Musk, desilusionado y distanciado de Trump, se aleja de Washington

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Elon Musk criticó duramente la emblemática legislación de política interior del presidente Donald Trump, afirmando que aumentaría el déficit nacional. Se quejó ante funcionarios del gobierno de un lucrativo acuerdo que se adjudicó a una empresa rival para construir un centro de datos de inteligencia artificial en Medio Oriente. Y aún no ha cumplido una promesa de donar 100 millones de dólares a la operación política de Trump.

Musk, quien en su día se autodenominó el "primer amigo" del presidente, ahora opera a cierta distancia de Trump, y dice que dejará su trabajo en el gobierno para dedicar más tiempo a sus empresas. Musk sigue manteniendo buenas relaciones con Trump, según funcionarios de la Casa Blanca. Pero también ha dejado claro que está desilusionado con Washington y frustrado por los obstáculos que encontró al trastocar la burocracia federal, lo que plantea dudas sobre la solidez de la alianza entre el presidente y el hombre más rico del mundo.

Musk fue el mayor inversionista político en las elecciones de 2024, y este año comunicó a los asesores de Trump que donaría 100 millones de dólares a grupos controlados por el equipo del presidente antes de las elecciones legislativas de 2026. Hasta esta semana, el dinero aún no ha llegado, según varias personas familiarizadas con el asunto, que hablaron bajo condición de anonimato para describir la dinámica entre bastidores.

Musk no respondió a la solicitud de comentarios. El miércoles por la noche, en una publicación en X, su plataforma de redes sociales, por primera vez confirmó oficialmente que su etapa como empleado del gobierno llegaba a su fin y agradeció a Trump "la oportunidad de reducir el gasto superfluo".

"La misión del @DOGE se fortalecerá con el tiempo a medida que se convierta en una forma de vida en todo el gobierno", añadió, refiriéndose a su equipo del Departamento de Eficiencia Gubernamental.

La huella del multimillonario aún se siente con firmeza en el Washington oficial a través de ese esfuerzo, una iniciativa para recortar drásticamente el gasto, la cual ha desplegado personal por todo el gobierno. Pero Musk ha dicho en los últimos días que pasó demasiado tiempo enfocado en la política, y ha lamentado el daño reputacional que él y sus empresas han sufrido a causa de su trabajo en el gobierno de Trump.

"Creo que probablemente dediqué demasiado tiempo a la política", dijo Musk en una entrevista concedida esta semana a Ars Technica, un medio de noticias sobre tecnología.

Y añadió: "Se trató simplemente de una asignación de tiempo relativa que probablemente fue demasiado alta en la parte del gobierno, y la he reducido significativamente en las últimas semanas".

También arremetió contra los aliados de Trump en el Congreso, al declarar a CBS News que estaba "decepcionado" por el proyecto de ley de política interior que el presidente defendió y la Cámara aprobó la semana pasada.

"Me decepcionó ver el proyecto de ley de gasto masivo, francamente, que aumenta el déficit presupuestario, no solo lo disminuye, y socava el trabajo que hace el equipo del DOGE", dijo.

Cuando los periodistas le preguntaron el miércoles sobre las críticas de Musk, Trump no quiso responder directamente. Defendió el proyecto de ley, aunque reconoció que había aspectos que no le gustaban, y alabó los esfuerzos de los republicanos por sacarlo adelante. No pronunció ni una sola vez el nombre de Musk.

Sin embargo, Stephen Miller, jefe adjunto de gabinete de política de la Casa Blanca, replicó a Musk en las redes sociales sin mencionar su nombre. Miller afirmó que el proyecto de ley reduciría el déficit --a pesar de que múltiples análisis independientes afirman lo contrario-- y señaló que los recortes efectuados por el equipo de Musk no estaban relacionados con el proyecto de ley de gastos.

Antes del viaje de Trump a Medio Oriente este mes, Musk se opuso a un acuerdo en marcha entre una empresa rival de IA y los Emiratos Árabes Unidos para construir un enorme centro de datos en Abu Dabi, según un funcionario de la Casa Blanca.

Musk se quejó con David Sacks, asesor del presidente en materia de IA, y otros funcionarios de la Casa Blanca sobre el proyecto de Abu Dabi que involucra a OpenAI, una organización que fundó con Sam Altman, con quien se ha enemistado desde entonces, según el funcionario. También expresó su preocupación por la equidad en general para otras empresas de IA, e intentó que su propia empresa, xAI, se incluyera en el acuerdo, aunque finalmente no fue así. El Wall Street Journal informó por primera vez de la oposición de Musk.

El acuerdo con OpenAI siguió a un plan establecido entre el gobierno de Trump y los Emiratos Árabes Unidos para construir un campus de IA en Abu Dabi.

Musk acompañó al presidente en su viaje por Medio Oriente, pero Trump apenas mencionó su nombre públicamente. Y los funcionarios extranjeros del Golfo parecían más interesados en buscar al enviado especial de Trump a la región, Steve Witkoff, que en Musk.

El 14 de mayo, mientras una multitud de partidarios adinerados de Trump se arremolinaba en el Palacio Lusail de Catar antes de una cena con el emir, Musk esperaba junto con todos los demás en la fila de recepción para estrechar la mano de Trump.

El papel secundario del multimillonario supone un cambio drástico respecto a su predominio al principio de la nueva gestión.

En febrero, Musk saltó al escenario en la Conferencia de Acción Política Conservadora con una motosierra y comentó "lo fácil" que era "ahorrar miles de millones de dólares a veces en, en una hora".

"Sí, es una locura", dijo.

El equipo DOGE de Musk ha inflado repetidamente sus esfuerzos de ahorro de costos, al publicar a veces afirmaciones erróneas sobre la finalización de contratos federales que luego han borrado.

Esta semana, Musk declaró a The Washington Post que era una "batalla cuesta arriba intentar mejorar las cosas en Washington".

Los recortes que quería implementar eran mucho más difíciles de lo que esperaba y su falta de interés por aprender más sobre la burocracia que consideraba tóxica obstaculizó sus esfuerzos, sobre todo en el Capitolio, según personas familiarizadas con su trabajo, que hablaron bajo condición de anonimato para describir las discusiones internas.

Durante los primeros 90 días del gobierno, algunos asesores de la Casa Blanca sintieron que el gobierno era esencialmente presa de Musk y de su voluntad de utilizar X para atacar a la gente que le desagradaba. Musk tenía una línea directa con Trump y fomentó medidas a las que se oponían algunos funcionarios del gabinete, como obligar a los empleados federales a enviar un correo electrónico semanal con sus cinco logros principales o arriesgarse al despido. (Este requisito se suprimió esta semana para los empleados civiles del Departamento de Defensa).

Musk mantuvo a Trump fascinado, hasta que algunos titulares sobre el trabajo del DOGE --y las quejas de legisladores y funcionarios del gabinete-- se volvieron difíciles de ignorar. La ruptura para el presidente, según personas al tanto de su manera de pensar, se produjo cuando se enteró por un reportaje del New York Times de que Musk estaba a punto de recibir una delicada sesión informativa sobre China en el Pentágono. Trump, quien había evitado repetidamente las preguntas sobre los posibles conflictos de intereses de Musk, se mostró descontento, dijeron esas personas.

La propia desilusión de Musk con la política nacional se remonta a dos acontecimientos recientes, según personas cercanas a él: sus frustraciones con el régimen arancelario del presidente y los aproximadamente 25 millones de dólares que gastó apoyando a un candidato que acabó perdiendo una candidatura judicial en Wisconsin.

En cuanto a sus esfuerzos por trastocar la burocracia, Musk insistió el mes pasado en que es posible alcanzar su objetivo de recortar 1 billón de dólares del gasto federal, "pero hay un largo camino por recorrer y, ya saben, es realmente difícil".

"Se trata más o menos de ¿cuánto dolor, saben, están dispuestos a soportar el gabinete y el Congreso?", dijo a los periodistas en la Casa Blanca. "Porque puede hacerse, pero requiere hacer frente a muchas quejas".

Dijo que quedaba por ver si había "suficiente voluntad política en el Congreso y en otras partes para hacerlo realmente".

Aun así, varios de los ayudantes más destacados de Musk parecen estar bien instalados en sus nuevas funciones gubernamentales. Steve Davis, un ejecutivo leal que ha trabajado para Musk en muchas de sus empresas, incluida X, sigue siendo una presencia habitual en la Administración General de Servicios, según dos personas que han interactuado con él recientemente. Antonio Gracias, el inversor multimillonario, ha pasado de dirigir el equipo del DOGE en la Administración del Seguro Social a desempeñar un papel en la búsqueda en las bases de datos federales para tratar de identificar casos de ciudadanos extranjeros que votan ilegalmente, según personas familiarizadas con esta labor.

El mes pasado, Musk dijo a los inversores y analistas de Tesla que reduciría su tiempo dedicado a asuntos gubernamentales a "uno o dos días a la semana" y, desde entonces ha hecho un esfuerzo concertado por demostrar que está de nuevo comprometido en sus empresas.

"Vuelvo a pasar las 24 horas del día en el trabajo", publicó en X Musk, el director ejecutivo de Tesla y SpaceX, el sábado. "Debo estar supercentrado en X/xAI y Tesla".

El martes, SpaceX realizó un vuelo de prueba de Starship, el cohete que Musk espera que algún día lleve seres humanos a Marte. El vehículo despegó con éxito, pero tuvo una fuga a mitad de camino y finalmente explotó. En X, Musk calificó el lanzamiento de "gran mejora", pero aplazó una charla que tenía previsto dar sobre "el plan de SpaceX para hacer la vida multiplanetaria".

No obstante, dejó claro que asistió al lanzamiento y estaba enfocado en SpaceX. Compartió entrevistas con influentes y medios de comunicación, además de un video en el que aparecía sentado en un centro de control con una camiseta que decía "Ocupa Marte".

Kate Conger, Nicholas Nehamas y John Ismay colaboraron con reportería.

Tyler Pager es corresponsal del Times en la Casa Blanca y reporta sobre el presidente Donald Trump y su gobierno.

Maggie Haberman es corresponsal en la Casa Blanca para el Times y reporta sobre el presidente Trump.

Theodore Schleifer es reportero del Times y cubre a los multimillonarios y su influencia en el mundo.

Jonathan Swan es un reportero en la Casa Blanca que cubre el gobierno de Donald Trump. Contáctalo de forma segura en Signal: @jonathan.941

Ryan Mac cubre la responsabilidad de las empresas del sector tecnológico mundial.

Kate Conger, Nicholas Nehamas y John Ismay colaboraron con reportería.