
Musk, Elon Space Exploration Technologies Corp Tesla Motors Inc X.ai Inc X (Formerly Twitter) Neuralink Corp Boring Company Artificial Intelligence Mergers, Acquisitions and Divestitures Company Reports Customs (Tariff) Content Type: Personal Profile
El paso de Musk por el gobierno de Estados Unidos ha sido una mezcla de éxitos y fracasos para su imperio empresarial.
Hace poco, Elon Musk cambió su gorra de Dark MAGA y su atuendo gubernamental de "Soporte técnico" por su vieja camiseta de "Ocupa Marte", una referencia a la misión de su empresa de cohetes SpaceX de colonizar el planeta rojo.
Se lanzó a una ofensiva mediática, concediendo entrevistas a medios de comunicación que antes había evitado y diciendo que estaba enfocado en SpaceX y hablando de Tesla, su fabricante de automóviles eléctricos.
Y en redes sociales publicó que volvía a estar "en el trabajo 24/7" y durmiendo en las fábricas y salas de servidores de sus empresas.
Mientras Musk se aleja de Washington y de su Departamento de Eficiencia Gubernamental, el "primer amigo" del presidente Donald Trump está volviendo a su papel de titán empresarial. Pero no es probable que ese cambio resulte fácil después de que Musk pasara meses apoyando la campaña presidencial de Trump y desmantelando partes del gobierno federal, lo que suscitó la preocupación de que se hubiera convertido en un líder ausente en sus diversas empresas, incluidas SpaceX, Tesla, la empresa de inteligencia artificial xAI y la plataforma de redes sociales X.
El paso de Musk por el gobierno ha sido una mezcla de éxitos y fracasos para su imperio empresarial. Tesla es especialmente vulnerable después de que la popularidad de Musk cayera en picado cuando recortó drásticamente los empleos en el gobierno. Los concesionarios de Tesla se convirtieron en blanco de protestas, al tiempo que las ventas y las ganancias caían. Además, el proyecto de ley presupuestaria del Partido Republicano que se está tramitando en el Senado recortaría las subvenciones y las políticas que promueven a los vehículos eléctricos. Las acciones de Tesla han caído alrededor de un 14 por ciento este año, lo que ha supuesto una pérdida de unos 180.000 millones de dólares de su valor de mercado.
Algunas de las empresas de Musk se han beneficiado de su proximidad a la Casa Blanca: en una ocasión, Trump promocionó los coches de Tesla en el jardín de la Casa Blanca y SpaceX consiguió más acuerdos gubernamentales con Starlink, su servicio de internet por satélite. X sigue siendo un poderoso megáfono para los partidarios de Musk y de Trump. Y Trump es un valioso aliado con poder político que supervisa las agencias que regulan los negocios de Musk.
Pero Musk es la cara de sus empresas, y su prolongada estancia en Washington ha generado preocupaciones sobre qué tan comprometido está con sus negocios. Algunos antiguos trabajadores de SpaceX y de otros lugares han cuestionado su ausencia de las empresas. En general, no está claro si las maniobras del multimillonario tecnológico en Washington les generarán ventajas a largo plazo.
"Volver a tener al director ejecutivo en la oficina se convirtió en una misión crítica", dijo Eric Talley, profesor de la Facultad de Derecho de Columbia. "Francamente, no pudo haber sido en mejor momento".
Aún no está claro cuánto tiempo pasará Musk con sus empresas y fuera de Washington. En una rueda de prensa realizada en el Despacho Oval con Trump el viernes, Musk dijo que su salida del gobierno no era "el final de DOGE, sino realmente el principio", y dijo que seguiría visitando y siendo "un amigo y un asesor del presidente".
"Elon realmente no se va", dijo Trump. "Va a estar yendo y viniendo".
Musk no habló sobre cómo pasaría su tiempo ni a cómo afectaría el cambio a sus empresas. No respondió a una solicitud de comentarios enviada por correo electrónico. Tesla y SpaceX tampoco respondieron a las solicitudes de comentarios. X y xAI declinaron hacer comentarios.
En SpaceX, la ausencia de Musk se había sentido en los últimos meses. En mayo, Dylan Small, un antiguo mecánico de la empresa de cohetes, publicó en X que "la moral está baja" y "la gente está sobrepasada".
"Tu presencia solía encender el fuego en el equipo", escribió Small a Musk. "Por favor, vuelve y pisa las instalaciones".
En un mensaje a The New York Times, Small dijo que el trabajo de SpaceX era en gran medida el resultado de que los empleados se sintieran "inspirados", y que Musk desempeñaba "un papel enorme en ello".
Desde el inicio del mandato de Trump, Musk ha publicado casi mil veces en X sobre SpaceX, la mitad de las casi 2000 veces que publicó sobre DOGE, según un recuento de The Times. En ese tiempo, SpaceX ha realizado dos lanzamientos de prueba de Starship, el cohete con el que Musk espera llevar seres humanos a Marte, incluido uno el martes.
La semana pasada, Musk concedió una entrevista a The Washington Post --un medio de comunicación al que normalmente ha rehuido-- e hizo hincapié en que estaba "físicamente aquí" para SpaceX antes del lanzamiento de prueba de la nave Starship desde las instalaciones de cohetes Starbase de la empresa en el sur de Texas.
Aunque el lanzamiento terminó con una explosión, Musk dejó clara su presencia. Volvió a compartir videos de sí mismo en el centro de control de SpaceX, así como entrevistas con periodistas e influentes que hablaban de los viajes espaciales.
En Tesla, el nivel de desvinculación de Musk con la empresa quedó claro en abril. Casi no había visitado las oficinas o fábricas de Tesla desde la toma de posesión de Trump, pero se presentó en una de las oficinas de la empresa en Palo Alto, California, unos días antes de una llamada de ganancias ese mes, según dos personas familiarizadas con sus viajes.
Durante la visita, Musk preguntó sobre el impacto de los aranceles de Trump en Tesla y se le informó sobre los efectos y las vulnerabilidades de la cadena de suministro de la empresa, dijeron dos personas familiarizadas con la reunión. El momento de su pregunta suscitó la preocupación de algunos asistentes, ya que Trump había empezado a aplicar aranceles dos meses antes, en febrero.
Días después de la visita de Musk, Tesla informó que sus ventas de vehículos cayeron un 13 por ciento en el primer trimestre respecto al año anterior, mientras que las ganancias se desplomaron a su nivel más bajo en cuatro años. Los nuevos aranceles sobre las piezas de automóviles importadas se han sumado a las presiones financieras a las que se enfrenta la empresa.
Las actividades políticas de Musk alejaron a los compradores, dijo Matthew LaBrot, quien trabajó en ventas de Tesla en California. Vender un coche se convirtió en "un suplicio diario, cuando antes no era así", dijo LaBrot, quien fue despedido tras crear un sitio web que criticaba a Musk. "Elon tuvo mucho que ver".
En los últimos meses, los ejecutivos de Tesla han dicho que Musk no estaba tan implicado en los detalles cotidianos de las operaciones y que se conectaba a distancia para asistir a reuniones con más frecuencia que antes de su etapa en DOGE, dijeron dos personas con conocimiento de las conversaciones. En ocasiones, un miembro del consejo de Tesla ha intervenido para cubrir las ausencias de Musk, dijo una de ellas.
Tesla, que se enfrenta a la dura competencia de fabricantes chinos de coches eléctricos como BYD, ha intentado diversificarse más en los sectores de la inteligencia artificial y la robótica. Musk ha dicho que la empresa pondrá en marcha este mes en Austin, Texas, un servicio de transporte compartido con vehículos totalmente autónomos. La empresa también se ha propuesto empezar a fabricar un coche más barato, aunque no está claro en qué se diferenciará de los vehículos actuales de Tesla.
Durante su etapa en el gobierno, parece que Musk no perdió de vista el campo de la IA, en rápida evolución. Habló de xAI, su empresa emergente, y publicó cientos de veces en X sobre Grok, el chatbot creado por la compañía. También siguió librando una batalla legal contra Sam Altman, quien dirige OpenAI y es un rival clave en la industria de la IA.
En marzo, Musk vendió X a xAI, fusionando las dos empresas. El mes pasado, la empresa combinada anunció una oferta pública de adquisición, que permite a los empleados retirar parte de sus acciones vendiéndolas de nuevo a la empresa a un precio acordado previamente, según documentos internos vistos por el Times. La oferta de adquisición está prevista provisionalmente para este mes y valora la empresa combinada en unos 113.000 millones de dólares, según los documentos.
El miércoles, Linda Yaccarino, directora ejecutiva de X, realizó una reunión de empleados para motivarlos en torno a la idea de que la fusión con xAI había dado lugar a los mejores equipos y tecnología, dijeron dos personas familiarizadas con la conversación. Ese día, publicó en X para celebrar una asociación para integrar Grok en el servicio de mensajería Telegram.
Pavel Durov, fundador de Telegram, también publicó sobre el acuerdo. "Elon Musk y yo hemos acordado una colaboración de un año para llevar Grok, el chatbot de xAI, a nuestros más de mil millones de usuarios e integrarlo en todas las aplicaciones de Telegram", escribió.
Unas horas después, Musk dejó claro que él seguía siendo el jefe. "No se ha firmado ningún acuerdo", publicó en X.
Jack Ewing colaboró con la reportería.
Ryan Mac cubre la responsabilidad de las empresas del sector tecnológico mundial.
Kate Conger es reportera de tecnología en San Francisco. Se le puede contactar en kate.conger@nytimes.com.
Rebecca F. Elliott cubre los temas de energía para el Times, con un enfoque en cómo la industria está cambiando para frenar las emisiones relacionadas con el calentamiento climático.
Jack Ewing colaboró con la reportería.
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