EE. UU. acepta formalmente un avión de Catar para Trump

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Se ha pedido a la Fuerza Aérea estadounidense que encuentre la forma de modernizarlo pronto para que el presidente pueda usar la lujosa aeronave como nuevo Air Force One.

Estados Unidos ha aceptado un avión de pasajeros 747 como regalo del gobierno de Catar, y se ha pedido a la Fuerza Aérea que busque la manera de modernizarlo rápidamente a fin de que pueda ser utilizado como el nuevo Air Force One del presidente Donald Trump, según confirmó el miércoles un portavoz del Departamento de Defensa.

"El secretario de Defensa ha aceptado un Boeing 747 de Catar de acuerdo con todas las normas y reglamentos federales", dijo en un comunicado el portavoz jefe del Pentágono, Sean Parnell. "El Departamento de Defensa trabajará para garantizar que se tengan en cuenta las medidas de seguridad adecuadas y los requisitos funcionales de misión para un avión utilizado como transporte del presidente de Estados Unidos".

El avión, que los ejecutivos de la industria calculan que vale unos 200 millones de dólares, requerirá un trabajo exhaustivo antes de que pueda considerarse lo bastante seguro como para transportar a Trump, según han reconocido funcionarios del Pentágono en los últimos días.

"Cualquier avión civil requerirá modificaciones significativas para hacerlo", dijo el martes Troy Meink, secretario de la Fuerza Aérea, durante una comparecencia ante el Senado. "Siguiendo las instrucciones del secretario, estamos preparados y estamos estudiando ahora mismo lo que va a hacer falta para ese avión en concreto".

Trump también confirmó el regalo el miércoles.

"Le están dando un jet a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, y es una cosa fantástica", dijo en la Casa Blanca.

El plan ha suscitado preocupación entre los miembros del Congreso, a quienes preocupa que Trump presione a la Fuerza Aérea para hacer el trabajo tan rápido que no se incorporen al avión suficientes medidas de seguridad. Por ejemplo, sistemas de defensa antimisiles o incluso sistemas para proteger al avión de los efectos electromagnéticos de una explosión nuclear.

"Si el presidente Trump insiste en convertir este avión en un Air Force One reforzado antes de 2029, me preocupan las presiones a las que puedas estar sometido para recortar gastos en seguridad operativa", dijo la senadora Tammy Duckworth, demócrata por Illinois, mientras Meink testificaba.

El Pentágono no ha brindado una estimación de cuándo podría estar terminado el trabajo en el avión catarí, aunque Trump y la Casa Blanca han dejado claro que el presidente lo quiere pronto, quizá incluso para finales de año.

"Nos vamos a asegurar de hacer lo necesario para garantizar la seguridad del avión", dijo Meink en la audiencia en el Senado. "Seré muy claro y lo discutiré desde con el secretario hasta con el presidente si es necesario, si creemos que hay alguna amenaza que no podamos atender".

El regalo también ha suscitado preguntas tanto de demócratas como de republicanos en el Congreso, a quienes preocupa que Catar pueda estar intentando influir indebidamente en Trump, o que el propio avión pueda tener dispositivos de escucha.

El primer ministro de Catar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al Thani, dijo públicamente el lunes, por primera vez, que su gobierno había aprobado la entrega del avión como regalo, y rechazó la idea de que fuera un intento de influir en el presidente.

"No sé por qué la gente piensa", dijo, antes de continuar: "que esto se considera un soborno o se considera como algo que Catar quiere comprar e influir en este gobierno. No veo, sinceramente, ninguna razón válida para ello".

Y añadió: "Somos un país al que le gustaría tener una asociación sólida y una amistad sólida, y todo lo que proporcionamos a cualquier país, se proporciona por respeto a esta asociación y es una relación bilateral. Es mutuamente beneficioso para Catar y para Estados Unidos".

El nuevo avión será el tercero que se adapte para su uso como Air Force One, en reemplazo de dos aviones que llevan 35 años en operación y han tenido problemas de mantenimiento.

Pero mantener el personal y el equipo de tres aviones es extraordinariamente caro, unos 135 millones de dólares al año por cada avión, según el Pentágono. Y podría costar 1000 millones de dólares o más adaptar el avión catarí a fin de dejarlo listo para su uso como Air Force One, un proceso que, según dijeron antiguos funcionarios de la Fuerza Aérea, podría llevar más tiempo que terminar el trabajo que Boeing ya está haciendo para entregar los dos primeros aviones.

La entrega del primero de los aviones Boeing está prevista para 2027, según dijeron recientemente funcionarios de la Fuerza Aérea.

Sigue sin estar claro de dónde saldrá el dinero para reequipar el avión catarí o para mantenerlo y operarlo, una vez terminado. Normalmente, el Congreso revisa y aprueba el gasto de cualquier nuevo programa importante del Pentágono. Pero Trump ya ha mostrado su disposición a gastar los dólares federales según la voluntad de su gobierno, a menudo sin consultar al Congreso.

El líder de la mayoría del Senado, John Thune, republicano por Dakota del Sur, dijo este mes que el Congreso formularía preguntas sobre cualquier posible uso del avión catarí como Air Force One.

"Si y en el momento en que deje de ser una hipótesis, puedo asegurarles que se examinará a fondo cualquier posible acuerdo", dijo Thune.

El senador por Nueva York Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata, también anunció el miércoles su intención de impulsar la aprobación de un proyecto de ley que impida a Estados Unidos aceptar el regalo. El Senado, dijo en un comunicado, tenía que "dar prioridad a nuestra seguridad nacional, proteger a los estadounidenses y garantizar que un avión de propiedad extranjera nunca reciba el indicativo 'Air Force One'".

El avión catarí realizó su primer vuelo en 2012, y luego fue renovado con un interior de lujo para los miembros de la familia real de Catar. Pero el gobierno lleva unos cinco años intentando vender el avión.

Un agente de una aerolínea declaró a The New York Times que le costó mucho encontrar un comprador, ya que los aviones 747, que ya no se fabrican, son caros de operar. Incluso los jefes de Estado utilizan cada vez más aviones bimotores, a diferencia del 747, que tiene cuatro motores, dijo el agente.

Marc J. Foulkrod, director ejecutivo de Avjet Global Sales, que intentó ayudar a Catar a vender el avión, dijo que sería mejor que Estados Unidos colaborara con Boeing para acelerar su trabajo en el contrato de 3900 millones de dólares para entregar los dos aviones 747 en los que ya ha estado trabajando durante los últimos cinco años.

"He realizado terminaciones de grandes aviones y siempre hay formas de acelerar el programa", dijo Foulkrod en una entrevista. "Ese es un mejor retorno en dólares que intentar conseguir un avión de otro".

El avión catarí, según muestran los registros de vuelo, ha estado en San Antonio desde principios del mes pasado en unas instalaciones de mantenimiento de aviones. Funcionarios del gobierno de Trump han dicho que están considerando la posibilidad de recurrir a L3Harris, un contratista militar, para que se encargue de la modernización, pero no se ha hecho público ningún contrato formal, al menos hasta ahora.

En un comunicado emitido el miércoles, la Fuerza Aérea dijo que está preparando "la adjudicación de un contrato para modificar un avión Boeing 747 para transporte aéreo ejecutivo. Los detalles relacionados con el contrato son clasificados".

El Congreso tampoco ha votado aún formalmente la aceptación del avión como regalo de Catar. La Constitución exige que el Congreso dé su visto bueno a cualquier regalo importante que se haga al presidente. Trump ha dicho que el regalo es para el gobierno de Estados Unidos, no para él como presidente.

Los comentarios de Trump sobre el avión se produjeron el miércoles durante una reunión con el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa.

"Lamento no tener un avión para darle", dijo Ramaphosa a Trump.

Eric Lipton es un periodista de investigación que profundiza en una amplia gama de temas, desde el gasto del Pentágono hasta los productos químicos tóxicos.

Eric Schmitt es corresponsal de seguridad nacional para el Times y se centra en asuntos militares estadounidenses y antiterrorismo en el extranjero, temas sobre los que ha informado durante más de tres décadas.