
Bars and NightclubsJet Set (Santo Domingo, Dominican Republic, Nightclub)Abinader, Luis (1967- )Perez, Rubby (1956-2025)Dominican RepublicSanto Domingo (Dominican Republic)
En Haina, una ciudad a las afueras de la capital que perdió a más de dos decenas de personas, el desconsuelo por la catástrofe en una discoteca es quizá más palpable.
La mitad de la junta directiva de un club de adultos mayores murió, al igual que el presidente del Club de Leones, un profesor de secundaria y el propietario de una empresa de camiones. Tony Blanco, un jugador de béisbol retirado de las grandes ligas que murió en el desastre, era nativo de la zona.
También murió Rubby Pérez, el cantante de merengue cuyo concierto atrajo a más de 400 personas, muchas de ellas de su ciudad natal.
Tras el derrumbamiento del techo de una discoteca en el que murieron cientos de personas, República Dominicana está desbordada de dolor. Ese desconsuelo es quizá más palpable en Haina, una ciudad industrial a las afueras de la capital que perdió a más de dos decenas de personas en la tragedia, incluidos líderes comunitarios y héroes culturales.
El municipio, más conocido por su bullicioso puerto marítimo y su legado de contaminación por plomo que le valió el apodo poco grato de "el Chernóbil dominicano", tiene ahora otra distinción indeseable. Cuando el techo de la discoteca Jet Set se vino abajo el pasado martes por la mañana, matando a 226 personas, supuso un duro golpe para la pequeña ciudad.
Veinticinco personas de allí se encontraban entre los fallecidos.
"Dios tiene una forma de comunicarse con nosotros, de una manera que muchas veces se hace difícil entenderla", dijo el domingo el exjugador de los Red Sox David Ortiz, más conocido como Big Papi. Ortiz solía vivir en Haina, y viajó allí para ayudar a enterrar a sus muertos.
Acompañados por el presidente, Luis Abinader, decenas de residentes se reunieron en un gimnasio sofocante para despedirse. Sostenían rosas blancas e intentaron comprender entre lágrimas cómo una sola ciudad podía perder a tanta gente. Algunos se preguntaban en voz alta cómo conseguirían volver a reír y cantar.
En dos grandes pantallas proyectaron fotografías de las víctimas, mientras un pastor evangélico y un sacerdote católico pronunciaban palabras de consuelo.
El cantante Joselito Trinidad interpretó conmovedoras versiones en balada de "Buscando tus besos" y "Volveré", dos de los merengues de Pérez. Cantó en el tono agudo por el que era famoso Pérez, conocido como "la voz más alta del merengue".
Antes de cantar, Trinidad dijo que eran un pueblo unido en las buenas en las malas y que esta no era la excepción. Luego anunció que cantaría para recordar a la voz que se había ido a un lugar mejor.
En el gimnasio, muchos asientos de las gradas se quedaron vacíos: la gente de la ciudad estaba ocupada asistiendo a funerales.
Cuando terminó el oficio religioso, una mujer corrió tras el séquito del presidente sollozando y exigiendo que se asumieran responsabilidades.
"¡Ay, mi amiga bella, ya no hay nadie como ella!", gritó Kirsis Bautista, cuya amiga, Juana Vásquez, murió en la catástrofe. "¡Señor presidente, justicia! Déjeme ver a Luis Abinader y decirle: ¡justicia!".
Pérez, de 69 años, era un conocido merenguero y miembro de los Haineros Dorados, un club social privado para personas mayores de 55 años en el que se reúnen y asisten a talleres educativos. Los 143 miembros del club eran también sus fans, por lo que 25 de ellos hicieron el viaje de media hora a Santo Domingo para verlo cantar en Jet Set.
Solo 12 lograron salir.
El vicepresidente de la organización, el tesorero y el organizador de eventos murieron.
Héctor Rincón, presidente del club, dijo que apenas se enteró de lo ocurrido, pensó en renunciar, pero que la gente lo animó para que encontrara fuerza para seguir adelante en honor de los que murieron.
Los miembros alquilan un local encima de un club nocturno llamado la Casa del Borracho, donde juegan al dominó y celebran fiestas de cumpleaños, respetando unas normas estrictas: no se habla de política, religión ni deportes.
El domingo por la mañana, antes de la misa, el club seguía decorado con globos y banderines de cumpleaños de la última celebración, pero un gran lazo negro en la puerta principal delataba que había ocurrido algo terrible. El ambiente era sombrío entre un puñado de socios, reunidos antes de otro funeral.
Ahora, en lugar de organizar talleres de joyería, Rincón busca psicólogos para ayudar a los supervivientes. Rincón comparó la situación a regresar de una guerra, cuando las personas vuelven pero no son las mismas.
Rincón creció con Pérez, y cantaron juntos en un coro cuando eran adolescentes.
Rincón dijo que Haina lo era todo para el cantante.
Intentó compartir más recuerdos entrañables de su amigo. Las lágrimas se interpusieron en su camino, así que en su lugar habló de la historia industrial de la ciudad.
El nombre oficial de Haina, que nadie utiliza, es Bajos de Haina. Tiene unos 158.000 habitantes y está a unos 13 kilómetros al oeste de Santo Domingo.
Aquí se encuentra la única refinería de petróleo de la República Dominicana, y su puerto mueve más de un tercio de la carga marítima del país.
Rincón recuerda su época de esplendor, cuando un ingenio azucarero y otras fábricas producían ingenieros, mecánicos y trabajadores de otros oficios cualificados. Ahora esas empresas han desaparecido.
"Esta era una ciudad de migrantes, en su mayoría mineros y trabajadores agrícolas", dijo
Jesús Ramírez, miembro del Club de Leones, que perdió a tres integrantes, dijo que Haina era una ciudad de migrantes, la mayoría mineros y agricultores. Y que de ahí habían salido algunos de los mejores deportistas y artistas de República Dominicana
El Club de Leones echará especialmente de menos a su presidente, Luis Emilio Guillén, que también era vicepresidente del club de personas mayores. Exjugador de fútbol y propietario de una empresa de trofeos, era conocido por asistir a todos los actos culturales y deportivos.
"Vamos a continuar el trabajo que él estaba haciendo en deportes y cultura", dijo Margarita Tejeda, quien representa a Haina en el Congreso y es miembro del Club de Leones, dijo que continuarían con el trabajo de Guillén en deportes y cultura. El dolor en Haina era colectivo, aseguró.
Hogla Enecia Pérez colaboró con reportería desde Haina.
Hogla Enecia Pérez colaboró con reportería desde Haina.
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