
MoviesSnow White (Movie)Actors and ActressesAnimated FilmsWalt Disney CompanyGadot, Gal (1985- )Zegler, Rachel (2001- )Platt, Marc (1957- )DwarfismRace and EthnicityDiversity InitiativesFans (Persons)Snow White and the Seven Dwarfs (Movie)Box Office Sales
Disney sabía que hacer una nueva versión de Blanca Nieves y los siete enanos como un musical de acción real sería traicionero.
Pero el estudio se sentía arrogante.
Era 2019, y Disney estaba ganando dinero en taquilla al "reimaginar" clásicos animados como Aladino, La Bella y la Bestia y El libro de la selva como películas con actores reales. Los remakes también dieron nueva relevancia a personajes fundamentales como Cenicienta. Las heroínas definidas por ideas de otra época --¡sé bonita y las cosas saldrán bien!-- fueron empoderadas. La selección de reparto hacía hincapié en la diversidad.
¿Por qué no abordar Blanca Nieves?
A lo largo de las décadas, Disney había intentado modernizar su historia, hacer de ella algo más que una damisela en apuros, apreciada como "la más bella de todas" por su piel "blanca como la nieve". En dos ocasiones, a partir de principios de la década de 2000, los guionistas fueron incapaces de descifrarla, al menos no al gusto de un Disney preocupado por su imagen.
Una nueva versión de Blanca Nieves y los siete enanos, que se estrenó en 1937, planteaba otros retos, entre ellos cómo tratar con sensibilidad a Feliz, Estornudón, Dormilón, Tontín, Tímido, Gruñón y Doc. (Un reboot de Disney que se estancó los había reimaginado como peleadores de kung-fu en China).
Aun así, los ejecutivos de Disney estaban decididos a resolverlo. Tenían algunas ideas nuevas. Y lo que era más importante: el tren del remake tenía que seguir en marcha.
"Va a ser asombroso, otra gran victoria", dijo Bob Chapek, entonces director ejecutivo de Disney, sobre una Blanca Nieves y los siete enanos de acción real en una convención de fans de 2022.
En cambio, Blanca Nieves, protagonizada por Rachel Zegler, ha llegado a los cines el viernes como uno de los proyectos más problemáticos de los 102 años de historia de Disney. La película se convirtió en una fábula sobre la relevancia: cómo tratar de tocar la fibra cultural adecuada en el momento cultural adecuado puede convertir una película aparentemente inocua en una batalla de poder por intereses especiales. Y casi todo lo que podía salir mal, salió mal, dando lugar a un estudio de caso sobre los peligros de hacer películas de gran presupuesto en un mundo volátil y cambiante, y los riesgos de intentar explotar sin fin la propiedad intelectual que hay en el inventario.
Para Disney y Hollywood en su conjunto, este fin de semana es una prueba: ¿Qué importancia tiene hoy en día la tormenta y el estruendo previos al estreno? ¿Se quedarán en casa los compradores de entradas familiares? ¿O harán caso omiso de los comentarios negativos y confiarán en que una conocida marca de entretenimiento les brinde un poco de divertida evasión?
Este artículo se basa en entrevistas con más de una decena de personas relacionadas con la película. En conjunto, sus relatos muestran cómo Blanca Nieves pasó de idea prometedora a manzana envenenada, y cómo el gigante del entretenimiento y el equipo creativo de la película se esforzaron por salvarla.
Algunos retos de Blanca Nieves fueron pura mala suerte. Los casos pandémicos de covid brotaron justo cuando se iniciaba la producción en Londres, lo que obligó a Disney a adoptar estrictos protocolos de seguridad y añadió millones de dólares al presupuesto. Uno de los decorados, una cabaña con techo de paja, se incendió en un estudio. La huelga de actores de 2023 obligó a Disney a detener los nuevos rodajes. Gal Gadot, quien interpreta a la reina Malvada, sufrió complicaciones de salud a causa de un embarazo, lo que retrasó los nuevos rodajes y el trabajo de efectos visuales.
Otros problemas fueron autoinfligidos. Disney falló en su respuesta a la filtración de fotos del rodaje en donde aparecían nuevos personajes (una tropa de siete habitantes del bosque conocidos como bandidos) que en la nueva película aparecen junto a los siete enanos, lo que llevó a los fans a temer que los enanos hubieran sido eliminados por completo en aras de la corrección política. Y Zegler anduvo desatada en entrevistas y en las redes sociales, encendiendo una polémica tras otra.
Quizá el mayor desafío para la película fue el cambio cultural que se ha producido en los últimos años.
En 2021, los trolls de Internet atacaron a Disney por elegir a Zegler, una actriz latina, para el papel de Blanca Nieves. "Snow Woke" fue brevemente tendencia. Pero la reacción se disipó y Disney se encogió de hombros. Al interior del estudio, los ejecutivos estaban orgullosos de esa elección para el reparto. Les habían cautivado la voz y la presencia en pantalla de Zegler. Consideraban su origen étnico una ventaja. El asesinato de George Floyd un año antes a manos de un agente de policía había conmocionado todas las esferas de la vida estadounidense, impulsando a instituciones y personas de todo el país a enfrentarse al racismo y la desigualdad. En Hollywood en general y en Disney en particular, el "Debemos hacerlo mejor" sonaba en todos los pasillos.
Sin embargo, cuando Blanca Nieves sale finalmente al mercado, Disney se encuentra en un clima muy diferente. Las empresas, incluida Disney, se han apresurado a distanciarse de las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (conocidas como DEI) en medio de una reacción más amplia contra las políticas de DEI por parte del presidente Donald Trump. Lo que había sido positivo --una latina en un papel asociado a la blanquitud (está en el título)-- se convirtió en un lastre potencial, con agitadores de derecha (muchos de ellos hombres adultos que probablemente para empezar ni iban a ver la película) arremetiendo contra Disney y Zegler.
Algunos medios de comunicación siguieron su ejemplo. Solo el New York Post ha publicado 20 artículos sobre Blanca Nieves en la última semana. "Gruñón, Tontín y Woke: el desastre de Blanca Nieves de Disney" era el titular de uno de ellos.
El tumulto en torno a Blanca Nieves había crecido tanto que en el estreno de la película en Los Ángeles el pasado fin de semana, Disney reforzó la seguridad y restringió las entrevistas en la alfombra roja. La entrada al cine estaba oculta a la vista del público por altos setos sobre plataformas móviles. (El ansia por ver cómo Blanca Nieves se caía de bruces era tal que algunos haters de internet empezaron a insistir, erróneamente, en que el estreno se había cancelado).
Tras la proyección, algunos ejecutivos de Disney y quienes trabajaban en la película se quedaron en el vestíbulo buscando respuestas en los rostros de la gente y esperando un giro argumental de última hora: que las críticas fueran positivas y que su trabajo para mantener Blanca Nieves en marcha diera sus frutos con una fuerte venta de entradas. Quizá, al final, la película no pasaría a los libros de historia de Hollywood como un cuento con moraleja. Tal vez la propiedad intelectual pueda realmente replantearse para cada generación, como a todo ejecutivo de estudio le gusta soñar.
"Nuestro trabajo es deleitar", dijo Marc Platt, productor principal de la película, a The New York Times tras el estreno. "Tengo la esperanza de que una vez que el público experimente realmente la película, todo el ruido que la rodea se desvanezca y la gente descubra un entretenimiento familiar que es alegre, aspiracional y encantador".
Ya no es una princesa ingenua
Como primer largometraje de animación totalmente narrativo, Blanca Nieves y los siete enanos definió una nueva forma de arte. Aportó "Hi-ho", "Silbar al trabajar" y "Mi príncipe vendrá" al gran cancionero estadounidense.
La película costó alrededor de 1,5 millones de dólares (unos 34 millones de dólares actuales) y recaudó 184 millones de dólares (unos 4000 millones de dólares) en Estados Unidos y Canadá. Walt Disney compró el terreno para la sede de Disney con parte de las ganancias. Al día de hoy, los dirigentes de Disney trabajan en un edificio adornado con estatuas monumentales de los enanos. Las oficinas de Disney Animation se encuentran cerca, a lo largo del Paseo Tontín
Cualquier esfuerzo por rehacer la película iba a tener un peso adicional.
Sabiendo esto, los ejecutivos de las películas de Disney formaron un equipo creativo de primera. En la silla del productor estaría Platt, ahora cuatro veces nominado al Oscar por Wicked, La La Land, Puente de espías y El juicio de los 7 de Chicago. Marc Webb, quien tenía experiencia en superproducciones de gran presupuesto, incluidas dos películas de Spiderman, entró como director. Benj Pasek y Justin Paul, los socios compositores ganadores del Emmy, Grammy, Oscar y Tony (Dear Evan Hansen, The Greatest Showman), aportarían nuevas melodías.
Zegler estaba ganando elogios por interpretar a Maria en West Side Story de Steven Spielberg. Gadot era literalmente La mujer maravilla.
La producción sería colosal y se extendería por 10 platós en los suburbios de Londres. Ocho empresas de efectos visuales de tres países crearían digitalmente a los enanos, el espejo mágico y multitud de animales adorables (búhos, conejos, pájaros, tortugas, ardillas). Para los ciervos se emplearían titiriteros.
Lo más importante era que la guionista Erin Cressida Wilson (La chica del tren) había colaborado con Pasek y Paul para modernizar el cuento. Blanca Nieves, que ahora debía su nombre a una tormenta invernal, ya no era una princesa ingenua definida por su apariencia; era una líder en formación, alguien a quien la reina Maléfica despreciaba porque era hermosa, sí, pero también porque valoraba la imparcialidad como cualidad de liderazgo. Se deshicieron del príncipe y pusieron de interés amoroso a un bandido a lo Robin Hood. Y a los enanos, especialmente a Tontín, se les dotó de arcos argumentales propios: más profundidad emocional y menos comedia física y torpe.
Greta Gerwig (Barbie) y otros cinco guionistas se encargaron de pulirlo. Satisfecho con su trabajo, Alan F. Horn, entonces presidente de Walt Disney Studios, sacó adelante el proyecto con un presupuesto de 210 millones de dólares. Era otoño de 2021. Poco después se retiró de Disney, confiando la ejecución a su antiguo equipo.
'Nací para interpretar a Tontín'
Desde el principio, Disney sabía que los siete enanos podían convertirse en una pesadilla de relaciones públicas. Los fans de Disney los adoran. La comunidad del enanismo, sin embargo, tiende a considerar que los personajes infantilizan, deshumanizan y son hirientes.
El estudio contrató a tres personas de talla baja como asesores para ayudar a sortear los posibles escollos.
La primera verdadera reacción se produjo en enero de 2022, cuando el actor Peter Dinklage (Juego de Tronos) criticó a Disney por hacer una nueva versión de Blanca Nieves en una intervención en el pódcast WTF de Marc Maron. "Me sorprendió un poco que se sintieran orgullosos de elegir a una actriz latina para el papel de Blanca Nieves", dijo Dinklage. "¿Son progresistas en un sentido, y siguen haciendo ese cuento retrógrado sobre siete enanos que viven en una cueva? ¿No he hecho nada para promover la causa desde mi tribuna?".
Disney emitió rápidamente un comunicado: "Para evitar reforzar los estereotipos de la película de animación original, estamos adoptando un enfoque diferente con estos siete personajes y hemos consultado con miembros de la comunidad del enanismo".
Sin embargo, como Disney no explicó su "enfoque diferente", empezaron a correr por internet teorías perjudiciales. ¿Había decidido el estudio eliminar a los enanos? Al fin y al cabo, ya no estaban en el título de la película.
Entonces, una filtración de fotos del rodaje convirtió lo que había sido una llamarada en la red en un infierno. En julio de 2023, The Daily Mail publicó imágenes que parecían mostrar a los siete enanos interpretados por actores y actrices de diversas razas y etnias; solo uno de ellos era una persona de talla baja. El titular era "Blanca Nieves y los siete ¿acompañantes políticamente correctos?".
Al principio, un publicista de Disney dijo que la foto era falsa. Luego la empresa dio marcha atrás. Pero Disney, preocupada por los spoilers, no facilitó un dato crucial: aquellos no eran los enanos. Esta película iba a contar con dos grupos de siete: una tropa de bandidos (los que aparecían en la foto) y otra tropa de enanos generados por computadora, que se añadirían en postproducción.
A medida que se retrasaba la fecha inicial de estreno, marzo de 2024 --a Disney le decepcionó el primer montaje y ordenó nuevos rodajes--, el estudio empezó a intentar acallar una polémica enana tras otra. Cuando finalmente se supo que Disney había optado por utilizar imágenes generadas por computadora para representar a Doc, Dormilón, Tímido y la pandilla, la empresa fue atacada por "borrar" a las personas con enanismo.
Otros criticaron a Disney por negarles trabajo. "Yo nací para interpretar a Tontín", dijo a la prensa el lunes Matt McCarthy, actor de talla baja, mientras él y su esposa, una actriz de talla baja, planeaban una protesta ante la sede de Disney en Burbank, California. "Cuando eres una persona pequeña, las oportunidades son escasas", dijo.
La estrella se rebela
El 9 de agosto de 2024, la campaña de publicidad de Disney para Blanca Nieves se aceleró con el lanzamiento de un teaser tráiler. No salió bien.
Algunas personas criticaron a los enanos. Otros se burlaron de la peluca de Zegler, comparando su melena con corte tipo casco al pelo de Lord Farquaad de Shrek. Muchos simplemente cuestionaron si era buena idea hacer una nueva versión del original de 1937. (Hasta el miércoles, unas 102.000 personas habían hecho clic en "Me gusta" en el tráiler de YouTube, mientras que 1,5 millones habían hecho clic en "No me gusta").
Pero el verdadero quebradero de cabeza llegó unos días después, cuando Zegler compartió el tráiler en X y añadió: "Y recuerden siempre, Palestina libre". En un instante, Blanca Nieves pasó a formar parte de una conversación política mundial muy divisiva, lo contrario de lo que Disney quería. El comentario de Zegler también provocó un grave distanciamiento con Gadot, quien es israelí. (Ambas actrices declinaron hacer comentarios para este artículo).
Los tiempos del sistema en que los estudios de Hollywood reinaban han quedado atrás. Las estrellas son libres de expresarse como deseen. Lo único que pueden hacer los estudios es suplicar: por favor, por favor, no te salgas del mensaje. (Zegler ya había enfadado a los fans de la película original. "La gente bromea diciendo que la nuestra es la Blanca Nieves de la corrección política", dijo en 2022. "Sí es, porque lo necesitaba").
Disney decidió que la mejor estrategia de contención era el silencio. Pedir a Zegler que retirara su publicación podría generar más atención, sobre todo si ella decía a sus seguidores que la habían presionado para que lo hiciera. Pero Platt voló a Nueva York desde Los Ángeles para hablar con Zegler. Le explicó lo mucho que estaba en juego, tanto para Disney como para su carrera, y le pidió que publicara con cuidado.
Ella pareció entenderlo.
Sin embargo, en noviembre, Zegler utilizó Instagram para hablar de las elecciones presidenciales. En un post salpicado de improperios, criticó duramente a Trump y a quienes habían votado por él.
Hacía poco tiempo que Disney había intentado salir de un apuro con los seguidores de MAGA poniendo fin a una disputa que tenía con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, sobre Disney World. Un nuevo pleito podría amenazar la distensión.
A los pocos segundos de la publicación de Zegler en Instagram, los teléfonos de la sede central de Disney sonaron mientras recibían capturas de pantalla del mensaje. ¿Cómo podía el estudio confiar en que participaría en la próxima gira publicitaria de Blanca Nieves?
Esta vez, los miembros del equipo que representa a Zegler, entre ellos los agentes de Creative Artists Agency, entraron en acción. Su mensaje fue sustituido rápidamente por una disculpa. "Dejé que mis emociones se apoderaran de mí", dijo. "Siento haber contribuido al discurso negativo".
Pero ya era demasiado tarde. Zegler, Blanca Nieves y Disney ya estaban en el punto de mira de los comentaristas de derecha. Era temporada de cacería.
Megyn Kelly pidió la sustitución de Zegler en la película. Un agitador opositor de la DEI, Robbie Starbuck, siguió el ataque. Elon Musk intervino con una publicación en la que criticaba a Disney por cambiar de raza a personajes emblemáticos.
Los fans de Zegler se unieron en torno a ella. "Estoy tan contenta de saber que las latinas chiquitas podrán verse a sí mismas como una princesa Disney muy emblemática", comentó una de ellas en la página de Instagram de Zegler.
Disney esperaba que voces destacadas de la izquierda se alzaran para hacer frente al rechazo. Pero no fue así.
"La verdad es que nunca, pero especialmente ahora, ningún estudio quiere que su película sea tachada de sermón de DEI", dijo Martin Kaplan, quien dirige el Centro Norman Lear para el Entretenimiento, los Medios de Comunicación y la Sociedad en la Universidad del Sur de California.
Disney consiguió evitar en gran medida esta crítica hasta 2023, cuando rehizo La sirenita con una actriz negra en el papel principal; abundaron los defensores. Pero el mes pasado, cuando Disney estrenó Capitán América: Un nuevo mundo, con un actor negro en el papel principal por primera vez, la empresa lo tuvo más difícil.
No es un fenómeno totalmente nuevo: basta recordar el alboroto masculino en internet por las Cazafantasmas femeninas de 2016, o el continuo vitriolo de los fans en torno a los esfuerzos de Disney por aportar diversidad a la franquicia de Star Wars. Pero la "derecha antiwoke" se ha hecho más poderosa, señaló Kaplan, mientras que los defensores de la izquierda se han callado, bien porque se sienten intimidados o frustrados, bien porque incluso ellos han llegado a considerar torpes los agresivos esfuerzos de Hollywood en materia de diversidad.
"No estoy seguro de que alguien pudiera predecir que una fuerza reaccionaria sería capaz de invertir tan rápida y drásticamente los vientos culturales, pero ciertamente eso es lo que ha ocurrido", dijo Kaplan. "Lo que antes eran decisiones incontrovertibles u orgullosas, de repente son de algún modo antiestadounidenses".
Arreglos digitales de la peluca
Mientras Blanca Nieves rebotaba de controversia en controversia, la fábrica de cotilleos de Hollywood se puso en marcha: seguramente, Disney reduciría sus pérdidas y enviaría a esta bestia directamente al servicio de streaming.
Pero esconder Blanca Nieves bajo la alfombra (como la empresa había hecho con otras películas problemáticas, incluida la vilipendiada por la crítica Artemis Fowl en 2020) nunca fue algo que Disney se planteó. El presupuesto de Blanca Nieves había ascendido a 270 millones de dólares, sin incluir la publicidad. Si se quedaba con la película, Disney+ tendría que absorber ese costo (menos los incentivos fiscales). Y eso perjudicaría una de las promesas clave de Disney a Wall Street: una mayor rentabilidad del servicio de emisión en continuo.
Disney también sabía algo que el mundo exterior no sabía: tras los nuevos rodajes ("fotografía adicional" en la jerga de estudio) y el extenso trabajo de efectos visuales, la película empezaba a cuajar.
Una canción del segundo acto llamada "Hidden in My Heart", una tonada lacrimógena cantada por uno de los enanos, había sido cortada para acelerar la historia. Una nueva escena cerca del final, con la reina Maléfica y el espejo mágico, había añadido espectáculo. La problemática peluca se había arreglado digitalmente.
¿Era posible que Blanca Nieves se estuviera convirtiendo en una película decente? ¿Al menos una que entretuviera a los fieles de Disney?
En octubre, los ejecutivos de toda la empresa tenían previsto volar a Disney World, en Florida, para un retiro corporativo. Cuando la cumbre se suspendió en el último momento a causa del huracán Milton, el equipo del estudio aprovechó el tiempo para concentrarse en Blanca Nieves. El nuevo jefe de películas de acción real de Disney, David Greenbaum, que había heredado el problemático proyecto, reunió a una decena de dirigentes del estudio en una sala de proyecciones de las instalaciones de Disney y pasó dos días examinando la película--pausándola, iniciándola-- para ver qué se podía mejorar, según tres personas con conocimiento directo de la sesión, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir un proceso privado.
A Greenbaum le preocupaba que los enanos generados por computadora parecían "de cera". También podrían integrarse mejor con las secuencias de acción real del bosque rodadas en exteriores. ¿Qué recortes podían hacerse? El argumento de los bandidos, al parecer, podría ajustarse mucho más.
Webb, el director, siguió retocando el sonido y el color hasta febrero.
¿Un final de cuento de hadas?
El martes, Webb estaba de buen humor. Las reacciones de las personas invitadas al estreno habían sido positivas. Presentó su Blanca Nieves como un retorno a una época más sencilla.
"Ahora que la gente ve la película, creo que se sorprenden y se emocionan por lo nostálgica que es", dijo en una entrevista telefónica. "Esta película es nostálgica no solo por su estética, sino por su visión del mundo. Es sana y amable, y eso es lo que he mantenido en cierto modo a lo largo de todo este proceso".
Las reseñas llegaron el miércoles. Los críticos elogiaron la interpretación de Zegler, pero se mostraron decepcionados por la película en su conjunto. "Es sencillamente, o sea, regular", escribió Nell Minow en RogerEbert.com.
Según los analistas de taquilla, Blanca Nieves recaudará entre 45 y 50 millones de dólares en los cines estadounidenses durante el fin de semana, una proyección basada en la preventa de entradas y en encuestas sobre el interés de los espectadores. Ese comienzo sería lento para un remake de acción real de Disney: en los 15 años que la empresa lleva produciéndolos, ninguna de las entradas de gran presupuesto ha llegado exclusivamente a los cines con menos de 58 millones de dólares, una vez ajustada la inflación. (Esa fue Dumbo en 2019).
David A. Gross, analista de taquilla, señaló que parte de la emoción de ver un clásico animado reimaginado como un espectáculo de acción real se ha desvanecido en los años transcurridos desde que Blanca Nieves entró en producción. La recaudación final de la película se reducirá probablemente a lo que él llamó "el efecto niñera".
"Nunca subestimes la necesidad de tener entretenido a un niño de 6 años", dijo Gross.
Brooks Barnes cubre todo lo relacionado con Hollywood. Se unió al Times en 2007 y antes trabajó para The Wall Street Journal. Más de Brooks Barnes
Marc Platt, productor principal de Blanca Nieves, en los Premios de la Academia de 2025, donde estaba nominado por Wicked. (Jutharat Pinyodoonyachet/The New York Times)
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