que este paciente tomó contenía 10 miligramos.

La mujer empezó a sentir una intensa ansiedad y a experimentar palpitaciones. Una persona joven podría haberse encogido de hombros ante tales síntomas, pero esta paciente tenía hipertensión y una arritmia cardiaca llamada fibrilación auricular. Asustada, acudió a urgencias.

Las pruebas de laboratorio y un examen cardiológico determinaron que la mujer no estaba sufriendo un infarto, y el personal la envió a casa. Han comentó que su único síntoma persistente era la vergüenza. Pero ¿y si se hubiera mareado o aturdido y se hubiera provocado una lesión debido a una caída? Comentó que ha tenido pacientes que se han lesionado en caídas o mientras conducían después de consumir cannabis. ¿Y si el cannabis hubiera interactuado con los medicamentos que tomaba?

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La percepción de que el cannabis es más seguro que el tabaco ha llevado a un aumento en su consumo entre la población mayor (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Como geriatra, me deja pensando”, dijo Han. “Nuestros cerebros son más sensibles a las sustancias psicoactivas a medida que envejecemos”.

Treinta y nueve estados y Washington D. C. permiten ahora el consumo de cannabis por motivos médicos, y en 24 de esos estados, así como en Washington, el consumo recreativo también es legal. A medida que aumenta el consumo entre los adultos mayores, “seguimos sin tener claridad sobre los beneficios “, afirma Han. “Pero estamos viendo más pruebas de posibles daños”.

Una oleada de investigaciones recientes señala motivos de preocupación para los consumidores de mayor edad, con un aumento de las visitas a urgencias y las hospitalizaciones relacionadas con el cannabis, y un estudio canadiense que encontró una asociación entre esta atención médica aguda y la demencia posterior.

Las personas mayores son más propensas que las jóvenes a probar el cannabis por motivos terapéuticos: para aliviar el dolor crónico, el insomnio o los problemas de salud mental. Pero las pruebas de su eficacia para tratar estas afecciones siguen siendo escasas, según los expertos.

En un análisis de los datos de una encuesta nacional publicado el lunes en la revista médica JAMA, Han y sus colegas informaron de que el consumo “actual” de cannabis (definido como el consumo en los 30 días anteriores) había aumentado entre los adultos mayores de 65 años al 7 por ciento de los encuestados en 2023, comparado con 4,8% en 2021. En 2005, señaló, menos del uno por ciento de los adultos mayores declararon haber consumido cannabis el año anterior.

¿A qué se debe este aumento? Los expertos citan el constante avance de la legalización estatal (el consumo entre las personas mayores es mayor en esos estados), mientras que las encuestas muestran que el riesgo percibido del consumo de cannabis ha disminuido. Una encuesta nacional descubrió que una proporción creciente de adultos estadounidenses, el 44 por ciento en 2021, pensaba erróneamente que era más seguro fumar cannabis a diario que cigarrillos. Los autores del estudio, en JAMA Network Open, señalaron que “estas opiniones no reflejan la ciencia existente sobre el cannabis y el humo del tabaco”.

El consumo de productos con
El consumo de productos con cannabis crece entre personas de edad avanzada, mientras estudios recientes advierten sobre mayores visitas a urgencias y posibles efectos negativos en la memoria y la salud cardiovascular (Annelise Capossela/The New York Times)

La industria del cannabis también comercializa sus productos entre los adultos mayores. La cadena Trulieve ofrece un 10 por ciento de descuento, tanto en las tiendas como en internet, a los “clientes sabios” de 55 años o más. RISE Dispensaries organizó un programa de “educación y capacitación sobre el cannabis” de un año de duración para dos centros de personas de la tercera edad de Paterson, Nueva Jersey, que incluía excursiones a su dispensario.

La industria tiene muchos clientes mayores satisfechos. Pero los estudios realizados en Estados Unidos y Canadá, que legalizaron el cannabis no medicinal a escala nacional en 2018, muestran tasas crecientes de personas mayores que buscan tratamiento médico para problemas relacionados con el cannabis, tanto en entornos ambulatorios como en hospitales.

En California, por ejemplo, las visitas a urgencias relacionadas con el cannabis de los mayores de 65 años aumentaron a unas 395 por cada 100.000 visitas en 2019, frente a las 21 de 2005.

En Ontario, la atención médica aguda (es decir, las visitas a urgencias o los ingresos hospitalarios) derivados del consumo de cannabis se quintuplicaron en los adultos de mediana edad entre 2008 y 2021, y se multiplicaron por más de 26 entre los mayores de 65 años.

“No refleja a todos los que consumen cannabis”, advirtió Daniel Myran, investigador del Instituto Bruyère de Investigación Sanitaria de Ottawa y autor principal del estudio de Ontario. “Está captando a personas con patrones más graves”.

Especialistas advierten sobre los peligros
Especialistas advierten sobre los peligros para la salud mental y física en adultos mayores que recurren al cannabis, mientras la evidencia sobre sus beneficios terapéuticos sigue siendo limitada (Imagen Ilustrativa Infobae)

Pero dado que otros estudios han demostrado un mayor riesgo cardiaco entre algunos consumidores de cannabis con enfermedades cardiacas o diabetes, “hay una serie de señales de advertencia”, dijo.

Por ejemplo, una proporción significativa de veteranos de edad avanzada que consumen cannabis en la actualidad dan positivo en el trastorno por consumo de cannabis, según un estudio reciente de JAMA Open.

Al igual que ocurre con otros trastornos por abuso de sustancias, estos pacientes “pueden tolerar cantidades elevadas”, afirmó la autora principal, Vira Pravosud, investigadora del cannabis en el Instituto de Investigación y Educación del Norte de California. “Siguen consumiendo aunque interfiera con sus obligaciones sociales, laborales o familiares” y pueden experimentar síndrome de abstinencia si dejan de hacerlo. Además, “cada vez hay más pruebas de un posible efecto sobre la memoria y la cognición”, agregó Myran, citando el estudio de su equipo sobre los pacientes de Ontario con afecciones relacionadas con el cannabis que acuden a los servicios de urgencias o son ingresados en hospitales.

Demostró que, en comparación con otras personas de la misma edad y sexo que buscaban atención médica por otros motivos, estos pacientes (de 45 a 105 años) tenían 1,5 veces más riesgo de que se les diagnosticara demencia en un plazo de cinco años, y 3,9 veces más riesgo que la población general.

Incluso después de ajustar por enfermedades crónicas y factores sociodemográficos, los que buscaban atención médica aguda por consumo de cannabis tenían un riesgo de demencia un 23 por ciento mayor que los pacientes con malestares no relacionados con el cannabis, y un riesgo un 72 por ciento mayor que la población general.

Los investigadores señalaron que ninguno de estos estudios eran ensayos clínicos aleatorios; eran observacionales y no podían determinar la causalidad. Algunas investigaciones sobre el cannabis no especifican si los consumidores fuman, vaporizan, ingieren o frotan cannabis tópico sobre las articulaciones doloridas; otros estudios carecen de información demográfica relevante.

“Es muy frustrante que no seamos capaces de proporcionar más orientaciones individuales sobre modos de consumo más seguros y sobre cantidades de uso que parezcan de menor riesgo”, afirmó Myran. “Esto solo pone de manifiesto que la rápida expansión del consumo habitual de cannabis en Norteamérica está superando nuestros conocimientos”.

©The New York Times 2025