En Chiclayo, Perú, la gente aclama al 'papa peruano'

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Desde llevar ayuda a las regiones devastadas por las inundaciones hasta cantar canciones navideñas y bendecir a los bebés, el papa León XIV intentó ser un clérigo del pueblo en Perú.

Lo recordaron con botas de goma, en una inundación devastadora, trabajando codo a codo con la Cruz Roja. Compartieron imágenes de él a caballo, en el campo, con elegantes lentes de aviador y villancicos navideños --"¡Feliz Navidad!"-- sonriendo y aplaudiendo junto a una multitud entusiasmada.

Puede que el papa León XIV naciera en Chicago, pero los habitantes de Chiclayo, ciudad del norte de Perú donde ejerció como obispo de 2015 a 2023, lo han reclamado como uno de los suyos.

"Bienvenidos a Chiclayo, la tierra del papa", anunció una azafata al aterrizar el jueves un avión procedente de Lima. Los pasajeros estallaron en aplausos.

El papa León XIV pasó gran parte de su carrera fuera de Estados Unidos, llegando al norte de Perú en 1984, en un momento en que el conflicto armado interno aterrorizaba a gran parte del campo, matando a muchos peruanos y haciendo del país un destino poco común para los extranjeros.

Se quedó, salvo un breve paso por Illinois, hasta aproximadamente 1999, según una biografía oficial. Luego regresó de nuevo en 2014, convirtiéndose en obispo de Chiclayo en 2015.

Para ser obispo, un tratado diplomático le exigía adquirir la nacionalidad peruana, lo que hizo.

La ciudad costera de Chiclayo, con una población metropolitana de unos 800.000 habitantes, es conocida en Perú por su buena cocina: ceviche fresco, cabrito y zapallo estofados, pato y arroz con cilantro. Y en entrevistas con medios de comunicación peruanos, el papa --antes conocido como Robert Francis Prevost o simplemente "MonRoberto"-- ha expresado una gran afinidad por las especialidades de la región.

La diócesis de Chiclayo también abarca regiones serranas y costeras alejadas de la ciudad y, durante décadas antes de él, estuvo dirigida por obispos conservadores.

El jueves, cuando el papa pronunció su primer discurso público desde el balcón de la Basílica de San Pedro, hubo una comunidad a la que mencionó por su nombre: su "querida diócesis de Chiclayo".

Al atardecer del jueves en Chiclayo, la conversación giraba en torno al "papa peruano". En la catedral de la plaza principal se había congregado una multitud que cantaba aleluyas.

Fuera, la gente había impreso carteles gigantes del papa León y gritaba "¡viva el papa!".

En un restaurante, un rapero de estilo libre que actuaba a cambio de propinas incluyó en sus letras referencias al nuevo papa "chiclayano".

Mariana Quiróz, de 39 años, llevaba una foto enmarcada del papa bendiciendo a su prima pequeña en 2015. Quiróz dijo que trabajó a su lado en 2017, en zonas de la región muy afectadas por las inundaciones, y lo recordó vadeando las aguas altas para ayudar.

"No era un hombre del escritorio, sino un hombre que trabajaba con el pueblo", dijo.

"La gente sufría mucho. Muchos se quedaron sin casa y el padre se hizo presente".

El reverendo Elmer Uchofen, sacerdote de Chiclayo, recordaba haber viajado durante muchas horas hasta la sierra con el obispo para llegar a los feligreses. Iban "conversando en el carro mientras yo manejaba", dijo Uchofen.

"Y escuchaba bastante. Llegaba y era muy, muy cordial con la gente, sobre todo con la gente de la sierra, a las cuales les ofrecía su ayuda".

"Siempre tenía un perfil bajo. Muy paciente, muy sonriente", dijo Uchofen. "También decía las cosas con firmeza cuando veía algo que no estaba bien o algo que no estaba de acuerdo con las cosas de la Iglesia".

Dijo que pensaba que el papa León representaba "una continuidad" con el papa Francisco, quien hacía hincapié en la compasión por los pobres y los migrantes, y en la necesidad de acercar la Iglesia a la gente.

"No es un cambio radical", dijo Uchofen, "sino reforzar muchas cosas".

En el centro de Chiclayo, Juana Loren, de 60 años, voluntaria de la iglesia y parte de un grupo de oración de mujeres de la catedral llamado Adoradoras del Santísimo Sacramento, dijo que el papa --cuando era obispo-- había confirmado a su hija.

Mostró fotografías de ella y de otras mujeres de su grupo con León, así como una carta que él les escribió en septiembre para conmemorar el 23 aniversario del grupo.

"Tenía mucha santidad. Nosotras siempre la veíamos", dijo. "Antes de broma decíamos o va a ser santo o va a ser papa".

Julie Turkewitz es jefa del buró de los Andes para el Times, está radicada en Bogotá y cubre Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Perú.

Genevieve Glatsky es reportera del Times, con base en Bogotá.