La hija de Pelicot denuncia a su padre por violación y agresión sexual

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Su madre, Gisèle, fue el centro de un juicio que conmovió a Francia y la convirtió en un ícono feminista. Pero dejó a Caroline Darian con sus propios dolores y sospechas sin respuesta.

El día en que su padre y otras decenas de hombres fueron condenados por violar a su madre en un juicio que había conmocionado a Francia, Caroline Darian vivió una aguda tragedia personal.

Escapó del tribunal de Aviñón y se vio envuelta en una gigantesca multitud de mujeres que bloqueaban el tráfico y coreaban su amor y gratitud por ella y por su madre, Gisèle Pelicot, quien se había convertido en un ícono feminista en Francia por insistir en que el juicio contra su marido y otros 50 hombres fuera público y negarse a sentirse avergonzada como víctima de una violación.

Pero Darian no las escuchó. Estaba abrumada por la desolación.

El juicio había terminado y no había obtenido las respuestas que esperaba de su padre, Dominique Pelicot, quien ella cree que también la drogó y violó.

"Dominique no fue juzgado por lo que le hizo a su hija", dijo Darian, de 46 años, en una entrevista reciente durante un almuerzo en un restaurante parisino cerca de los Campos Elíseos. "Ni siquiera se le confrontó adecuadamente por lo que le hizo a su hija".

En el juicio que condujo a la condena de 51 hombres se examinó de manera forense el horror que Dominique Pelicot infligió a su esposa durante casi una década, cuando mezclaba somníferos y ansiolíticos en su bebida y comida y luego, cuando estaba profundamente desmayada, la vestía con lencería e invitaba a extraños a venir a su casa y unirse a él para violarla mientras él tomaba fotografías y filmaba.

Pero las sospechas de su única hija, Caroline, fueron poco más que un aspecto secundario del juicio. En lugar de salir con cierto grado de sanación, Darian se sintió profundamente herida.

"Mi caso, en aquel tribunal, era como si no existiera", dijo Darian, quien utiliza un seudónimo.

"Fue terrible", dijo.

Este mes presentó su propia denuncia policial contra su padre por violación y agresión sexual. Coincidió con la publicación del segundo libro de Darian sobre los crímenes de su padre y el catastrófico impacto que han tenido en su vida.

Su primer libro, un crudo diario que documenta el íntimo horror que sufrió durante el año siguiente a la detención de su padre, sale a la venta en Estados Unidos el martes con el título I'll Never Call Him Dad Again (Y dejé de llamarte papá, en español). Aceptó una entrevista con The New York Times con motivo de su publicación.

En el centro de su caso hay dos fotos íntimas que su padre había borrado, pero que los investigadores forenses consiguieron recuperar de los aparatos electrónicos de Dominique Pelicot. Ambas captan a Darian dormida en la cama, con las luces encendidas y las mantas echadas a un lado para mostrar su ropa interior beige.

Según declaró Darian al tribunal, la ropa interior no era suya. Dijo que no recordaba que le hubieran tomado las fotos y que tenía el sueño ligero. Cree que ella también fue drogada y que su padre utilizó con ella el mismo modus operandi que con su madre.

Durante el juicio, al principio Dominique Pelicot negó haber tomado las fotografías y dijo que no creía que fueran de su hija. Más tarde dijo que las había tomado porque lo habían chantajeado.

Los investigadores también encontraron pruebas de una carpeta borrada con el título "Mi hija desnuda" y collages de fotos de Darian y Gisèle Pelicot, ambas desnudas, que Dominique Pelicot había compartido con desconocidos en internet. En un intercambio por Skype, se refirió a su "hija atrapada".

Pero en lo que respecta a su hija, solo fue condenado por los cargos de haber tomado las fotos íntimas sin su permiso.

Darian está convencida de que son pruebas de delitos mucho más graves que los investigadores pasaron por alto o ignoraron, abrumados por el caso de su madre.

Su denuncia policial de 30 páginas, vista por The New York Times, incluye material hallado por los investigadores aunque no se usó en el juicio.

Incluyen transcripciones de interacciones por Skype que Dominique Pelicot mantuvo con otro usuario en 2020, cuando había compartido montajes fotográficos. Después de que el usuario admirara a su hija, Dominique Pelicot escribió: "Hace más de ocho años que la ofrezco así. ¿Quieres verla cuando tenía 30 años?".

La abogada de Dominique Pelicot, Béatrice Zavarro, dijo que aún no había visto la denuncia. Señaló que el fiscal general en el juicio del año pasado había reconocido los agravios de Darian, pero había dicho que no había suficientes "elementos objetivos" para procesar a Dominique Pelicot por ellos.

Durante el juicio, Dominique Pelicot dijo repetidamente que nunca había drogado a su hija. Negó haberla tocado sexualmente a ella o a cualquiera de sus hijos y nietos, el mayor de los cuales también ha presentado una denuncia policial en la que afirma que Dominique Pelicot también abusó sexualmente de él.

Antes de la detención de su padre, ni ella ni sus hermanos sospechaban que fuera un depredador sexual, según declararon al tribunal. Eran una familia muy unida, que se reunía a menudo para pasar las vacaciones en Provenza, donde los Pelicot se habían mudado tras su jubilación. Sus padres llevaban juntos 50 años y parecían muy felices.

Su detención, y el hecho de que admitiera haber cometido delitos contra su madre, provocaron una profunda conmoción. Darian empezó a sufrir ataques de pánico. Dejó de dormir y fue hospitalizada brevemente en un pabellón psiquiátrico.

"Hasta los 41 años, pensaba que mi padre era una persona buena y amable", dijo Darian. "En 2020, todos nuestros cimientos de niños se desmoronaron".

En 2019, Darian quedó incapacitada de dolor por un desgarro anal que los médicos no pudieron explicar y que requirió tres operaciones, según su denuncia policial. Ahora cree que probablemente se lo causó su padre o los hombres a los que pudo invitar para que la violaran.

Además de la denuncia policial por abusos sexuales presentada por su nieto mayor, Dominique Pelicot también ha sido imputado en dos casos sin resolver, relacionados con jóvenes agentes inmobiliarias en la década de 1990. La primera fue violada y asesinada; la segunda consiguió escapar de un intento de violación y se refugió en un armario.

Durante el juicio, mientras Dominique Pelicot permanecía tranquilo y emocionalmente distante, Darian era un ciclón de emociones. La ira y el sufrimiento brotaban de ella en oleadas. En mitad del juicio, anunció en Instagram que iba a ingresar en una clínica "para poder volver a dormir".

"Mientes, no tienes valor para decir la verdad", gritó cerca del final del juicio, cuando su padre negó una vez más haber abusado de ella. "Morirás con tus mentiras, solo con tus mentiras".

Al recordar aquel día meses después durante el almuerzo, Darian rompió a llorar. La negativa de su padre a reconocer las pruebas y dar explicaciones, dijo, fue "la traición definitiva".

"Me debía la verdad", dijo. "No soy una víctima cualquiera. Era su hija".

Darian no solo ha perdido a su padre, sino también a su madre. Las dos ya no se hablan, dijo. Aunque está segura de que su padre abusó de ella, su madre se mostró más ambigua. Cuando se le preguntó en el tribunal, solo respondió que "no se podía descartar".

Para Darian, fue como un abandono.

"La relación con mi madre nunca volverá a ser la misma", dijo.

Gisèle Pelicot ha rechazado todas las solicitudes de entrevista. Uno de sus abogados dijo que no hablaría públicamente antes de que se resolvieran las apelaciones contra las condenas, o quizá nunca.

El hermano menor de Darian, Florian Pelicot, de 38 años, dijo que creía que su madre había demostrado una enorme fortaleza al enfrentarse a los horrores que le infligieron su marido y decenas de otros hombres. Abrir su mente a las acusaciones de su hermana, piensa, "la habría hecho derrumbarse".

"No puedes salvarte y reconstruirte y además ayudar a tus hijos a reconstruirse también", dijo.

Florian Pelicot salió del juicio con sus propias heridas profundas: su matrimonio de 18 años terminó, y ha iniciado los trámites para hacerse una prueba de paternidad después de que su padre planteara dudas de que fuera su hijo durante una de las entrevistas previas al juicio con el juez instructor, según dijo.

Casi al final del juicio, Darian dijo que, durante un receso, cruzó la sala del juzgado hasta el palco de cristal de los acusados para hablar en privado por última vez con quien había sido su padre.

Le dijo que su relación había terminado, pero que su búsqueda de la verdad no.

"Llegaré hasta el final por mi dignidad personal", dijo en la entrevista. "Porque sé que no me equivoco. Sé que habrá hecho cosas muy graves. Y llegaré al fondo del asunto".

Ségolène Le Stradic colaboró con la reportería desde París.

Catherine Porter es reportera internacional del Times y cubre Francia. Está radicada en París. Más de Catherine Porter

Ségolène Le Stradic colaboró con la reportería desde París.