Trump retoma su guerra comercial y amenaza a Europa y a Apple

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El presidente de EE. UU. amenazó en las redes sociales tanto a Apple como a la Unión Europea con aumentar los aranceles, y afirmó que las conversaciones comerciales con los europeos se habían estancado.

El viernes por la mañana, el presidente Donald Trump amenazó con restablecer sus guerras comerciales globales, y añadió una nueva dosis de caos a unas relaciones comerciales que se habían calmado un poco en las últimas semanas.

El presidente estadounidense había centrado su atención en un viaje a Medio Oriente y en un proyecto de ley fiscal en el Capitolio. Pero el viernes, Trump volvió a los aranceles: dijo que aplicaría un fuerte impuesto a las exportaciones europeas dentro de un poco más de una semana y advirtió a Apple de que sus iPhones, que se fabrican fuera de Estados Unidos, se enfrentarían a un arancel del 25 por ciento.

Las amenazas provocaron el desplome de las acciones y reavivaron los riesgos para la economía mundial, al igual que lo han hecho en los últimos meses otros anuncios similares del presidente. De promulgarse, los economistas dijeron que los aranceles supondrían costos significativos para Apple, una de las empresas más valiosas del mundo, y romperían el comercio de Estados Unidos con la Unión Europea, la mayor relación comercial del mundo según algunas medidas.

El viernes por la mañana, el presidente escribió en Truth Social que las conversaciones con la Unión Europea "no van a ninguna parte" y que recomienda un arancel del 50 por ciento sobre las importaciones europeas a partir del 1 de junio.

"La Unión Europea, que se formó con el propósito principal de aprovecharse de Estados Unidos en el COMERCIO, ha sido muy difícil para negociar", escribió Trump. Afirmó que las barreras comerciales, los impuestos, las sanciones a las empresas y otras políticas del bloque habían contribuido a un desequilibrio comercial con Estados Unidos "totalmente inaceptable".

En una publicación anterior en las redes sociales, el presidente también atacó a Tim Cook, director ejecutivo de Apple, quien visitó a Trump en la Casa Blanca la semana pasada. El presidente escribió que los iPhones vendidos en Estados Unidos deberían "fabricarse y construirse en Estados Unidos, no en India ni en ningún otro lugar".

El viernes por la tarde, Trump dijo a los periodistas en el Despacho Oval que el arancel del 25 por ciento sobre los iPhones podría limitarse no solo a Apple, sino también a Samsung o a cualquier otra empresa de celulares que fabrique su producto fuera de Estados Unidos. Dijo que, de lo contrario, no sería justo. Añadió que los aranceles empezarían "supongo que a finales de junio".

El presidente también negó que estuviera buscando un acuerdo con Europa. Cuando se le preguntó si Europa podía hacer algo para evitar los aranceles, respondió: "No lo sé, vamos a ver qué pasa".

"Nos han tratado muy mal a lo largo de los años", añadió.

El presidente continuó diciendo: "Acabo de decirlo, es hora de que juguemos de la forma en que yo sé jugar".

Los mercados estadounidenses abrieron con fuertes descensos, y el índice S&P 500 cayó más de un 1 por ciento al iniciarse las operaciones, antes de terminar el día con una caída de menos del 1 por ciento. Las acciones de Apple cayeron alrededor de un 3 por ciento. En Europa, las acciones de los fabricantes de automóviles fueron las más afectadas. Las acciones de Stellantis y Mercedes-Benz cayeron alrededor de un 4,5 por ciento, y las de Volkswagen y Porsche bajaron más de un 3 por ciento.

Las estimaciones del Instituto Kiel para la Economía Mundial, un instituto alemán de investigación económica, mostraron que los aranceles provocarían una caída del 20 por ciento en las exportaciones de la Unión Europea a Estados Unidos a corto plazo, así como un aumento de más del 6 por ciento en los precios en Estados Unidos.

Austan Goolsbee, presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, advirtió el viernes en la CNBC que los impuestos a la importación propuestos planteaban el riesgo de precios más altos y menor crecimiento, y los calificó de "realmente aterradores para la cadena de suministro".

Goolsbee añadió que la incertidumbre había dificultado que las empresas siguieran invirtiendo. Citando a un director ejecutivo de una empresa de construcción con el que la Reserva Federal habló recientemente, dijo: "Ahora estamos en un momento tipo 'dejen de escribir'".

"Si cada semana, cada mes o cada día va a haber un nuevo anuncio importante, simplemente no podrán tomar medidas hasta que se resuelvan algunas de esas cosas", dijo.

Trump anunció una y otra vez aranceles en sus primeros 100 días, solo para suspender algunos de los gravámenes el mes pasado e intentar negociar acuerdos comerciales con otros gobiernos. Su enfoque ha propiciado la volatilidad en los mercados financieros mundiales y ha causado incertidumbre entre las empresas que dependen del comercio.

El gobierno de Trump ha mantenido conversaciones comerciales con más de una decena de gobiernos, incluida la Unión Europea, para intentar alcanzar algún tipo de acuerdo comercial antes de que muchos aranceles vuelvan a entrar en vigor a principios de julio. Pero algunos funcionarios extranjeros afirman que el gobierno de Trump no ha dejado claras sus exigencias y que dudan en hacer grandes concesiones cuando Trump podría volver a imponerles aranceles en cualquier momento.

En declaraciones a Fox News el viernes, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que las ofertas comerciales de Europa "no habían sido de la misma calidad" que las que Estados Unidos había recibido de otros países y que esperaba que las amenazas del presidente "encendieran un fuego bajo la UE".

Se esperaba que el viernes el comisario de Comercio de la Unión Europea, Maros Sefcovic, mantuviera una llamada con Jamieson Greer, representante comercial de Estados Unidos. Los funcionarios europeos declinaron hacer comentarios sobre las publicaciones de Trump en las redes sociales hasta después de esa llamada, según un portavoz de la Comisión Europea.

Funcionarios de la Unión Europea de 27 países llevan semanas negociando con sus homólogos estadounidenses, con la esperanza de reducir un arancel del 10 por ciento que Trump ha aplicado a países de todo el mundo y de reducir o evitar los aranceles sectoriales que ha impuesto o propuesto sobre productos como automóviles y productos farmacéuticos, que podrían ser especialmente dolorosos para el bloque.

Para aplacar a Trump, la Unión Europea ha ofrecido reducir a cero los aranceles sobre los productos industriales, si Estados Unidos hace lo mismo, y aumentar las compras de energía estadounidense. Bessent, que se reunió esta semana en Canadá con altos funcionarios de finanzas de las economías más ricas del mundo, también afirmó el viernes en Fox News que los países miembros que componen la Unión Europea "ni siquiera saben lo que la UE está negociando en su nombre".

Cuando los negociadores de la UE visitaron Washington hace unas semanas, llevaron consigo una hoja de condiciones: un breve resumen de lo que los funcionarios están dispuestos a ofrecer y a hablar en un intento de asegurar un acuerdo. La Unión Europea había compartido su hoja de condiciones con representantes de los Estados miembros europeos antes del viaje, dijeron los diplomáticos.

Sabine Weyand, una negociadora de alto nivel, y otros funcionarios comerciales europeos han visitado recientemente Washington para negociar con sus homólogos estadounidenses. Pero esas reuniones han producido pocos avances y poco sentido de la dirección, según funcionarios y diplomáticos de la Unión Europea que hablaron bajo condición de anonimato para discutir las deliberaciones en curso.

Los funcionarios europeos se preocupan a menudo por no tener una idea clara de lo que quieren sus homólogos estadounidenses, o de quién tiene poder de decisión dentro del gobierno de Trump, aparte del presidente.

En medio de la lentitud de los avances, la Unión Europea ha seguido preparando contramedidas que contraatacarían con aranceles más elevados sobre una serie de productos estadounidenses, como maquinaria, ropa, soja y, potencialmente, bourbon. El objetivo ha sido incitar a Estados Unidos a negociar, pero la estrategia le ha granjeado al bloque pocos admiradores en Washington.

Howard Lutnick, secretario de Comercio y uno de los principales contactos del bloque en Washington, describió a la Unión Europea como uno de los gobiernos con los que ha sido difícil negociar.

"Hay países que son imposibles, como la Unión Europea", dijo Lutnick el jueves en un evento organizado por Axios. "Es muy difícil".

En otra entrevista el jueves por la noche en NewsNation, Lutnick elogió la estrategia de negociación de Trump: "El mundo funciona como Donald Trump cree que va a funcionar. Y quien apueste contra Donald Trump va a sentir el dolor de equivocarse".

"Mira, el presidente conoce el arte de negociar", dijo Lutnick, y añadió: "Ya no nos van a timar más".

El enfoque agresivo de Trump podría tener otros efectos económicos, a medida que los líderes extranjeros intentan diversificar sus lazos comerciales más allá de Estados Unidos. Horas antes de que Trump amenazara con aumentar drásticamente los aranceles sobre Europa, Xi Jinping, el presidente de China, mantuvo una llamada telefónica con Friedrich Merz, el canciller de Alemania, continuando así los recientes esfuerzos de Pekín para persuadir a los gobiernos europeos y alejarlos de Washington.

Xi ofreció China como socio económico fiable a Alemania y a la Unión Europea, y dijo que ambas partes debían seguir ampliando la cooperación en ámbitos como la automoción, la maquinaria y los productos químicos, así como la tecnología avanzada.

Las amenazas de Trump a primera hora de la mañana del viernes también estuvieron dirigidas a una de las empresas más valiosas de Estados Unidos, que ha visto oscilar el precio de sus acciones con los planes comerciales del presidente. En cuatro días a principios de abril, después de que Trump anunciara aranceles de hasta el 145 por ciento sobre los productos fabricados en China, Apple perdió 770.000 millones de dólares de valor de mercado. Pero en el mes siguiente, su valor repuntó hasta superar los 3 billones de dólares.

Apple ha prometido gastar más de 500.000 millones de dólares en Estados Unidos en los próximos cuatro años. Gran parte de ese dinero ya estaba previsto gastarlo en el país, pero Apple ha dicho que comprará 19 mil millones de chips de inteligencia artificial fabricados en Estados Unidos y que empezará a fabricar servidores de inteligencia artificial en Houston.

Sin embargo, la compañía no dijo nada sobre la producción de iPhones, iPads o Macs en Estados Unidos, que se ha convertido en un punto delicado con Trump. Algunos analistas han estimado que trasladar la fabricación a Estados Unidos podría duplicar con creces el precio al consumidor de un iPhone.

Trump dijo el viernes que Apple había estado construyendo fábricas en India, y que le había dicho a Cook que la empresa debía esperar enfrentarse a aranceles al vender en Estados Unidos. "Tenía un acuerdo con Tim de que no lo haría", dijo el presidente.

En China, Apple y sus proveedores de componentes se agrupan en torno a plantas de montaje más largas que campos de fútbol. Miles de ingenieros y otros empleados que trabajan para Foxconn, uno de los principales proveedores, y otras empresas viven cerca, a menudo en dormitorios. Se trata de una infraestructura logística interconectada que se ha ido construyendo a lo largo de los años y que sería increíblemente difícil, si no imposible, reproducir en Estados Unidos.

Apple ha dicho que personas de más de 50 países y regiones contribuyen a fabricar sus productos. Los AirPods y los Apple Watch se ensamblan en Vietnam. Algunos iMac se fabrican en Irlanda. Los componentes se fabrican en China.

Hace unos años, Apple ensamblaba casi todos los iPhone en China, pero ha ido trasladando gradualmente la producción fuera del país a medida que aumentan las tensiones comerciales y los costos. A finales de este año, se calcula que el 25 por ciento o más de los iPhone se fabricarán en India.

Tony Romm, Maggie Haberman, Tripp Mickle, Alan Rappeport, Patricia Cohen, Eshe Nelson y Colby Smith colaboraron con reportería.

Ana Swanson cubre comercio y economía internacional para el Times desde la corresponsalía en Washington. Ha sido periodista por más de una década.

Jeanna Smialek es la jefa de la corresponsalía en Bruselas para el Times.

Adam Satariano es corresponsal de tecnología para el Times, y radica en Londres.

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