En 'Severance', una brutal historia de autodesprecio femenino

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Advertencia. Este artículo revela detalles de la trama de episodios anteriores.

Hacia la mitad de la segunda temporada de Severance, Helly R. se ve sacudida por una asombrosa traición: Helena Eagan, haciéndose pasar por Helly, ha engañado a Mark S. para que se acueste con ella, creyendo que se trataba de Helly.

La acción no fue tan difícil de realizar. Al fin y al cabo, Helly y Helena son la misma persona, aunque con la conciencia dividida en dos por el procedimiento de "separación" o severance. Esa tecnología, destinada a compartimentar los recuerdos y --en teoría-- aliviar las partes dolorosas o aburridas de la vida, es la base sobre la que se construye el universo de la exitosa serie. Las numerosas consecuencias éticas, morales y físicas del procedimiento han contribuido a hacer de Severance uno de los programas de TV más analizados de los últimos años.

Helena es la outie, una humana plenamente realizada en la superficie; Helly es la innie, una empleada "cercenada", básicamente prisionera bajo tierra en una oficina dirigida por las misteriosas Industrias Lumon.

La traición sexual de Helena fue solo una de una serie de expresiones de disgusto, falta de respeto y resentimiento mutuo entre las dos mujeres que son una sola, interpretada por Britt Lower, que transita por la tensa frontera entre los personajes con un tremendo sentido del matiz.

En la primera temporada, Helly intentó matar a Helena en lo que habría sido un asesinato-suicidio, al colgarse en un ascensor que sirve de interruptor psíquico entre la conciencia de los innies y los outies.

Antes de eso, Helly intentó apelar a Helena, pidiéndole que renunciara a su puesto en Lumon. Cuando la dirección de la empresa le comunicó que Helena se había negado, Helly no creía que su outie pudiera permitir que sufriera contra su voluntad. Así que, como advertencia a los dirigentes de Lumon --que Helly creía que debían ser los responsables de su cautiverio--, amenazó con cercenar sus propios dedos (y, por tanto, los de Helena) con una guillotina de papel.

Rápidamente aprendió que, después de todo, su alter ego era responsable. Helena considera a Helly infrahumana y quiere mantenerla bajo tierra. "Comprendo que no estés contenta con la vida que te han dado", dice Helena con frialdad en un mensaje de video grabado. "Pero, ¿sabes qué? Al final, todos tenemos que aceptar la realidad. Así que aquí la tienes. Yo soy una persona. Tú no. Yo tomo las decisiones. Tú no. Y si alguna vez le haces algo a mis dedos, que sepas que te mantendré con vida el tiempo suficiente para que lo lamentes horriblemente".

Helly empieza a detestar las innumerables maneras en que Helena la controla, incluso hasta la ropa. "Me viste por las mañanas como si fuera un bebé", le dijo a Mark S. (Adam Scott) en la segunda temporada. "Es repugnante".

Helena --tal como Helly y el público se enteraron en el final de la primera temporada-- es la hija del director ejecutivo de Industrias Lumon y una representante prominente del procedimiento.

Pero más revelador que su posición sobre la tierra es que se trata de la única de los cuatro personajes originales cercenados que está fundamentalmente enfrentada entre mundos, que odia intensamente a su alter ego y a la vez está obsesionada con ella: su peor enemiga. También es la única mujer.

Aunque los tres hombres --Mark S., Irving B. (John Turturro) y Dylan G. (Zach Cherry)-- también han "conocido" a sus outies, parecen tener un respeto básico, curiosidad o incluso neutralidad hacia su otra mitad. Las disposiciones y los espíritus de sus innies y outies parecen estar ligados al mismo subconsciente. Por supuesto, el de Helly también debe estar vinculado, pero lo que allí se esconde es una rabia ardiente.

Este tipo de agitación interior, familiar para muchas mujeres, se ha explotado desde hace mucho tiempo en el arte, ya con las grandes heroínas literarias del siglo XIX y hasta las estrellas de los Oscar de este mes.

Anna Karenina y Emma Bovary eran personajes hambrientos de pasión pero, sofocados por sociedades opresivas, en última instancia abrumadas por la desesperación.

La autoestima de Elisabeth Sparkle --una belleza envejecida interpretada por Demi Moore en la alegoría de terror corporal del año pasado La sustancia--, depende tanto de la adoración de extraños, que opta por dividir su conciencia y su cuerpo por la mitad para escapar de lo inevitable.

La semana pasada nos llegó el nuevo álbum de Lady Gaga, Mayhem, cuya portada muestra su reflejo partido en dos por un espejo agrietado. Sus videos para los temas "Disease" y "Abracadabra " están repletos de imágenes de varias versiones de sí misma que luchan entre sí.

Las niñas y las mujeres están condicionadas a escudriñarse y juzgarse con dureza, por dentro y por fuera, como las juzgan los demás; a perseguir el objetivo en movimiento de la perfección; a quitarle prioridad a sus propias necesidades; a valorar la validación exterior por encima de todo. Por el camino, nuestro sentido del ser se erosiona.

Solo que en Severance, Helly no está sometida al condicionamiento que Helena ha sufrido durante toda su vida. Ese hecho genera celos en Helena, según dijo Lower a Variety en febrero, algo que calificó de "admiración insoportable".

"Helly R. tiene acceso a una forma de moverse por el mundo que es muy viva, muy despierta, y va hacia delante", dijo Lower. "Helena tiene que mantenerse con tanta compostura. Tiene que llevar todas esas máscaras".

Por supuesto, con una serie tan "misteriosa e importante" como Severance, cada nuevo episodio podría poner patas arriba lo que creemos saber. (Al momento de la publicación quedan dos de esta temporada.) Pero hay pocas dudas sobre si Helena es una manifestación de los peores temores de Helly sobre sí misma, y viceversa.

Tras el intento de asesinato-suicidio, Mark le dijo a Helly que se olvidara de Helena. "No te dediques a ella. ¿Qué quieres aquí?", le preguntó.

"Lo que quiero", respondió Helly con sorna, "es que se despierte mientras se le escapa la vida, y que sepa que fui yo quien lo hizo".

Maya Salam es editora y reportera, y se dedica principalmente a la cultura pop en todos sus géneros. Más de Maya Salam