Un apagón generalizado afecta a España y Portugal

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La baja eléctrica afectó a infraestructuras críticas como aeropuertos y provocó interrupciones en el transporte en ambos países. La causa no estaba clara.

Un gran apagón afectó el lunes a España y Portugal, paralizando trenes, aeropuertos y otras infraestructuras de importancia crítica y causando disrupciones en ambos países. Las autoridades energéticas dijeron que el apagón se produjo tras una interrupción en la red europea.

No quedaba claro de inmediato la causa del apagón. António Leitão Amaro, ministro de Estado para la presidencia de Portugal, dijo en la radio nacional que no hay pruebas de que se tratara de un ciberataque.

E-Redes, el proveedor nacional de energía de Portugal, dijo que "la interrupción se debió a un problema en la red eléctrica europea".

Las autoridades en materia de electricidad dijeron que estaban trabajando con rapidez para restablecer el servicio mientras aún era de día.

"Se ha conseguido recuperar tensión en subestaciones de varias zonas del norte, sur y oeste peninsular", dijo la empresa nacional de electricidad de España, Red Eléctrica, en X sobre las 3:30 p. m. hora local. Sus representantes no respondieron a preguntas sobre el alcance del apagón ni sobre su posible causa.

El apagón también afectó durante un corto tiempo a Francia. RTE, el operador de la red eléctrica francesa, dijo en un comunicado que algunos hogares de la región vasca del país se habían quedado brevemente sin electricidad, pero que "ya se ha restablecido todo el suministro".

Los efectos de la interrupción los resintieron millones de personas de toda la península Ibérica, mientras las autoridades activaron planes de emergencia. Altos cargos españoles convocaron una reunión del Consejo de Seguridad Nacional el lunes.

Largas filas comenzaron a formarse fuera de los cajeros automáticos. Hubo problemas generalizados de conexión a internet y a las redes telefónicas en toda España y Portugal.

"Debido al apagón, les pedimos que eviten circular en la medida de lo posible", escribió la autoridad española de tráfico en un publicación en X. "La falta de suministro eléctrico no permite el funcionamiento de semáforos o paneles de señalización".

Las principales instituciones entraron en modo de gestión de crisis: los hospitales españoles se vieron obligados a funcionar con generadores. Los bancos y las escuelas portuguesas cerraron. Se suspendieron los partidos de tenis del Abierto deMadrid, dijo la ATP Tour.

Los operadores de transporte intentaron gestionar las expectativas y advertir a la gente sobre las interrupciones.

Renfe, la compañía nacional de ferrocarriles de España, escribió en un publicación en X que "a las 12.30 se ha producido un corte de suministro eléctrico de toda la Red Eléctrica Nacional", y añadió que los trenes habían dejado de funcionar en todas las estaciones. También se interrumpió el servicio de metro en varias ciudades, entre ellas Valencia y Madrid.

La compañía aérea EasyJet informó a los pasajeros de que "los aeropuertos españoles están sufriendo actualmente continuos cortes de electricidad que afectan a múltiples sistemas esenciales y a la infraestructura aeroportuaria". La aerolínea indicó que esperaba retrasos y describió las interrupciones como "extraordinarias y fuera de nuestro control".

Decenas de millones de personas de toda la región intentaron hacer frente a las interrupciones mientras aún les quedaba luz del día.

En Lisboa, la capital de Portugal, la gente empezó a correr a las tiendas de comestibles para abastecerse de agua y abarrotes. Muchos no tuvieron suerte: algunas de las principales tiendas de comestibles cerraron el lunes por la tarde. Las tiendas de comestibles más pequeñas se esforzaban por rellenar unas estanterías que se vaciaban rápidamente.

En Peniche, una pequeña ciudad costera a unos 80 kilómetros al norte de Lisboa, solo una tienda de comestibles seguía abierta el miércoles por la tarde. Decenas de personas esperaban delante de cada caja.

En otro lugar de la ciudad, André Lima, de 33 años, esperaba en un cajero automático, junto con otras 50 personas. Lima, quien trabaja en un complejo para ancianos, dijo que le preocupaba el suministro de oxígeno para algunos residentes.

"Hay personas cuya vida depende del suministro eléctrico", dijo.

En Murcia, ciudad del sureste de España, las señales de los pasos de peatones y los semáforos se apagaron, aunque algunos habitantes seguían conduciendo con cuidado por las calles. Algunos restaurantes dejaron de servir comida y las iglesias cerraron sus puertas.

Teresa García, de 92 años, estaba sentada en una silla de ruedas frente a su casa hacia la hora de comer. Estaba esperando a que volviera la luz para que el ascensor pudiera subirla de nuevo a su apartamento, dijo.

En la Capilla del Apóstol Santiago, un pequeño grupo de feligreses se había reunido en la iglesia a oscuras, y las velas del altar estaban encendidas por personas que rezaban por los afectados por el apagón, incluidos todos los atrapados en los ascensores.

Pero la luz del sol del mediodía seguía brillando intensamente. Durante un tiempo, continuaron las clases de flamenco en el interior, mientras la gente practicaba a la luz que entraba por las ventanas.

Catherine Porter y Azam Ahmed colaboraron con reportería

Amelia Nierenberg es reportera de noticias de última hora para The New York Times en Londres y cubre noticias internacionales.

Jonathan Wolfe es un reportero del Times afincado en Londres que cubre noticias de última hora.

Catherine Porter y Azam Ahmed colaboraron con reportería